La Inquisición del Sabbat

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Eleven saintly shrouded men
Silhouettes stand against the sky
One in front with a cross held high
Come to wash my sins away
Once hombres amortajados como santos,
Siluetas que se levantan hacia el cielo
Una en frente agarrando una cruz en lo alto
Viene a expiar todos mis pecados

Iron Maiden – The Sign of the Cross  

La Inquisición del Sabbat

Imitando a la Inquisición de los mortales españoles, la del Sabbat es una facción política encargada de purgar a los herejes y los Infernalistas. Creada en principio para combatir a los seguidores de la Senda de las Revelaciones Perversas que se habían ocultado dentro de la secta, ha logrado tremendos éxitos en los últimos años con notables actuaciones en Detroit y Montreal (así como entre varias manadas nómadas). Por supuesto, la facción también recuerda a la Inquisición mortal en otros aspectos: si acusa a alguien de infernalismo es muy difícil defenderse, y tiene la costumbre de emplear tácticas tan tortuosas y terribles como su contrapartida histórica.

La Inquisición del Sabbat ha doblado recientemente su tamaño pasando de quince a treinta miembros, principalmente gracias a su éxito. Todos sus componentes son respetados (y poderosos...) miembros del Sabbat de lealtad intachable. Los grupos de Inquisidores viajan a los territorios de la organización para presidir e impartir castigos entre los acusados. A pesar de sus éxitos descubriendo Infernalistas, han desarrollado una reputación por la crueldad de los métodos empleados en los interrogatorios y en los castigos. Un Sabbat acusado de Infernalismo puede ser marcado, quemado, desmembrado y apaleado, mientras que uno que lo admita (o que sea hallado culpable) recibe una Muerte Definitiva lenta y prolongada, complicada por dolorosos tormentos que, aunque en sí mismos no son capaces de matar, sí hacen insoportable el proceso. Muchos Inquisidores disfrutan firmando estas sentencias (conocidas como autos de fe), amputando a las víctimas, introduciendo insectos bajo la piel y propinando latigazos. Casi todos los demás les permiten estas excentricidades para no arriesgarse a ser acusados.

Esta facción es también una entidad política, ya que posee poder para deponer a obispos, arzobispos, jefes de manada y ducti. Está a punto de convertirse en una herramienta política, pero aún no lo es porque sus miembros están dedicados a sus responsabilidades, y no aceptan de buen grado los intentos de manipulación.

La Inquisición tiene un poder sin precedentes, ya que es capaz de investigar y acusar a voluntad. Los Inquisidores Nómadas suelen viajar en grupos de cinco, acompañados por un par de templarios. Aunque los éxitos compensan las interferencias, no han hecho demasiados amigos en el resto de la organización. Muchos obispos y arzobispos no desean su presencia, ya que suelen inmiscuirse en el funcionamiento normal de la secta para sacarle los trapos sucios a todos los Cainitas de una ciudad dada.

Los Inquisidores prefieren aparecer sin anunciarse, ya que el conocimiento de su llegada permite a aquellos que tienen algo que ocultar escapar de su ira. Al visitar una ciudad interrogan a todo el mundo, desde los miembros a prueba hasta a los arzobispos y cardenales. Consideran las pruebas contra todos los Cainitas y aceptan acusaciones de cualquier miembro de la secta. Por supuesto, de las acusaciones sin fundamento no suelen obtenerse pruebas. En estos casos, la Inquisición prefiere dejar a los falsos acusadores, avergonzados, en manos de aquellos encausados injustamente.

Suelen comportarse de forma brusca, y no dudan a la hora de usar la intimidación en sus investigaciones. A pesar del bien que hacen a la secta, a los Inquisidores suele tratárseles con miedo respetuoso, pues todos saben que sus no-vidas están en sus manos.

Se rumorea que existe antagonismo entre la Mano Negra y la Inquisición. Los miembros de una facción tienen prohibido expresamente pertenecer a la otra, y algunos sospechan que esta rivalidad es resultado de los éxitos de los Inquisidores y las recientes quejas a la impotencia de la Mano.

Pertenecer a la Inquisición

Por supuesto, para un Inquisidor, es todo un honor pertenecer a la Inquisición. Para un futuro aspirante, es todo un sueño. El poder de la Inquisición es inmenso si se sabe usar bien, aunque todavía queden muchos idealistas en ella que opinan que ese gran martillo que es dicha facción sólo debe ser usado para aplastar herejes.

La pertenencia a la Inquisición implica una serie de detalles a tener en cuenta: El apoyo de la facción, la posibilidad de emitir autos de fe (si se es un miembro de los escalafones altos), la obligación de purgar la secta de Infernalistas y el deber eterno para con la Inquisición. Se presupone, además la imparcialidad del Inquisidor (lo que no implica que se cumpla siempre).

Lo más importante para un aspirante es el periodo de selección y el de posterior iniciación. El periodo de selección no difiere mucho de un Abrazo bien planeado, el futuro mentor del Inquisidor en la facción le observa durante el tiempo que le parezca oportuno y si cumple sus cánones es invitado a la ceremonia de iniciación.

Los clanes más numerosos son el Lasombra (todos conocemos el pasado religioso de este clan) y el Ventrue antitribu y la senda favorita es la del Acuerdo Honorable. Entre las habilidades favoritas están casi todas, pues suele ser necesario todo tipo de habilidad, aunque se enfatizan la Empatía, Subterfugio, Intimidación, Tortura, Liderazgo y Teología. Las disciplinas favoritas suelen ser Dominación, Fortaleza y Auspex, además de su propia senda taumatúrgica, Malleus Maleficarium. Dicho sea de paso, el conocimiento en esta senda está restringido a la posición del Inquisidor. Hasta el tercer círculo del trasfondo, la progresión es aritmética, un Inquisidor con Miembro de la Inquisición a 1 sólo puede tener Malleus Maleficarium a 1, otro con el trasfondo a 2 tendrá la senda a 2, etc. A partir del 4 círculo en el trasfondo se pueden aprender el 4º y 5º nivel. Además, dicha senda suele ser la primaria de Taumaturgia. Como la única manera de avanzar en la senda es aprendiendo de un mentor, se garantiza que no haya excepciones a esta regla.

Miembro de la Inquisición
 
• Un simple soldado de la Inquisición que difiere poco de un Templario normal y corriente. Cuentas con el apoyo de la facción y seguramente acabes ascendiendo tras varias misiones exitosas. Aún no puedes asumir tus propias investigaciones.

•• Se te conoce y respeta en la Inquisición. Ya eres capaz de promover tus propias investigaciones e incluso de acusar (aunque no a alguien con mayor Posición en el Sabbat que la que puedas tener tú en la Inquisición, puede que tus compañeros no apoyen tal osadía. A partir de aquí se aplica esta restricción siempre que se vaya a acusar).

••• Eres un miembro valorado en la Inquisición. Probablemente seas ductus de tu propia manada de Inquisidores y ya tienes permiso para conceder autos de fe. Tu palabra suele ser ley en tu manada y todos sus miembros confían en ti al cien por cien.

•••• Los mayores Inquisidores, héroes que posiblemente han participado en incidentes como el de Montreal en 1910 (ver más abajo). El respeto y miedo que infundes es enorme y tu nombre es susurrado entre las cofradías cuando apareces por su ciudad. Simplemente, tu palabra es la ley, y la Inquisición te respalda. Probablemente te otorguen escolta en cada ciudad para que no tengas que preocuparte de tu seguridad y puedas centrarte en tu trabajo. A partir de aquí tienes la capacidad de iniciar a otros en la Inquisición. Tratamiento: Excelso Señor.

••••• Si no eres uno de los miembros fundadores, has llegado hasta aquí y te has convertido en un ser legendario. Puedes dirigir tropas hacia los objetivos que consideres oportunos, formar manadas e incluso acusar Priscus si quisieras. Líderes así suelen estar bajo la mira de los más poderosos miembros del Sabbat, si contasen con su apoyo...Tratamiento: Muy Reverendo Señor (igual que un Priscus, a todas luces lo son).



Ceremonia de Iniciación

Posiblemente el ritual de iniciación en la Inquisición pueda ser llamado autorictas ritae, aunque no está entre los trece reconocidos, no hay duda de que es un rito poderoso que ata al Inquisidor y le confiere de la capacidad de desarrollar la senda Malleus Maleficarium. La ceremonia consiste de dos partes, y por lo general suele durar una semana. En la primera parte, en la que por tradición debe estar presente un Priscus y un Arzobispo como testigos del acto se le recitan al aspirante estos pasajes del Nuevo Testamento:

MATEO 6:22-23
La lámpara del cuerpo es el ojo; así que,
si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que
si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

MATEO 5:29
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti;
pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo
sea echado al infierno.

MATEO 5:30
Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, Córtala y échala de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Mientras se recita cada oración, el Inquisidor que celebra el rito procede a arrancar el ojo y mano derechos del aspirante, tras lo cual utiliza un ungüento que impedirá regenerar dichos miembros durante una semana. Esta parte del ritual requiere del gasto de dos puntos de Fuerza de Voluntad para soportar el dolor.

Finalizada esta parte se lleva al aspirante a una habitación (en este momento, dependiendo del Inquisidor que oficie el rito, se le puede entregar la Biblia u otro libro o no). 

Una vez allí, se le otorga al aspirante un látigo y se le conmina a azotarse (no seamos bestias, el látigo duele, pero en ningún momento hará daño) durante el día entero cada vez que piense en algo “maligno”, y si no lo hace, que se azote igualmente para erradicar el posible mal latente. Al día siguiente se le dice que haga lo mismo, pero esta vez azotándose con cada pensamiento “benigno” o con la ausencia del mismo. Todo esto con lecturas intercaladas del libro sagrado que le haya sido entregado (o meditación si no se le ha dado el libro). El tercer día debe repetirse lo que el primero, y el cuarto lo que el segundo. Entonces se abrirá la puerta (hay que recalcar que estos cuatro días se han pasado en ayuna). 

El aspirante habrá adquirido la capacidad de sintonizarse con el “mal” latente (ha aprendido el primer nivel de Malleus Maleficarium, eso sí, hay que pagar los puntos de experiencia para poder obtenerlo.) tras todo este ritual. Entonces se le dice que tiene 3 días de plazo para volver con un Infernalista (el ritual se procura realizar en una zona donde ya se sepa de antemano de la existencia de Infernalistas). Si cumple el plazo, el ritual se da por terminado y se considera Inquisidor en toda regla al aspirante, podrá regenerar sus miembros perdidos y volver a alimentarse (a partir de ahora Miembro de la Inquisición a 1). Si por el contrario falla, no tendrá segunda oportunidad. Será decapitado.

Un Suceso; Montreal, 1910
 
Uno de los sucesos más famosos de la historia de la Inquisición se produjo en 1910 en Montreal. Si bien lo que allí sucedió es desconocido por casi todos, los Inquisidores saben la verdad sobre la noche del 15 de Febrero.

Un culto ancestral (aunque la Inquisición lo atribuye a un único Infernalista enajenado) ubicado en varios subterráneos excavados a partir de sótanos de viviendas de las afueras había conseguido, tras propagar una plaga por ese mismo barrio que se cobró las vidas de unas 40 personas; convocar a un Señor de la Plaga, una poderosa y antigua entidad. Por supuesto, se les fue de las manos.

De todas maneras, hasta allí habían llegado cuatro Inquisidores y otros cuatro Templarios que los escoltaban. Todos ellos de renombre, todos ellos poderosos. Sólo un Cainita sobrevivió a aquella noche, y ese horror indescriptible se le quedó grabado a fuego en la mente. Uno por uno, todos sus compañeros habían caído, su sire pereció delante de él salvándolo de la acometida de la criatura. Esa noche nació una nueva leyenda en la Inquisición. El único Inquisidor superviviente, el que desterró a la criatura de nuevo a los Infiernos, Guy Dirac.

Este éxito en Montreal fue el culpable, en parte, de que la popularidad de la facción haya ido aumentando, de manera directamente proporcional al respeto (o temor) que infunde en todo el Sabbat.

Al parecer, el mismísimo Guy se encargó de que todos los cultos a esa antigua criatura desapareciesen. Sin cultos que la recordasen, no volvería a ser invocada de nuevo. Sin embargo, cada vez se suceden mayores rumores sobre la existencia de libros apócrifos que desvelan secretos sobre dicha criatura y que relatan maneras de servirla. Si los rumores fueran ciertos, la Inquisición deberá actuar de nuevo. Pero tras la pérdida de aquellos tres poderosos Inquisidores, quizá las tornas hayan cambiado de lugar...

El Palacio de la Rectitud, sede de la Inquisición

Perdido en las escarpadas montañas de Rumanía se halla un viejo castillo del siglo XII que actúa como “sede” de la Inquisición. Se cree que el mismo castillo fue regalo de un Tzimisce a su Chiquillo hace varios siglos. El Chiquillo pereció, acusado de Infernalismo hace dos siglos, y desde entonces el castillo ha quedado “confiscado” con el permiso del sire del antiguo propietario, actualmente en letargo. Por supuesto, antes del establecimiento de los Inquisidores en él, se vio sometido a complicados ritos de purificación, pues en realidad el castillo estaba casi corrupto debido a los rituales que allí realizaba el Tzimisce. Las cámaras de tortura (las salas favoritas de Joana Graves) se conservaron, al igual que los calabozos. El resto del castillo se ha ido reestructurando con el paso de los tiempos, aunque los últimos avances informáticos aún no han llegado a él. Aparte de los calabozos cuenta con varios aposentos, una enorme biblioteca, un salón, varias salas de entrenamiento, una sala de armas, una capilla, una sala de juicios y la “Sala del Fin del Tormento”, el lugar donde se le da la Muerte Definitiva a los pocos Infernalistas que se traslada al castillo. Se encuentra constantemente vigilado por ghouls, y a dichos ghouls se les vigila de la misma paranoica manera.

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