La creación del personaje debería comenzar siempre con un sólido concepto. No es necesario que esté
detallado al principio; los detalles van surgiendo poco
a poco. No obstante, debería ser lo bastante fuerte
para guiar al personaje a través del resto del proceso:
el concepto es la semilla de tu personaje.
Concepto
Los conceptos de personaje influyen la personalidad, la Naturaleza y la Conducta, tal y como está explicado en Vampiro: La Mascarada. Muchos de
los conceptos de Vampiro pueden ser apropiados; la
mayoría de los personajes no empiezan sus vidas o carreras como cazadores de brujas. ¿Es tu personaje un
humilde cura de parroquia? ¿Un ermitaño visionario?
¿Una joven viuda en busca de venganza?
Catalizador
También deberías tener en cuenta los motivos de
tu personaje para haberse convertido en un Inquisidor: ¿cuál fue su llamada? ¿Por qué es tu personaje un
cazador de brujas? La vida de un cazador es peligrosa,
y está marcada por el celo y la obsesión. Suele haber
un punto sin retorno en la vida de un personaje que
precipita su metamorfosis en cazador de brujas. ¿Cuál
es ese catalizador?
La mayoría pueden ser agrupados en dos categorías
básicas: tragedia personal o momento de iluminación.
• Tragedia personal:
Algo terrible ocurrió en algún momento de la vida
del personaje. Quizá un vampiro se alimentó de su hermana, o su padre fue asesinado por un hombre lobo en
los bosques. Quizá el personaje escapó por los pelos de
ser sacrificado en un ritual satánico. Fuese cual fuese
el suceso, tuvo un fuerte impacto sobre el personaje
y le empujó al devoto estilo de vida de un Inquisidor.
El poder de la Inquisición le da al personaje un medio
para superar la tragedia personal. Puede incluso que
la venganza ya no sea el motivo, sin que el personaje
haya cambiado.
• Momento de iluminación:
En algún momento del pasado del personaje, el
Mundo de las Tinieblas se reveló ante él. Puede que
escapase del ataque de un vampiro o que presenciase
la invocación de un demonio. El mito, la leyenda y la
mera superstición se hicieron repentinamente reales
para él. Cree que estas criaturas de leyendas sólo pueden ser concebidas como en los tradicionales cuentos
de hadas: son malignas, y Dios es nuestro único escudo
contra ellas. Para muchos de estos personajes, su deber
está claro: deben proteger a los ignorantes y los inocentes de las criaturas que podrían destruirles.
Motivaciones
Hay diversas motivaciones que interactúan con
los catalizadores, el deseo de venganza y el sentido del
deber entre ellas. Recuerda que muchos cazadores de
brujas, particularmente Inquisidores, tienen un fuerte sentido del deber; la suya es una llamada religiosa,
una vocación. Los Inquisidores se sienten llamados por
Dios a su misión, y reconocen que, en última instancia, el catalizador que los llevó a la vida del cazador fue
un signo de Dios.
Pertenencia
¿Es tu cazador de brujas un verdadero Inquisidor,
en el sentido estricto del término: un miembro de la
Sociedad de Leopoldo? La Sociedad de Leopoldo es
uno de los más antiguos, mayores y mejor organizados
grupos de cazadores de brujas religiosos que existen,
pero no el único. ¿Es tu cazador miembro de alguna
otra orden o grupo religioso, menos influyente pero
con el mismo objetivo? ¿O es un operativo solitario,
un cazador de brujas que comparte la vocación de los
Inquisidores pero no siente la necesidad de pertenecer
a la Sociedad de Leopoldo?
Si tu personaje es un miembro de la Sociedad de
Leopoldo, puede que quieras considerar si pertenece o
no a alguna facción en particular. Uno siempre puede
“renunciar” a la Sociedad, por supuesto, o incluso a
una facción interna, pero no siempre es lo más seguro.
También es posible que un cazador de brujas se una a la
Sociedad en un momento posterior de su carrera. No
hay nada grabado en piedra.
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