Algunos Capadocios residen todo el año en Erciyes, pues el viaje desde algunos lugares puede llevar ¡más de ocho meses! El clan no tiene estructura formal, aparte de la dictada por la cortesía básica. No obstante, los Capadocios reconocen un gran renombre a sus antiguos y a los eruditos más sabios. Los recursos, el conocimiento y la sabiduría son más valorados que las aptitudes físicas o la astucia. Se cuenta una historia de dos chambelanes Capadocios, uno ayudante del príncipe de Marsella, el otro un alto cargo del arzobispado de Tours. Ambos estaban enfrascados en una discusión iniciada en latín, y a cada oportunidad cambiaban el idioma de su discurso, intentando superar al otro. Dieciséis cambios de dialecto más tarde, se dieron cuenta de que estaban en un callejón sin salida, y juraron reanudar la discusión al año siguiente.
Líneas de Sangre Capadocios
Los Ladrones de tumbas no han estado
nunca bien organizados. Son acérrimos
individualistas y muy insulares. El mismo
fundador prefiere trabajar a su propio ritmo,
haciendo cada descubrimiento mediante el
pensamiento y la razón, a la memorización
rutinaria de la típica relación profesor
alumno. Esta autonomía se refleja en las
funciones del clan como un todo: los Sires
suelen separarse de su progenie, animando a
los chiquillos a encontrar su propio camino
en la búsqueda del conocimiento.
Esto no quiere decir que el clan carezca
de un foco. Una vez al año, todo Capadocio
que puede hacerlo realiza un viaje a Erciyes,
donde el clan discute sus descubrimientos y
políticas. Es allí donde se demuestran los
nuevos adelantos de la Disciplina de Mortis,
donde se comparten las nuevas pistas sobre
la eterna pregunta y se resuelven temas
políticos. Muchos Ladrones de tumbas
aprovechan para visitar Erciyes, estudiando
en su vasta biblioteca (que contiene la
versión más completa del Libro de Nod
disponible en la actualidad, así como una
transcripción de un documento de origen
desconocido llamado las Rúbricas Protegidas)
o haciendo uso de la gran cripta y mausoleo
para probar sus teorías.
Algunos Capadocios residen todo el año en Erciyes, pues el viaje desde algunos lugares puede llevar ¡más de ocho meses! El clan no tiene estructura formal, aparte de la dictada por la cortesía básica. No obstante, los Capadocios reconocen un gran renombre a sus antiguos y a los eruditos más sabios. Los recursos, el conocimiento y la sabiduría son más valorados que las aptitudes físicas o la astucia. Se cuenta una historia de dos chambelanes Capadocios, uno ayudante del príncipe de Marsella, el otro un alto cargo del arzobispado de Tours. Ambos estaban enfrascados en una discusión iniciada en latín, y a cada oportunidad cambiaban el idioma de su discurso, intentando superar al otro. Dieciséis cambios de dialecto más tarde, se dieron cuenta de que estaban en un callejón sin salida, y juraron reanudar la discusión al año siguiente.
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Algunos Capadocios residen todo el año en Erciyes, pues el viaje desde algunos lugares puede llevar ¡más de ocho meses! El clan no tiene estructura formal, aparte de la dictada por la cortesía básica. No obstante, los Capadocios reconocen un gran renombre a sus antiguos y a los eruditos más sabios. Los recursos, el conocimiento y la sabiduría son más valorados que las aptitudes físicas o la astucia. Se cuenta una historia de dos chambelanes Capadocios, uno ayudante del príncipe de Marsella, el otro un alto cargo del arzobispado de Tours. Ambos estaban enfrascados en una discusión iniciada en latín, y a cada oportunidad cambiaban el idioma de su discurso, intentando superar al otro. Dieciséis cambios de dialecto más tarde, se dieron cuenta de que estaban en un callejón sin salida, y juraron reanudar la discusión al año siguiente.
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