Xi Dundu (Tercera Edición)

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Leyendas 

Hace mucho tiempo, un hermano y una hermana llamados Otieno y Onaedo merodeaban juntos por las llanuras de lo que hoy es Kenya. Ambos habían sido Abrazados por un Xi Dundu, y unas noches después de que se convirtieran en no muertos saciaron su sed con la sangre del corazón de su sire. Los hermanos eran una pareja terrible. A menudo prendían fuego a la montaña, sus costumbres eran violentas y a menudo luchaban constantemente entre ellos y con todos los vampiros con los que se cruzaban. Otieno y Onaedo pronto ganaron gran infamia, y pocos antiguos soportaban su presencia en sus dominios.

Ellos eran cazados con tanta frecuencia como cazaban a sus presas, y sus nombres eran considerados un mal presagio. Muchos vampiros trataron de destruir a la pareja esperando ganar gloria y fama, pero los hermanos eran demasiado poderosos y esquivos. Una noche, los hermanos llegaron al dominio del Magaji (Príncipe) Olugbenga de Nigeria. Se escurrieron sin ser vistos y durmieron bajo un árbol durante todo el día. Cuando se despertaron a la noche siguiente Uzoma, el hombre de confianza de Olugbenga, se encontraba aguardándoles. “Sabemos que estáis aquí, Otieno y Onaedo y el gran Olugbenga quiere hablar con vosotros.” 33 ¿Qué podían hacer? Los hermanos sabían que los habían descubierto y que si trataban de huir, Uzoma podía atraparlos con facilidad.

Asintieron silenciosamente y Uzoma los llevó a ver al Magaji. “Vuestra terrible reputación os precede, Xi Dundu.” Dijo Olugbenga a los dos hermanos, “Pero que no se diga que Olugbenga es un tirano. Mientras permanezcáis en mi dominio y mientras pueda vigilaros, si renunciáis a vuestra maldad, podéis considerar este dominio como vuestro hogar.” Otieno y Onaedo aceptaron –calmaron sus turbulentos corazones y se quedaron para disfrutar de la compasión del Magaji.

Así fue, al menos hasta la noche siguiente. Cuando Olugbenga despertó para saciar su sed, descubrió que no podía moverse. El hermano y la hermana habían utilizado un fetiche maldito para atraparlo en su cama. “¿Por qué me hacéis esto, Xi Dundu? Os ofrecí todos los frutos de mi jardín y un hogar en mi propio dominio. Perdoné vuestras acciones del pasado y os ofrecí un lugar donde construir vuestro futuro.” “Tú mismo has contestado a tu pregunta, Olugbenga.” Le susurró Onaedo.”Sabías que éramos Xi Dundu cuando nos perdonaste.”

Trasfondo 

Algunos Xi Dundu insisten en que fueron los primeros en llegar al Reino de Ébano, antes de que cualquier dios loco de los Guruhi les “cediera” el continente, y que por lo tanto son los gobernantes legítimo del Reino. A otros no les importa la legitimidad, simplemente planea para derrocar a los Guruhi, algo que esperan hacer pronto. Presumiblemente los Xi Dundu se originaron en el Congo, el corazón de las tinieblas. Ahora se encuentran en África Central y Oriental, aunque algunos permanecen en el Congo. De acuerdo con las propias leyendas del Legado, éste se dividió hace muchos siglos. Una facción estaba satisfecha con continuar siendo como eran, pero la otra facción, compuesta sobre todo por neonatos, querían utilizar la hechicería para incrementar su poder y ponerse al nivel de los Antediluvianos. Durante un ritual mágico algo salió terriblemente mal. Muchos de los Xi Dundu cayeron al sueño, retorciéndose en una horrible agonía.

La única forma que encontraron de escapar del tormento fue escapar al río. El hogar ancestral de los Xi Dundu los rechazó y fueron obligados a huir por el agua, lejos del Congo. Algunos emigraron hacia el centro de África, mientras que otros siguieron el río Congo hasta que llegaron al lag o Tanganica, que se encuentra en la actualidad en los límites de la República Democrática del Congo, Burundi, Uganda y Tanzania. Las Sombras entraron en Tanzania, y cuando la tierra dejó de rechazarles, continuaron su viaje entrando en el Valle del Rift y en Kenia. Actualmente muchos Xi Dundu proceden de las tribus Masai de África Oriental, y esa cultura es la más extendida e influyente dentro del Legado. Algunos miembros del Legado aseguran que su progenitor no vivía en el Congo, sino que era uno de los Masai. Independientemente de su origen sus dominios son numerosos, pero pequeños y a menudo un Xi Dundu se rodea de una prole de chiquillos, combatiendo ferozmente a los demás Laibon con los que comparte su dominio.

Ya fuera debido a esta gran migración o simplemente debido a su naturaleza, los Xi Dundu están ferozmente unidos. Han aprendido a trabajar juntos, y (al contrario que los demás Legados) son capaces de reconocer el valor del esfuerzo concertado. Agresivos por naturaleza, los Xi Dundu prefieren gobernar en lugar de servir. Aunque los Guruhi mantienen las riendas del poder en el presente, los Xi Dundu tienen como objetivo derrocarles. Viniendo del corazón del Reino de Ébano, las Sombras han tomado el mando de la supremacía como señores de la noche. Utilizan su red de aliados para extender historias supersticiosas de terror y poder, reclamando la oscuridad exclusivamente.

Persistentes y severos, a las Sombras raramente les preocupa ocultar sus ambiciones. Pueden ser crueles, pero son sinceros, y participan abiertamente en el juego de la subversión sugiriendo que quizás los Guruhi no son los mejores líderes del Reino de Ébano después de todo –y que quizás el continente oscuro necesita que un gobernante oscuro tome el poder. Un proverbio Wadchagga dice que cuando el león envejece, hasta las moscas lo atacan. Para muchos Xi Dundu los Guruhi son el león, anacrónico y decadente, y asediados por los enemigos que han obtenido durante siglos de gobierno. Ambiciones aparte, los Xi Dundu comprenden la necesidad y el valor de los aliados e intentan conseguirlos siempre que pueden. Aunque se consideran superiores a los demás Laibon, no les importa que sea otra mano la que sostenga la lanza.

 Respetan a los Akunanse por su sabiduría y experiencia, aunque desprecian a los Shango porque los hechiceros son reacios a confiar en ellos. Consideran a los Guruhi como parte del pasado, pero admiran la tenacidad con la que los viejos Laibon se aferran a su reino. A menudo consideran a los Osebo y Kinyonyi como herramientas útiles, los últimos porque no hacen preguntas y los primeros porque son fácilmente subyugados por personalidades fuertes. La mayoría de los Xi Dundu desprecian a los Ishtarri porque les parecen demasiado frívolos y simplones.

Apodo: Sombras

Apariencia: Aunque la leyenda sugiere que se originaron en el Congo, los Xi Dundu han abrazado a muchos pueblos indígenas del centro y el este de África. La mayoría de las Sombras son o parecen Masai. A menudo son altos y esbeltos, con brillantes dientes blancos que destacan sobre su piel obsidiana. Se sienten igual de cómodos llevando trajes occidentales que las vestimentas tradicionales de los Masai, especialmente sus mantos rojos. Los Xi Dundu también modifican su cuerpo con perforaciones, escarificaciones y pendientes y algunas mujeres tienen agujeros tan grandes en sus orejas, que los lóbulos les caen sobre los hombros. Las mujeres también llevan collares intrincados mientras que los hombres llevan varios brazaletes en el mismo brazo. En cualquier caso, siempre saben vestirse en cada momento.

Refugio: Los Xi Dundu normalmente viven en edificios protegidos o cerrados. En las sabanas a menudo adoptan las cabañas y chozas Masai agrupadas dentro de una empalizada. En las grandes ciudades las Sombras procuran establecerse en grandes edificios para permanecer próximos unos de otros o de sus aliados Laibon, viviendo bajo el mismo techo.

Procedencia: Originalmente los Xi Dundu eran cazadores del Congo, expertos y valientes. Ahora, muchos miembros del Legado proceden de una gran variedad de conceptos. Sin embargo, las personalidades fuertes y crueles son muy apreciadas, así como los manipuladores y expertos en la política. En última instancia los Xi Dundu Abrazan a los individuos que pueden ser útiles al conjunto del Legado a largo plazo.

Creación del Personaje: Las Sombras tienen Naturalezas y Conductas muy agresivas y similares, y los Atributos Físicos y Sociales son los más valorados, con los Mentales de Secundarios. Deben tener la fuerza para sobrevivir en las sabanas. Las Técnicas y Conocimientos también son comunes. Los Trasfondos más deseables para los Xi Dundu son Aliados, Influencia y Recursos.

Disciplinas del Legado: Dominación, Obtenebración, Potencia

Debilidad: Los vampiros Xi Dundu carecen de sombra. Los Bavili creen que cuando un hombre muere, su alma sale de su boca y pierde su sombra. Muchos Laibon sospechan que esta creencia se originó tras los encuentros de los mortales con los Xi Dundu. Algunos señalan la proverbial vanidad de los Xi Dundu y creen que la carencia de sombra es una especie de castigo divino, aunque otros creen que la propia tierra rechaza el toque de su sombra. De hecho, cuando los Xi Dundu descansan, no deben tocar su suelo natal o su fuerza se reduce a la mitad durante 24 horas.

Organización: Al contrario que algunos de los demás Legados, los Xi Dundu tienen una estricta y reglamentada lealtad a su linaje. Eso no les impide eliminar a un miembro del Legado que se ha vuelto débil e inútil si es por un bien mayor, pero es algo que prefieren evitar. Como un método para descubrir debilidades ocultas, los Xi Dundu normalmente llevan a sus chiquillos recién Abrazados a la sabana, donde deben matar un león con las manos desnudas… o morir.

Cita: "No necesito ver mi sombra para saber que dejo mi marca en toda la tierra que piso. Témeme, porque nuestra oscuridad está creciendo, lo veas o no." 

Estereotipos 

Akunanse: Su sabiduría podría ser un poder respetable y utilizable, si no fuera porque los convierte en parte de la selva y de las bestias.
Guruhi: Son el poder preeminente… por ahora. Pero los tiempos cambian, hasta para quienes lo resisten.
Ishtarri: Originalmente no eran parte de nosotros, aunque se han construido su lugar con habilidad. Son guerreros útiles cuando no se pierden en sus deseos y adicciones físicas.
Kinyonyi: De vez en cuando los he contratado, pero sólo confío en ellos hasta cierto punto.
Naglopers: Doctores brujos, hechiceros y moradores de las tumbas. Si pudiera conseguir que extendieran mis siniestras hazañas en lugar de las suyas, los temores de Laibon y ganado fluirían como una marea imparable por todo el Reino de Ébano.
Osebo: Estos leopardos son los perros falderos de los Guruhi. Y como no pueden cambiar lo que son, serán masacrados como perros rabiosos cuando llegue el momento.
Seguidores de Set: Cuando no sabes lo que quieren las serpientes, lo mejor es mantenerlas a distancia, aunque no estoy seguro de que lo hagan.
Shango: Pasan demasiado tiempo dedicándose a su propósito divino y obedeciendo las órdenes de los Guruhi para mi gusto. Mejor evitarlos hasta que los Guruhi caigan y entonces eliminémoslos.
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