El espíritu ba aparece representado en el arte egipcio como un pájaro con cabeza humana. Según cuentan, su función era cumplir varias tareas en el más allá que permitiesen la resurrección del cuerpo. El concepto del ba alado parece proceder del poder fantasmal de los espíritus para hacer que les crezcan alas y volar por el Mundo Subterráneo y dadas las imágenes de halcones que se asociaban a los dioses Ra y Horus, los escribas del antiguo Egipto representaron a estas figuras con aspecto de pájaro. Posteriormente, los artistas coptos las dibujaron como ángeles. En realidad, muchos de los espíritus ba no poseían alas, pero todos se dedicaban con pasión a continuar con las tradiciones y los modos de comportamiento que aseguraban la continuidad de su existencia. El rechazo constante del mundo de Maat parecía destinado a evitar que la mayoría de ellos alcanzase nunca la resurrección prometida, pero la voluntad del ba inmortal era inquebrantable. El ka permanecía junto al cuerpo físico, el khu rodeaba al cadáver como un aura luminosa mientras el sahu se encaminaba a los campos del paraíso, y el khaibir se unía como un parásito al espíritu ka o el ba. De esta manera el ba había de llevar la carga de las responsabilidades efímeras del alma y al tiempo conservar la pasión suficiente para poder continuar. Los fantasmas egipcios con un ba débil sucumbían a las otras influencias del alma y sobre todo acababan dejándose llevar por cazas impulsadas por su khaibir o regresando al ka para vigilar su cadáver y quedando indefensos mientras aguardaban un renacimiento que nunca llegaría. La mayor parte de los ba con fuerza suficiente para resistir los impulsos primarios de su hambrienta khaibit y por supuesto para soportar siglos de indolente existencia en el Inframundo, habitaban en la ciudad de Amenti.
Cuando las largas eras hacían que pareciese que la voluntad de Apofis nunca sería frustrada, algunos ba caían en la desesperación y acudían al Corruptor. Otros se resignaban a llevar una existencia prolongada en Amenti. Los ba, al ser los residentes más comunes (y más entregados) del Reino Oscuro de Arena, parecían ser los hijos favoritos de Osiris. Ocupaban muchos de los puestos del palacio celestial de la ciudadela sagrada como parte de su clero y debido a que muchos de los ba aspiraban a obtener esta posición política y religiosa tan poderosa, recibieron el nombre de Khri-habi, o Portadores de Pergaminos. Componían la mayoría de la elite de los Shanu-atiu, el círculo más exclusivo de sacerdotes que vigilaban la forma inmóvil de su dios, transmitían sus antiguos decretos e interpretaban las palabras que pronunciaba en sus infrecuentes momentos de lucidez. Los Khri-habi registraban, debatían e interpretaban incluso las observaciones más insignificantes de su señor y fueron creando una pequeña biblioteca de conocimientos. Este corpus iluminada de sabiduría les hizo valedores de otro apodo, Portadores del Libro.
Cuando la Dja-akh barrió la ciudad de Amenti, todo aquello por lo que habían luchado se esfumó. Algunos se lanzaron a la tempestad al olvidar el nombre de Osiris a causa de su pesar. Los que recordaron su promesa deambularon por el reino físico como pájaros de presa (o ángeles salvadores), aguardando almas a las que salvar. El ba es la encarnación espiritual de la mente consciente. Los pocos pero fuertes tem-akh que sobrevivieron a la tormenta espiritual poseen abundante sabiduría y capacidad de liderazgo y debido a esta fuerza, al espíritu ba le resulta más fácil unirse a un mortal con una psique débil, alguien con un nivel mínimo de pensamiento consciente. El recipiente defectuoso que el ba quiere completar está dominado por el instinto, las costumbres o los dogmas. Los anfitriones ba suelen tener un bajo código moral o poca personalidad. Están dominados por la influencia de sus colegas, las figuras autoritarias, las tradiciones, los hábitos y la rutina. Estos recipientes incluyen soldados que cumplen órdenes sin pensar, miembros de religiones altamente dogmáticas y conservadoras, víctimas sin voluntad de la cultura popular, miembros del sistema colegiado griego que necesitan una mentalidad de colmena para funcionar, o incluso criminales de poca monta carentes de cualquier código moral. Las almas perdidas de la edad moderna buscan un objetivo y cuando mueren, las viejas almas de una época remota se lo proporcionan.
La hajj: Debido a su hincapié en el intelecto, e ba es el más capacitado de todos los tem-akh para hacer frente a las complicaciones durante su trayecto a las Tierras de la Fe. Retiene la suficiente serenidad para escoger la manera más segura de regresar, aunque tales consideraciones requieren algo de tiempo para que el ba cavile, por lo que le cuesta mucho improvisar.
La Tercera Vida: El espíritu ba se une a su anfitrión a sabiendas de que su compañero no está acostumbrado a pensar por sí mismo, o quizá ni tan siquiera a pensar racionalmente en absoluto. El ba se deshace con rapidez de los comportamientos irreflexivos o contraproducentes surgidos del hábito, la presión de los compañeros o la obediencia ciega a la autoridad. Después de la resurrección, la nueva momia se da cuenta de que malgastó gran parte de su antigua vida frente a un televisor idiotizador, siguiendo a la masa u obedeciendo los mandatos de otros. La tendencia a reaccionar sólo después de que le empujasen da paso rápidamente a un deseo de forjar el propio camino. Plenamente consciente ahora de que el mundo es más complejo y diverso de lo que nunca habían imaginado, los Portadores de Pergaminos comienzan a ansiar más conocimiento y el descubrimiento de uno mismo se convierte en un paso importante hacía la independencia. Es probable que comience una vida que le coloque en una posición en la que puede ayudar a otros sin tener que reaccionar a variables que cambian radicalmente: la constancia y la estabilidad son tan importantes como los desafíos intelectuales. Las habilidades naturales del Portador de Pergaminos te empujan a convertirte en terapeuta, psicólogo, médico o incluso a dedicarse a profesiones más esotéricas como curandero o astrólogo.
El sentido del deber para con los demás crece mientras el Khri-habi abandona su anterior existencia mediocre y su consecuente esclavitud al dogma y la rutina. Mirando más allá de las insulsas profundidades de si intelecto malgastado o ausente, el Portado de Pergaminos alcanza nuevas cotas. Mientras aprende a analizar el mundo con su nueva consciencia agudizada, observa las maneras en las que el resto malgasta su potencial. Al igual que la Alquimia pretende convertir los metales en oro, los Khri-habi desean eliminar los grilletes de las mentes de aquellos con los que se encuentran. La mayoría de los Portadores de Pergaminos están convencidos de que la búsqueda de Ma'at no tendrá éxito hasta que los individuos aprendan a pensar de forma crítica y acepten la responsabilidad de sus propias acciones.
Afiliaciones: Las instituciones mortales tales como los hospitales, las organizaciones sin ánimo de lucro y las Iglesias atraen a los Khri-habi y esas organizaciones se benefician notablemente del talento con el que el Portador de Pergaminos refina y perfecciona todo lo que toca. Los Khri-habi se sienten como en casa allí donde se aprecia el trabajo en equipo, el ingenio y el deseo de colaborar. Cada Portador de Pergaminos busca lo mismo en la floreciente Amenti. El culto de Isis (sanadores y preservadores del conocimiento en Egipto desde hace tiempo) es la facción favorita de la mayor parte de los Khri-habi. El hecho de que los objetivos de este culto estén ahora tan dispersos hace que los Portadores de Pergaminos sientan con más razón que les necesitan. Con los Portadores de Pergaminos respaldando el venerable culto, el legado de Isis puede convertirse de nuevo en algo legendario. Otros Khri-habi prefieren unirse a los Shemsu-heru para ayudar a Horus en su lucha por restaurar el equilibrio de Maat en el mundo.
Creación de personaje: Los Portadores de Pergaminos pueden tener casi cualquier Concepto siempre que combine a un candidato mortal con un espíritu muy intelectual. La unión de las dos almas, la una con una incapacidad total para tomas sabias decisiones y la otra con un sentido del deber muy desarrollado, provocan cambios notables. El tem-akh ba añade a la mezcla el impulso de mirar más allá del presente, por lo que los Atributos Sociales o Mentales son los candidatos perfectos para Atributos Primarios. La Naturaleza del nuevo individuo depende de cómo era la debilidad mental de anfitrión y lo bien que se ajusta el Portador de Pergaminos a la unión. El ba suele contribuir con una considerable cantidad de conocimiento y habilidad para la manipulación social a la unión,
mientras que el mortal redimido suele poseer
destrezas que pueden resultar útiles para ayudar a
los demás.
Hekau primario: Alquimia.
Determinación: El Yo Ave o Espiritual. Según la tradición, el ba era libre para viajar entre el cuerpo del fallecido y el otro mundo. Los egipcios creían que era necesario que volviese al Mundo Subterráneo para poder sanarse y resucitar, y con el tiempo este papel pasó a ser la recolección de energía para llevarla al cadáver, de forma similar a un pájaro que trae comida a sus crías. El ba dota a la Amenti de la habilidad de sustentar y sanar el khat. Cada día, al alzarse un nuevo sol, el Khri-habi gana una reserva de dados igual a su puntuación de Equilibrio. El jugador puede usar estos dados para curar el cuerpo de su personaje o de otra persona. Cada éxito a dificultad normal sana dos niveles de daño contundente o uno de daño letal. Esta formación como sanadores y sacerdotes-hechiceros también se ve reflejado en el talento del Khri-habi con la Alquimia.
Deuda: El ba es la psique de un individuo con poca personalidad o moral. Como timonel atrapado, la antigua alma debe guiar a un ser humano carente de auténtica fuerza o personalidad. En cualquier situación en la cual el Khri-habi deba rebuscar en la mente del anfitrión conocimiento, reflejos o instintos que necesite para su compañero los segundos pasan volando. Aunque la identidad del anfitrión (que posee la mayoría de la información y habilidades compartidas) es la que forma la mayor parte del alma fusionada, el Khri-habi es la inspiración para actuar independientemente y sin una actitud servil como dicten las figuras autoritarias, los instintos o las costumbres. El ba está acostumbrado a actuar sin que nadie le diga cómo, mientras que el mortal optaba a reprimirse. El tiempo que le lleva sobreponerse al anfitrión hace que pierda unos valiosos segundos y como consecuencia, el Khri-habi sufre una penalización de +2 a la dificultad en las tiradas de Percepción y Astucia y de -2 a su puntuación de iniciativa.
Cita: "Debemos sanar el mundo de los vivos para que sus heridas dejen de arrasar las tierras de los muertos. Todos los seres tienen un papel que interpretar y ayudaremos a cada cual a conocer el suyo."
Puntos de Vista:
Kher-minu: Recordemos a los protectores por su paciencia y aguante. Puede que él mundo los haya olvidado hace tiempo pero ellos no olvidaron a sus protegidos.
Mesektet: El regreso de las Embarcaciones de Ra solo puede resultar beneficioso. Quizás el cielo haya puesto otra vez su mirada sobre la tierra. Lo que saben de A'aru nos proporciona a todos esperanza.
Sakhmu: Su destreza con las herramientas siempre resulta útil, pero estos artesanos son en sí mismo herramientas. No son más que el mortero entre los auténticos ladrillos del templo.
Sefekhi: Estas bestias nos acosaban en el mundo subterráneo y ahora siguen haciéndolo en las tierras de los vivos. Sigue siendo un misterio su utilidad en la tarea de traer a Maat al mundo.
Udja-sen: Si pudiéramos sanar a estas pobres almas... ¡Ay! Los que habitan fuera de la ciudad de los Elegidos deben pagar el preció por su libertad .
Los Otros: La irreflexión y el comportamiento compulsivo parecen conformar el día a día de estas criaturas. ¿Nos costaría mucho guiarles de nuevo por la senda de Maat?
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