Sefekhi (Los Desatados)

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La khaibit es la esencia impulsiva y agresiva del ser. Representa todo tipo de impulsos: rabia, lujuria, además del deseo de poder y éxito. Como "sombra" del alma, la khaibit solía permanecer unida al ka o al ba en el más allá. En ausencia de la khaibit, la apatía y la inmovilidad prevalecen. Por tanto, la khaibit es una de las porciones más resistentes del ser. En cierto modo, la khaibit es la manifestación espiritual del id de la psicología occidental, fuera de control. Incluso los egipcios temían sus impulsos animales incontrolados y otros fantasmas de los reinos espirituales tienen el mismo temor al salvajismo de la sombra. Todas las creencias filosóficas, desde los primeros mandatos de Osiris hasta las enseñanzas pacifistas de las sectas cristianas, se oponían al poder de la khaibit. Existían rituales nigrománticos que podían purgar del alma al lado oscuro, permitiendo al espíritu pasar a otro mundo sin verse atado por su oscuridad primaria. Debido a que esos hechizos eran inusuales y estaban reservados a los que el clero consideraba merecedores (normalmente las personas tan devotas cuyo khaibit, desde el principio, no era demasiado fuerte), las sombras más siniestras solían pasar al Inframundo sin obstáculos.

Cuando la balanza de Maat se desequilibró aún más, los reinos de los vivos y los muertos se precipitaron a la oscuridad por igual. Las agresivas khaibit sólo encontraban empleo en la ciudad de Amenti como generales, vigilantes y asesinos. Muchas de estas poderosas sombras sobrevivieron cuando la Dja-akh arrasó el Inframundo y destruyó el Reino Oscuro de Arena. Después, comenzaron a acechar en el mundo espiritual como bestias hambrientas. Al carecer de las guías morales del ba o el ka, la khaibit seguía sus deseos más básicos, obteniendo una temible reputación por su hambre depredadora y sus feroces ataques. La llamada de Osiris ha dotado a las khaibit de nuevos objetivos. Detectan a un mortal cuyo lado oscuro sea frágil y débil, el alma sombría siempre se une a un nuevo espíritu tímido reprimido o poco asertivo, una quietud que puede deberse a la falta de motivación o de agresividad, la fuerza de voluntad, el pacifismo o una rígida autodisciplina. Cuando la khaibit entre en el cadáver, el alma aterrorizada del recién fallecido suele retroceder a las profundidades de su consciencia, acobardada como un niño asustado entre los impulsos incontrolados que fluyen de la sombra. Dotado de fuerza sobrenatural y un ánimo incansable, el tem-akh khaibit conduce el cuerpo en la hajj hacia la resurrección con terrible resolución. El viaje frenético de la sombra a las Tierras de la Fe no escapa a la atención de los cultos de resurrección que aguardan su llegada. Los Hijos de Osiris comenzaron una práctica que se ha extendido a otras sectas, enviar a un grupo fuertemente armado a cazar los violentos cadáveres khaibit. Este comportamiento solía provocar violentos enfrentamientos, pero las bandas cuidadosamente organizadas de sacerdotes-guerreros solían volverse siempre con su presa.

El cadáver khaibit, por lo general sometido y abatido, es trasladado al templo aislado del culto y se le somete al ritual de resurrección. De todos los tem-akh, la khaibit es la que presenta mayor dificultad a la hora de adaptarse al alma con la que se funde. La resurrección proporciona la oportunidad de unirse de forma pacífica, pero el bestial espíritu sombrío suele luchar para conservar el control total del cuerpo. La Amenti sufre una variante inmensamente dolorosa del Gran Rito, destinada a controlar la violenta khaibit. El cuerpo, poseído por las sombras se envuelve en vendas inscritas con hechizos protectores. Cuando el sacerdote que conduce el ritual comienza el hechizo, practica incisiones en forma de símbolos hieráticos en la carne del cadáver, dejando que la oscuridad sobrante escape del alma, hasta que la sombra se equilibra con la conciencia del anfitrión. Aunque varían un poco, las incisiones ceremoniales suelen señalar los lugares en los que según la leyenda fue herido Horus cuando Set le despedazó. Por ello, casi siempre hay cicatrices que cruzan el cuello y la espina dorsal de la Amenti, otras trazan curvas extrañas en torno a las cuencas de los ojos, e incluso hay una en el contorno de la cabellera. Muchas momias tienen el pelo cortado al cero, como los antiguos sacerdotes, para aumentar el efecto perturbador que produce el dibujo de estas cicatrices.

Pero quizá lo más  desasosegante sea que la escarificación ritual incluya también mutilar o amputar los órganos sexuales de la Amenti. Al actuar como reflejo de la legendaria pérdida de Osiris, esta mutilación es uno de los medios más efectivos de templar el peligroso influjo de la khaibit. Las vendas hechizadas mantienen inmóvil a la momia durante el transcurso de la ceremonia y sólo liberan a la momia de su prisión de lino cuando es evidente que la unión espiritual está completa y se ha puesto de acuerdo con su sombra; de ahí que se llame a estas Amenti Sefekhi, o Desatados. El vinculo primitivo de la khaibit con las fuerzas oscuras del Inframundo, combinado con las prácticas funerarias de los cultos que capturan al cadáver animado, tienen como consecuencia la especialización de los nacidos de la sombra en el Hekau de Nigromancia. Las leyendas hablan entre susurros de catacumbas llenas de momias envueltas en vendas que se retuercen, intentando desesperadamente llegar al equilibrio entre la sombra y la conciencia. Pocas preguntas atormentan las mentes de los sacerdotes como ésta: ¿Y qué pasaría si alguien liberase a los Sefekhi que aún no están controlados? Esa idea pesa constantemente en las cabezas de los guerreros-sacerdotes de Osiris que tratan con los Desatados... y puede que duerman, pero desde luego no descansan...

El hajj: El khaibit aprovecha plenamente su posesión de un poderoso cuerpo no muerto y avanza violentamente hacia la Tierra de Khem sin preocuparle los obstáculos o los individuos que cometan la estupidez de interponerse en su camino. Incomprendida, incapaz de expresar su confusión y furia, el alma sombría destruye las vidas de los que les niegan hasta el más mínimo deseo y deja peligrosas huellas a su paso para los enemigos de Maat que siguen su rastro con la esperanza de exterminar a todas las Amenti.

La Tercera Vida:
Los primeros pasos del Desatado por el sendero de Maat son agitados y con frecuencia sangrientos ya que los oscuros impulsos de la khaibit nunca están del todo bajo control y siempre amenazan con salir a la superficie. Sólo mediante la amputación de los órganos sexuales y la escarificación ritual pueden mitigar los Sefekhi los instintos siniestros que impulsan su ser. Intentan en todo momento enfocar su enfurecido exceso de energía en tareas constructivas u por ello, los Sefekhi se convierten en los soldados de las Amenti, cumpliendo las tareas más violentas y peligrosas que soliciten Osiris y Maat, en parte para cumplir con su deber sagrado, pero también para dar rienda suelta y disfrutar de su naturaleza salvaje.

Cuando el Desatado logra controlar su lado primitivo, el siguiente objetivo es hacer las paces con esos impulsos salvajes. El Sefekhi considera el lado bestial de la humanidad natural y necesario y a medida que va progresando en el camino de Maat deja de cuestionarse si sus acciones son correctas, al comprender en lo más profundo de su ser el peligro de la apatía, la inactividad y la pasividad. La timidez y la pereza permiten que el Corruptor engulla a sus víctimas casi sin esfuerzo. Puede que los Desatados que hayan avanzado lo bastante en la senda de Maat abandonen su comportamiento bestial por completo, canalizando toda la pasión de su khaibit de forma incansable e incesante en el servicio de Maat. Mientras que otras momias pueden perder convicción, distraerse o ceder al deseo de descansar, los Sefekhi aprenden a domar su lado bestial y ponerlo al servicio de su mente superior.

Afiliaciones: Los Desatados se alejan de cualquier relación a largo plazo con instituciones mortales. Su escalofriante presencia es inquietante y los antagonismos que provocan hacen que no sean bienvenidos. Cuando establecen vínculos duraderos con mortales suelen hacerlo con compañías religiosas ascéticas y enclaustradas con las que estuviesen relacionadas en la Segunda Vida, o grupos extremistas dedicados a hacer del mundo un lugar mejor cueste lo que cueste. Dentro de la sociedad de las momias, las Sefekhi se dividen casi por completo en dos grupos, los Hijos de Osiris y los Eset-a. Los Desatados que pertenecen a los Hijos de Osiris suelen considerarse la encarnación física de la voluntad de Osiris y hacen cuanto está en sus manos para cumplir sus designios tal y como ellos lo ven. Algunos Sefekhi ayudan a los de su clase a alcanzar el equilibrio entre su violenta khaibit y el alma moderna, por lo que permanecen enclaustrados en las tumbas de Abidos. Los Mesektet también vigilan a estas momias, creándose cierta tensión entre ambos grupos de Amenti. Otros Desatados se alían con los Eset-a y sueñan con reunir los sagrados fragmentos dispersos del alma y del Señor de la Vida, pues esperan resucitarle gracias a su conocimiento de la Nigromancia para que les guíe de forma directa.

Creación del personaje: El hambre en estado puro de la khaibit observa con los ojos antes dóciles del cuerpo mortal. Puede que el anfitrión fuese antes un niño de mamá o un adicto al control con la suficiente voluntad para reprimir sus instintos básicos por completo. En cualquier caso la unión de almas despierta e incita esos impulsos salvajes que duermen bajo una fachada civilizada. La resurrección suele otorgar al Sefekhi poderosos Atributos Físicos, en particular Fuerza y Resistencia y conserva los Talentos y Técnicas que le sirvieron tan bien al tem-akh en su papel de violenta sombra. La libertad de pensamiento que surge al rechazar las sofocantes normas sociales suele verse reflejada en una alta puntuación en Astucia. Los Atributos Sociales suelen ser los terceros en prioridad, puesto que ni el elemento monástico ni el Bestial de Desatado le hacían muy diestro en los pormenores sociales. Es posible que la momia posea abundantes conocimientos religiosos y filosóficos que obtuvo durante la Segunda Vida, por lo que en cierto modo los Desatados son los guerreros filósofos definitivos, que consideran lo que deben hacer a continuación y luego pasan a la acción. Es esencial una Fuerza de Voluntad elevada para reflejar la determinación inquebrantable de la khaibit y el hecho de que sólo una voluntad fuerte puede sobreponerse a un alma sombría sin ataduras.

Hekau primario: Nigromancia.

Determinación: La Sombra o Yo Instintivo. Los Sefekhi pueden recurrir a la fuerza primordial de su tem-akh para sobreponerse a heridas que de otro modo los debilitarían. Cada día el Sefekhi tiene una reserva de dados igual a su puntuación en Equilibrio que el personaje puede invertir para volver a tirar cualquier prueba de Resistencia o relacionado con el aguante físico. El nuevo resultado se aplica sea éste peor o mejor que el original. El jugador puede usar cada dado de su reserva sólo una vez por día (en tiempo de juego), pero puede escoger la cantidad que desee usar en cada tirada hasta agotar la reserva de ese día. La reserva vuelve a llenarse después de medianoche.

Deuda: Dejarse llevar por las profundidades primordiales del alma tiene consecuencias. La khaibit desea gratificación inmediata, algo terrible dado que el Sefekhi es violencia y ansia encarnadas. Irradia un aire palpable de ferocidad y amenaza reforzado por las espeluznantes cicatrices que cubren su cuerpo. La incomodidad que generan provoca una penalización de +2 a la dificultad de todas las tiradas Sociales excepto las relacionadas con la Intimidación. A discreción del Narrador, puede que esta penalización no se aplique a las relaciones con otros individuos como sacerdotes de Osiris, otras momias o personas muy perturbadas.

Cita: "He sufrido durante mucho tiempo en el Inframundo por mis pecados. Ahora sufrirás por los tuyos."

Puntos de Vista:

Kher-Minu: Los Custodios de Tumbas eran los que montaban guardia en los tiempos más oscuros. Sus fallos se debían simplemente a la inacción del resto. Cuando luchemos como hermanos codo a codo a seremos invencibles.
Khri-habi:
Mucho ruido y pocas nueces. Si es cierto que son tan buenos sanadores ¿ por qué no hacen regresar a Osiris ? Además, la muerte es parte del equilibrio y deberían saberlo.
Mesektet: También son unos bastardos arrogantes que se creen mejores que tú . Sigue metiéndote donde nadie te llama marinero del Sol, y te mandaremos de vuelta al paraíso.
Sakhmu: ¡Ohh, que guapo! ¡Lo quiero! Vale se pierden a veces en sus clases de arte, pero hemos de aceptar que la vida está vacía sin la belleza.
Udja-sen: Osiris les hizo regresar, así que parece que quiere que lo intenten de nuevo, pero también hizo que fuesen fáciles de eliminar si meten la pata. Los eliminaremos si es necesario.
Los Otros: Si arreglar el mundo significa que se tienen que marchar, así sea.
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