La ven como
una brillante metrópolis moderna
erigida a imagen y semejanza del
nuevo sistema de poder político
global. Les gusta mandar a sus
Chiquillos aquí para que aprendan
cómo influir sobre los mortales y
sacarles provecho a sus políticas.
La idea es que, tras un par de décadas en Bruselas, el Chiquillo de un
Justicar o un Príncipe tenga la experiencia necesaria para comenzar
a trabajar para su Sire.
El único problema aquí es que
los Chiquillos tienden a ser imbéciles excesivamente privilegiados,
malcriados y arrogantes. Puede
que no empezasen así, pero vivir
demasiado cerca del poder de sus
Sires les hace así. Estos holgazanes
no pasan el tiempo en Bruselas trabajando con políticos, sino que se
van de fiesta, follan, Cazan, toman
drogas y se enzarzan en extrañas
rencillas unos con otros mientras
los Ghouls como yo hacemos el
verdadero trabajo.
El Príncipe de Bruselas es
un Nosferatu llamado Nikolaus
Vermuelen, un Ancilla demasiado joven como para hacer frente
a la Progenie de las figuras más
poderosas de la Camarilla. Aun así,
tiene talento para no estar cerca
cuando surgen los problemas. Los
holgazanes son asesinados, pero el
Príncipe vive.
Para la Camarilla, la verdadera
importancia de Bruselas está en la
labor de los miembros de lobbies
consagrados, como yo mismo, que
nos aseguramos de que los intereses
de la Camarilla estén representados
en la política de la Unión Europea.
Mientras los holgazanes inventan
nuevas crueldades con las que
divertirse y los residentes vampíricos nativos de la ciudad tratan
de aguantar lo mejor que pueden,
nosotros esgrimimos el inmenso
poder financiero de la Camarilla
para que sirva a los intereses políticos de los no-muertos.
Lo más interesante es que la
mayoría del tiempo nadie se preocupa realmente de comprobar qué
estamos haciendo.
– Henrik Korhonen, Siervo y socio de la firma de Lobbying Wright+Moreau Strategies, controlada por la Camarilla
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