Entrada en Sunburst de Little Lamb:
«Si te conviertes en un lobo solitario, te sacrificarán igual que a uno». No fue mi Sire quien dijo esto, sino mi padre. Y estaba en lo cierto. Le echo de menos, y la única razón por la que aún pienso en él, aquí en la oscuridad más oscura que la oscuridad, es porque ahora tengo una nueva familia y eso me ayuda a recordar la vieja. Como Neonato, tratar de ir contra la sociedad vampírica es un experimento tremendamente arriesgado, uno que casi nunca sale bien. Hasta los Anarquistas han aprendido que tienen que mantenerse unidos para sobrevivir, aunque lo disfracen de palabrería ideológica sobre la “solidaridad”. Las coteries en su forma más básica no son comunas, son condiciones necesarias para la supervivencia darwinista en una sociedad de depredadores. Por supuesto, la Camarilla ha disfrazado esta idea con sus propios colores. Cuando los Altos Clanes ostentaban el cetro, promulgaron las Leyes de la Coterie y sonoros juramentos que prácticamente han desaparecido en las noches actuales.La inercia y la oportunidad
mantienen viva la vieja norma, pensada para mantener
unida a la Camarilla en sus primeros años, de que cada
coterie debe tener miembros de al menos tres Clanes.
Aun así, los Príncipes actuales suelen eximir de esta
regla y otros vestigios similares. Después de todo, una
coterie dispuesta a unirse
en cualesquiera términos y
composición sigue siendo
una coterie que puede
colaborar para servirle.
Casi cada regnum de
la Camarilla aún posee
alguna forma de la vieja
Puesta de Sombra: Sires en buena posición presentan
a sus Chiquillos al Príncipe en el Elíseo, quien los
reconoce como Neonatos de la Camarilla y les asigna
a una o más coteries. Los Príncipes tradicionalistas (o
los que quieren ser vistos como tales) pueden incluso
exigir un juramento y asignar a la nueva coterie un
trabajo (también llamado misión o cargo) que completar a cambio de tal reconocimiento. Incluso en cortes
menos formales, los Príncipes designan una Sombra si
una nueva coterie solicita una.
Extracto de la descripción de Carmelita Neillson de la tradición de la coterie en La servidumbre del parentesco:
Las coteries suponen la unidad irreducible de la actividad social vampírica. A veces, un hecho supuestamente inexplicable se aclara cuando te percatas de que los Vástagos implicados eran compañeros de coterie siglos atrás. Para mantener el control, la Camarilla ha necesitado mantener esta clase de lealtades subterráneas a mano. Un texto de un predecesor mío lo expresa de forma extraordinariamente clara, para 1862 al menos: En tiempos distantes ahora olvidados, las coteries se Vinculaban con Sangre unas con otras, pero esto llevó al alzamiento de los jóvenes contra los ancianos, ya que creó lealtades mayores entre los Neonatos que entre ellos y sus Antiguos, sus Clanes y la Camarilla. Para impedir que esto vuelva a pasar, el Vínculo de Sangre se reserva celosamente para que lo usen sólo los más Antiguos Vástagos a la hora de protegerse a sí mismos y a la Secta ante cualquier daño. No podemos volver a permitir que los jóvenes se unan contra los ancianos, ya que en tal unión yace la disolución de nuestros lazos ancestrales.
Coteries hereditarias
Aparte de las coteries de nueva formación, algunos grupos trazan su linaje hasta la Convención de Thorns o incluso hasta un pasado medieval. Tales coteries hereditarias se parecen ante todo a viejas sociedades académicas o fraternidades de Eton o Harvard. En teoría, cada “promoción” de Neonatos inicia a los nuevos miembros de la coterie antes de pasar a convertirse en Ancillae de pleno derecho. Los rituales de iniciación tienden a ser prolongados y dolorosos, incluso atroces para las coteries hereditarias más prestigiosas. Los antiguos miembros de estas coteries de siglos previos suelen tratar la iniciación como un acontecimiento social y vuelven al regnum de su Abrazo para las festividades. A menudo, toman parte en las novatadas o exigen un trabajo personal a cambio de la admisión. Sin embargo, una vez iniciados, una coterie hereditaria puede recurrir a sus torturadores en busca de contactos, información, influencia y favores en la corte o en cualquier otra parte de la sociedad vampírica. Durante la iniciación, algunas coteries hereditarias aportan recursos atesorados durante décadas o siglos: un refugio secreto, reliquias, tomos ocultistas o sirvientes Ghoul.
Los Matusalenes se mantienen solos.
Los Antiguos se mantienen aparte.
Pero los Chiquillos deben
mantenerse unidos.
Leges Coterium, por Mithram, 1638 d. C. (traducción coloquial de neillson)
1. Sólo un Príncipe, con bendición de la Primogenitura, puede formar una coterie.
2. Los miembros deben prestarse el Juramento de la Coterie unos a otros y tienen terminantemente prohibido Vincularse por Sangre unos a otros.
3. Debe tener una Sombra, para aconsejarlos de forma leal y que asuma la responsabilidad de su conducta.
4. Cada miembro es responsable de las acciones de los demás miembros: «Se os juzgará en conjunto».
5. Los miembros de la coterie deben compartir refugio, separados de sus Sires.
6. La coterie debe, cuando se la convoque, defender y proteger la Camarilla de toda provocación.
7. Para convertirse en verdaderos ancillae, los miembros deben superar juntos los Siete trabajos.
Clanes y Coteries
Las coteries a veces sirven como medios de
asegurar la dependencia entre miembros de una
conspiración mayor y reemplazan conexiones interpersonales más holísticas. Los Vástagos actuales
pueden formar coteries como una empresa de
intereses comunes, un ritual de camaradería entre
vampiros de mentalidad similar o incluso como
una expresión de afecto, al menos hasta el punto
en que pueden sentirlo. Las coteries persisten en las
noches actuales debido al fuerte papel tradicional
que poseen en la sociedad vampírica. Cuando se
forman grupos, ya sea como hermandades sociales,
proles familiares, redes de información o simplemente como parias, la protección mutua es lo que
se espera principalmente.
Los vampiros son criaturas depredadoras por naturaleza, y temen las naturalezas monstruosas de los
demás; para ellos es infrecuente compartir verdaderos lazos de confianza. Por ello, las coteries suelen
surgir para promover una meta concreta o hacer
presión en pos de un objetivo específico. Las coteries
se forman con un propósito.
Por supuesto, la confianza es una emoción
infrecuente y escurridiza entre los Vástagos. Cualquier vampiro que haya pasado tiempo en múltiples
coteries puede atestiguar una fuerte semejanza que
todas ellas comparten: pertenecer a una coterie se
parece menos a pasar el tiempo con amigos y más a
nadar rodeado de otros tiburones.
Muchas razones pueden empujar a los vampiros
a formar una coterie, pero estas razones no importan, cada miembro tiene sus propios objetivos y
metas. Todos los Vástagos quieren algo, cada uno
de ellos, y al mismo tiempo, nunca ha existido una
coterie en la que todos los Vástagos hayan sido conscientes de las verdaderas intenciones de los demás.
Si
la coterie consiste en vampiros individuales que buscan sangre, poder, riqueza, conocimiento o influencia social, esos vampiros siempre están, de alguna
forma, compitiendo unos con otros. Bajo toda esa
protección mutua yace una ambición personal.
A pesar de esto, sólo un vampiro corto de miras
echaría a los leones a un compañero de coterie para
perseguir una meta personal. Los vampiros que
lo hacen no tardan en resultar infames y ganarse
enemigos.
Fuera de las coteries formadas por razones
sociales, augustos Vástagos de ciertos dominios a
veces ordenan coteries con objetivos concretos en
mente. Un dominio de la Camarilla podría ver que
un Sheriff, sus ayudantes y sabuesos forman una
coterie con el objetivo de salvaguardar el territorio.
Un desesperado dominio Anarquista podría tener
a una manada cazadora de Lupinos que responde
ante el Barón. Una coterie de la Ashirra puede verse
forzada a una vigilancia concreta contra el Sabbat.
Las circunstancias crean la justificación que mantiene a la coterie unida o la aprobación jerárquica para
su existencia.
Los personajes de los
jugadores
Para muchos Vástagos, las coteries resultan antinaturales. Los depredadores solitarios no forman
grupos sociales armoniosos. Dicho esto, los personajes jugadores tienen una ventaja dado que la relación
entre los jugadores se superpone a ésta. La unidad
social en torno a la mesa de juego ayuda a crear una
mayor sensación de pertenencia.
Aunque ése no tiene por qué ser el caso. La
sociedad vampírica es traicionera y ciertos grupos
de juego pueden disfrutar del suspense de sospechar
hasta cierto punto de sus compañeros.
Ten cuidado cuando los jugadores acepten el
concepto de la traición. Puede ser tentador interpretar a un vampiro traicionero, y puede ser igual
de gratificante interpretar a un grupo que planea
a la larga, consciente de sus objetivos y de que está
creando algo de valor duradero. A diferencia de los
personajes del Narrador, cuyas acciones suelen servir
a una narrativa preparada, los personajes jugadores
suelen tener más libertad, lo que hace que los lazos
que surgen entre ellos tengan más valor.
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