Este individuo (que se negaba a dar su nombre original, o incluso un seudónimo actual, pero atendía por "Jacob") visitó por primera vez la Casa Fundacional en 1889. Se reunió con Winthrop Murray y Benjamen Holmscroft: aunque la reunión fue privada, hay algunas notas en los archivos. Jacob afirmó haber nacido aproximadamente 100 años antes de cristo; él y otros como él, fue convertido en inmortal por medio de un misterioso ritual que desconocía (y que se ha perdido para siempre); sus cuerpos viven en un constante ciclo de decadencia y renovación y entre cada fase, sus espíritus vagan por el mundo espiritual. Dijo haber sido testigo de muchos grandes acontecimientos, desde la Crucifixión hasta la coronación de Carlomagno. Tras dar testimonio se despidió de Murray y Holmscroft. Ignoramos si éstos creyeron su historia o la consideraron el desvarío de un loco. Jacob volvió en 1899, sin parecer un día más viejo.
Se reunió con el Comité Ejecutivo y después con Holmscroft y Murray en privado. Regresó de nuevo en 1909, aparentando la misma edad. Habló con todos los miembros a los que conocía de otras visitas y de nuevo con el Comité Ejecutivo. Por supuesto que a estas alturas se empezaba a reconocer algún mérito a sus alegaciones. Nunca volvió a aparecer abiertamente al Arcanum, aunque algunos sospechan que mantenía una frecuente correspondencia con Winthrop Murray. Parece que en aquellas reuniones discutía los sucesos del momento, y a veces él los contrastaba con antecedentes históricos. Raramente hablaba de su sociedad y evitaba las referencias a otros sobrenaturales. Holmscroft y Murray dejaron notas de sus reuniones privadas con "Jacob", pero nosotros sospechamos que están incompletas. La oportunidad de hablar de historia con estos inmortales, que esperamos tener algún día, será muy valiosa.
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