Libres del Séptimo Mandamiento (Cuento Gitano)

Tal vez la habilidad de trascender el tiempo vaya en la Sangre Gitana. Sin duda, los dotados videntes romaníes ven el mundo de una completamente forma distinta al resto de la gente. Es muy posible que todos aquellos de Sangre romaní llevan consigo parte de este talento. Una de las historias que a los Gitanos les gusta contar como prueba de que la suerte les favorece se desarrolla en el escenario de la crucifixión.

Los soldados romanos se preparaban para clavar a Cristo en la cruz y la multitud que presenciaba el acontecimiento les tenía un miedo terrible, por lo que todos mantenían distancia de las tres cruces. Todos salvo un muchacho Gitano. Este joven de repente decidió colarse por entre los guardias mientras crucificaban a uno de los ladrones que debían morir junto a Jesucristo. Cuando llegó al lugar donde estaban la cruz y los clavos destinados a Jesús, el muchacho Gitano supo bien lo que debía hacer. Con los dotes propios de su estirpe, el muchacho robó uno de los clavos que debían usarse en la crucifixión. Al mirar para comprobar si los guardias se habían dado cuenta, el joven vio que Jesús le sonreía y oyó susurrar unas palabras dentro de su cabeza. Las palabras decían que su gente quedaría libre para siempre del séptimo mandamiento, "no robarás",  debido a esta pequeña amabilidad de aliviar un poco el dolor de Cristo.

Aunque esta historia es evidentemente interesada, los Gitanos sostienen que es uno de los ejemplos de su papel único en la historia. Sea cual sea la verdad de esta y otras historias, los Gitanos creen que desempeñarán un papel crucial con la llegada de la Convergencia. No está claro qué Gitanos en particular tomarán parte, o cuál será su misión, pero eso no importa realmente. Sean quienes sean los Gitanos a los que se necesita, es seguro que se encontrarán en el lugar apropiado, preparados para desempeñar su misión, así que, ¿por qué preocuparse?