Los Gitanos se consideran a sí mismos únicos entre todos los pueblos del mundo. Puede que tengan razón. Los Rom poseen, por consiguiente, una ética distinta en lo que respecta a los extraños (gaje). Un Gitano tratará con más respeto a su peor enemigo Rom antes que a cualquier extraño. Esta doble moral ha evolucionado a lo largo de los muchos siglos y probablemente se deba en parte a las habilidades proporcionadas por la Sangre de los Gitanos y en parte a la forma desconsiderada con que les han tratados los pueblos de otras razas.
Los Gitanos de hoy en día no consideran ético el mentir, robar o hacer trampas a otro romaní. Sin embargo, es perfectamente lícito manipular y engañar a un gaje. Después de todo, si el gaje es tan crédulo o corto de pensamiento como para caer en las trampas de un Gitano, eso significa que el Gitano estaba destinado a derrotarle. Esta doble moral ha llevado a los gaje a malinterpretar e incluso odiar a los Gitanos. También ha llevado a los Gitanos a desarrollar numeroso planes y trampas para explotar a los gaje y conseguir dinero y baratijas.
Un ejemplo de estos planes desarrollados es el bujo o estafa, en el que una Gitana abre un puesto de pitonisa. No importa que tenga o no la Visión, ya que no la necesita para llevar a cabo el bujo. La Gitana interroga cuidadosamente al gaje que va a verla en busca de ayuda. Cuando encuentre a un candidato posible (léase: desesperado o crédulo), utiliza un gran dramatismo para ilustrar la "mala suerte" horrible, conocida como prikaza, que acecha a esa pobre persona. Puede que manipule un huevo de gallina, de manera que la yema "sangre" al romperlo, o puede que use un juego de manos para cambiar una de las cartas de tarot que está leyendo su "cliente" por otra versión chamuscada de esa misma carta.
Sea cual sea la forma de la profecía malvada, la Gitana exclama y agita la cabeza de forma ominosa. Normalmente, la víctima, preocupada, pregunta qué es lo que ocurre y la Gitana le explica a su cliente que la noticia no es buena, pero que tal vez esté equivocada, así que no quiere preocupar al cliente contándoselo. El cliente siempre pregunta cuál es la mala noticia y la Gitana le dirá con tono grave que ve una suerte terrible, tal vez la muerte, acechándole. Entonces le explica que hay una fuente posible de mala suerte: ¿es posible que el cliente haya recibido algún dinero maldito? Después de todo, el dinero y el amor por el dinero conducen hacia el Demonio. Después devolverá precipitadamente al cliente el dinero que éste haya pagado por sus servicios ya que "no quiere contaminarse también".
Después de hablar del tema un rato, la Gitana le pide al cliente que le dé algún billete pequeño, para que pueda comprobar si está maldito. Por supuesto, la Gitana siempre descubrirá que sí, que hay una terrible maldición en él, pero que puede eliminarla. El problema es que la maldición ha infectado todo el dinero del cliente, así que este debe traer a la Gitana una maleta llena de este. Hay que destruir parte del dinero para acabar con la maldición. Una vez que el cliente haya traído tanto dinero como la Gitana le haya pedido, esta llevará a cabo un ritual mágico que culmina con la quema de gran parte del dinero "impuro". Por supuesto, el dinero no se quema realmente. En cierto momento, la Gitana cambiará la bolsa de dinero por una llena de papeles y se quedará con este.
Aunque pueda parecer increíble, hay muchos gajes que han perdido una gran cantidad de dinero al caer en este tipo de trampas. Con un solo bujo, un Gitano puede hacerse con unos 10.000 dólares. En cierto bujo, tal vez más sustancioso hasta la fecha, una Gitana obtuvo de su víctima 100.000 dólares en metálico. Muchos gaje consideran la palabra de un Rom tan digna de confianza como las promesas de campaña de un político. Esto suele ser cierto cuando se trata con ellos. Sin embargo, cuando un Gitano da su palabra a otro, esta es inviolable. Esta misma doble moral se aplica a los tratos entre Gitanos. Al tratar con otro miembro de la Sangre, los romaníes son honrados, dignos de confianza, leales y fieles. Sin embargo, al tratar con extraños, ningún romaní se rige por las mismas pautas. Después de todo, no se confía en los gaje, y no merecen la confianza de un Gitano.
Estas ideas sobre los no Gitanos son otra de las razones a las que aluden a menudo los gaje que intentan recopilar la historia de los Rom cuando se encuentran con historias inverosímiles o contradictorias. A los Gitanos les gusta proporcionar información engañosa a estos historiadores tan decididos. Muy pocos de los que intentan adentrarse en el mundo de los Gitanos tienen éxito realmente. A menudo, los investigadores creen tener éxito, cuando en realidad sólo son víctimas de alguna broma elaborada de los Gitanos. La separación que mantienen los Gitanos permite que su cultura continúe a pesar de todas las presiones para que se adapten a las pautas de comportamiento de otras culturas. Sin embargo, su actitud y sus creencias contribuyen a hacerlos más extraños a los ojos de los gaje.
La gente suele odiar lo que no comprender y casi ningún extraño comprende a los romaníes. La información engañosa que proporcionan a los extraños a veces acaba fuera de control, con el resultado de que se cree que los Gitanos secuestran niños pequeños y llevan a cabo otros crímenes monstruosos. Estas creencias avivan las llamas de odio hacia los romaní, de los que ya se desconfía de por sí. De esta forma, los Gitanos caminan en la cuerda floja, siempre a un paso de la equivocación.
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