Los Kuei-jin nativos de la región y los que llegaron por las guerras siguen merodeando en las junglas y los deltas de los ríos, ya que existen conflictos que aún no han acabado. Dispersas por la península están las mayores ciudades de la zona, donde las Cortes Verdes libran sus propias guerras contra sí mismas como contra los extraños Vástagos.
Estos luchan con un odio y una pasión que ni siquiera los Ancestros más tradicionales de China o Japón podrían imaginar. Los Kuei-jin del Sudeste Asiático han tenido que sudar y llorar desde el comienzo de la civilización solo para reclamar algo que les pertenece: sus tierras. Tras haber sufrido y sangrado tanto, están dispuestos a destruirlo todo antes que permitir que caiga en manos extranjeras.
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