Alquimia Taoísta

Uno de los principales fines del Taoísmo es la inmortalidad. En los comienzos sólo era el Tao, el caos primordial perfecto. El Tao produjo el Uno; el Uno produjo al Dos y el Dos dio a la luz a las Diez Mil Cosas Existentes, la imperfección. Este modelo se reproduce en el nacimiento mortal: El Uno es escindido en las Cien Mil Cosas del cuerpo imperfecto. También se recrea en el Segundo Aliento: el alma perfecta es dividida en dos: el Hun y el P'o; y estas dos de nuevo se convierten en las Diez Mil Cosas del cuerpo no muerto.

Para convertirse en Uno con el Tao el creyente debe unificar las Cien Mil Cosas Existentes en su cuerpo y el fiel Catayano debe unificar tanto sus almas como su cuerpo. Esta unificación da como resultado la inmortalidad del alma o del cuerpo para los mortales y, según cuentan las leyendas, la redención para los Kuei-jin.

Interno y Externo: Lo Blando y lo Duro

Hay dos tipos de alquimia: inorgánica, material y externa y la orgánica o interna. La última se dedica a la transformación del Verdadero Yo, el Yo que vive en armonía con la naturaleza y el Camino. La afinidad de la alquimia interna es la aceptación de la senda de la Naturaleza, un temperamento sereno y alegre, un punto de vista agradable sobre las cosas y una buena salud física (el resultado natural de una buena salud espiritual y mental). El Alquimista debe seguir el mismo código moral que los Taoístas pero también debe asegurarse de evitar cuidadosamente todos los excesos. Esto incluye la tristeza y la alegría excesiva, dormir poco o demasiado, la ebriedad, el celibato, la escasez o el exceso de ejercicio, los atracones o la privación de la comida, las conversaciones demasiado largas o la narración de historias son sentido.

Los adecuados elementos internos de moderación, moralidad y wu-wei deben ser combinados con los elementos externos adecuados (creando un elixir) para conferir la inmortalidad. Los elementos externos pueden ser tan simples como una dieta adecuada o tan complejos como la mezcla elaborada de determinadas hierbas y minerales. Existen incontables leyendas sobre Alquimistas Catayanos que vivieron la mayor parte de sus no vidas como eremitas buscando por todo el Reino Medio, y aún más allá, el ingrediente secreto con el que formular sus elixires de inmortalidad. Casi cualquier wu afirma que uno de sus anteriores miembros se volvió loco buscando el elixir mágico, o tuvo éxito y fue liberado de su existencia maldita.