La palabra "yoga" significa "unir": la unión de la mente, el cuerpo y el espíritu para ser uno con Dios. Antes de que el yoga pueda ser verdaderamente eficaz, el yogui debe liberar su corazón del deseo, ira, miedo y malicia hacia otros seres vivos. También debe aprender a controlar sus pensamientos volviéndolos hacia adentro y concentrándose en su único propósito (la unidad con Dios). Debe sentarse con las piernas cruzadas, con la espalda y el cuello relajado pero erguido y entrenar su mente para excluir todos los pensamientos distractores. Esto se puede aprender concentrándose en un aspecto de Dios o repetir un nombre santa hasta que todos los demás pensamientos sean desterrados de la mente. Pueden pasar años hasta que sean capaces de hacer esto correctamente y sólo los más dedicados, o los muy dotados, pueden alcanzar plenamente el estado mental adecuado (llamado el "estado más alto").
La persona que practica este tipo de meditación de forma intensiva y durante muchas horas puede permitirse acceder a recursos mentales y facultades físicas desconocidas para la gente común. El dedicado yogui puede entrar en un estado que los hindúes llaman samadhi, "bienaventuranza inconmensurable", alcanzado una conciencia cósmica. Éste es el estado en el que los individuos pueden llegar a darse cuenta de la Verdad y entrar en su unidad con Dios. El yoga hindú es muy popular entre los Kuei-jin, utilizado durante siglos como medio para avanzar en el cmaino del Dharma.
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