Los Otros

Entre las filas de los shen, los seres sobrenaturales del Reino Medio, pocos sufren mayor ira que los Wan Kuei. Los miembros de casi todas las demás razas del mundo intentan hacernos daño, y en el caso de unos pocos shen, la mayoría desea la destrucción de los Wan Kuei. El siguiente texto no podría hacer justicia de ningún modo a la gran variedad de seres que pueden cruzarse con los Diez Mil Demonios o con sus planes. Por cada hombre-lobo Hakken que ansía vengarse por la humillación de sus ancestros en la Cuarta Edad hay otro animal cuyas pezuñas defienden intereses incompatibles con las actividades de un wu en particular.

Los Hijos del Arquero

Hace más de 2000 años, durante la caída de la dinastía Shang a manos de los Zou, un mortal llamado Yi, el Excelente Arquero, dirigió a un grupo de guerreros místicos conocidos como los Shih al combate contra los Wan Kuei. Su gente era en verdad una fuerza impresionante. Cientos de hombres y mujeres se movilizaron en respuesta a la violencia que los nuestros llevaron a cabo sobre ellos. Muchos Shih eran descendientes de Yi, y, por lo tanto, a menudo nos referimos a ellos como los Hijos del Arquero. El propio Yi es famoso por haber apagado nueve soles falsos creados por la Corte del Fénix Escarlata en un intento de quemar a sus enemigos de la Corte del Emperador Amarillo. En un típico acto grandioso y descuidado de venganza, los Wan Kuei Fénix decidieron que arriesgar las vidas de miles, o incluso millones de mortales no era un precio demasiado grande por obtener su venganza contra los otros inmortales caídos.

Por supuesto, al salvar a la humanidad, Yi nos salvó a nosotros, y por eso puede parecer que estamos en deuda con sus descendientes. Sin embargo, ellos se han cobrado de sobra esa deuda mediante su imparable persecución de los shen a lo largo del Reino Medio. Los Shih viven en los desiertos remotos, y solo entrenan a unos pocos discípulos cada vez. Sólo van a las ciudades para buscar sus presas favoritas, los Wan Kuei, y esto lo hacen de forma formidable, con una eficacia que nos hace preguntarnos si no actúan dirigidos por alguna otra fuerza.

Las Gentes Feroces

Ojalá los Xiong Ren, los Feroces, a los que los habitantes de Nihon llaman Hengyokai, no prestaran tanta atención a sus espíritus ancestrales. En ese caso olvidarían lo que hicieron los Wan Xian de antaño. No se sentarían alrededor de sus malditos fuegos de campamento en medio de los bosques, escuchando a sus antiguos hablar sobre cómo los envidiosos Diez Mil Inmortales enemistaron a los Xiong Ren entre sí, y sobre cómo los espíritus ancestrales siguen exigiendo venganza, a pesar de que los maldijera la Augusta Personalidad. Sin embargo, seguimos intentando silenciarles. Hay docenas de Gentes Feroces rondando por el Reino Medio. Creo que hay o ha habido un cambiaformas por cada animal que nada, vuela o se arrastra por el mundo. Desde los orgullosos hombres-tigre hasta los hábiles hombres-zorro, estas criaturas infestan totalmente los bosques, e incluso se acumulan en las ciudades. He oído que, a pesar del esfuerzo de los Wan Kuei por mantener las Cinco Cortes Augustas, los Xiong Ren poseen Cortes de la Bestia propias. Sin embargo, en general, debo admitir mi ignorancia en lo que respecta a estas criaturas.

Los Hsien

Los Hsien, al igual que los Xiong Ren, desconfían tremendamente de los Diez Mil Demonios. No les falta razón, ya que, ¿qué raza podría perdonar a los que hicieron que el Emperador Celestial levantase un muro entre el mundo físico y el espiritual? Los Hsien, que antaño fueran funcionarios y siervos de las Cortes Celestiales, ahora están atrapados en el Reino Medio, condenados por acciones que ellos mismos no llevaron a cabo. Para el Hsien más excitable, nada sería más agradable que destruir a todos los Wan Kuei, quemar todas las ciudades y acabar con el asunto. No todos los Hsien son irracionales. Un Wan Kuei que haya renacido en años recientes no se granjeará la ira de un sabio y viejo espíritu-mono que sepa que el joven Catayano no es responsable de la creación de la Muralla. Sin embargo, los Hsien en general suelen pensar que no deben permitir nunca que los Wan Kuei vuelvan a hacerse con el poder. En palabras de un viejo amigo, Hsien gato Ditan Pun: “Puede que lleguemos a confiar individualmente en vosotros otra vez, pero nunca olvidemos que como grupo, vosotros destruisteis el universo. Esto no es un mero crimen, sino una trasgresión indescifrable. Podemos perdonar, pero no olvidaremos nunca, y nunca permitiremos que dispongáis de una oportunidad similar de nuevo.”

De este modo, un Hsien puede no atacar a un Wan Kuei inmediatamente, pero siempre intentará obstaculizar los planes de un Catayano. Cualquier Wan Kuei que haya sobrevivido a su primer siglo recordará probablemente cómo alguno de sus grandes planes para hacerse con el poder se deshizo como un terrón de azúcar en una tormenta gracias a las maquinaciones de los Hsien.

Los Reyes Yama

Los Reyes Yama son nuestros más antiguos enemigos, nuestros típicos enemigos, como gustan de afirmar algunos mandarines, añadiendo que el resto de nuestros conflictos no son más que rifas internas fomentadas por ellos mismos. Los señores de Yomi son indescriptiblemente poderosos, hasta el punto de que sólo los bodhisattvas más antiguos y poderosos se atreverían siquiera a pensar en derrotar en solitario a los Reyes Yama, y se han perdido docenas de wu intentando acabar con los reyes demonio más débiles. Los Reyes Yama parecen estar más preocupados con sus propias disputas internas por el poder. Según las profecías, uno de ellos se elevará solo como Emperador Demonio en la Sexta Edad. Todos los Reyes Yama acumulan recursos e intentan arruinar los intentos de sus compañeros de hacer lo mismo, en preparación para ese día providencial. Algunos, además, intentan cobrarse venganza del Trono Celestial por su exilio a los Infiernos, y harán grandes esfuerzos por castigarnos a nosotros, los antiguos sirvientes de sus enemigos.

Los akuma

Aunque cada akuma es un caso distinto, hay tres tipos generales que encuentran satisfacción interfiriendo en las acciones de los Wan Kuei. El primero y más corriente es el Esbirro Leal: ese esclavo Catayano está convencido de que todos los hombres necesitan un amo, y ha elegido a uno de los Reyes Yama para que desempeñe este cargo. El Esbirro Leal ataca a los Wan Kuei por simple deber para con su señor. Los Esbirros Leales más jóvenes pueden no tener ni idea de cuál es el plan de su señor, pero a medida que crecen y se vuelven más inteligentes, pueden acceder a más secretos o simplemente desarrollar su capacidad de dar sentido a los planes de su amo.

El segundo tipo de akuma es el Independiente Agresivo. Este semi-demonio ha decidido que los Reyes Yama sin duda son el bando vencedor en la gran guerra celestial entre Cielo e Infierno, e intenta dar una impresión favorable a varios Reyes Yama mediante sus atrevidas actividades contra sus antiguos aliados. Recibe “bendiciones” de más de un Rey Yama, pero no jura fidelidad eterna a ninguno de ellos, con la esperanza de seguir siendo independiente durante todo el tiempo que pueda.

El tercer tipo, probablemente el más peligroso es el Cultista Reservado. El Cultista Reservado se dedica al servicio de la causa de algún Rey Yama en particular, y puede que haya recibido alguna inversión demoníaca o dones de su señor secreto, pero lo más probable es que no. El Cultista Reservado se ocupa de aumentar el poder y la influencia de los Reyes Yama sin que se sepa que es un akuma. Desgraciadamente para los Wan Kuei en general, es difícil deducir el número de Cultistas Reservados. Todos los cálculos estiman que es afortunadamente bajo, aunque varias cortes se apresuran a sugerir que las demás cortes poseen más akuma que ellas mismas.

• De los comentarios de Dan Xiang: Cada Rey Yama gobierna su propio infierno, y aunque no dudo que existen mil infiernos, no puedo creer que existan mil Reyes Yama. Eso sugiere que existen infiernos sin conquistar. Semejante idea me resulta divertida, ya que no conozco lugar más anárquico y malvado que el infierno de Tou Mu, del que escapé para respirar el Segundo Aliento. Se cuentan por todo el Reino Medio docenas de historias sobre los Reyes Yama y sus infiernos. Mikaboshi gobierna la gran ciudad de piedra y madera. Danoru posee numerosos esclavos a los que hace trabajar hasta desmayarse, cavando un túnel interminable a través de la tierra, y Tou Mu es la Reina del Infierno del Ser Despellejado en Vida. Sin duda hay más.