Descubierto por el Excelso Señor Dirac en una misión rutinaria en Madrid que se torció ligeramente, Eduardo demostró su valía en el arte del combate y una destreza sobrenatural al enfrentarse contra un Demonio conocido como Samael, el Señor del Dolor y contra sus seguidores entre los que se encontraba el Ductus de su manada.
No sólo habiendo expulsado al Demonio, sino evitando la posible corrupción a la que se exponía el Sabbat de la ciudad, fue Iniciado como Miembro de la Inquisición tras muchos años sin que nadie fuese seleccionado para obtener tal honor. Diestro en el uso de la espada, este La Sombra, confía más en su arma que en una cruz, prefiriendo usar su espada corta a cualquier otro tipo de arma en un combate. Sus Rituales suelen tener un sabor ligeramente egipcio lo que le convierten en un individuo ligeramente distinto a lo que de un Inquisidor se espera. Miembro de la Inquisición 1.
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