Tal y como la organización de los Lasombra refleja la de la Iglesia, su uso de las disciplinas también recuerda a las prácticas religiosas. Esta variante de la presencia se desarrolló a partir de la prolongada asociación de los Lasombra con las órdenes sagradas. El vampiro inspira abrumadores sentimientos de culpa a su víctima, obligándola a arrodillarse en súplica. El sujeto ruega perdón a cualquiera que escuche... y lo más frecuente es que se trate del despiadado Lasombra. Los vampiros de este clan suelen usar la Penitencia Impía sobre miembros de la Iglesia: descubren todos los secretos sucios de su víctima en unos momentos, usándolos después para chantajear durante el resto de su vida.
Sistema: El personaje debe pasar una tirada de manipulación + empatía (la dificultad equivale a la conciencia/convicción de la víctima + 4). El Narrador puede reducir la dificultad en caso de que la víctima haya llevado una vida particularmente depravada, o si es especialmente propensa a la penitencia. Quienes se encuentran ya afectados por la culpa (un objetivo en plena confesión, por ejemplo) son los más susceptibles. El poder tiene dos efectos. Por un lado, cada éxito incapacita a la víctima durante un turno. Por el otro, la víctima susurra sus secretos más oscuros y sus más viles pecados. El poder sólo afecta a un objetivo a la vez. Puede incluso eliminar el frenesí del sujeto.
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