La Lista Roja

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La Lista Roja ha sido bautizada, con cierta precisión, como  “Los Vástagos Más Buscados”. Es la lista de los delincuentes más crueles, poderosos y molestos contra la Camarilla y sus Tradiciones, aquellos vampiros a los que la Camarilla ansía ver reducidos  a cenizas y alegrando los amaneceres en medio hemisferio. Los  vampiros en la lista, llamados Anatema, han sido formalmente acusados de crímenes que van desde el trato con demonios a la diablerie, de rupturas en la Mascarada a asesinatos en masa. Son, en pocas palabras, monstruos, y la Lista Roja es un método con el que se puede meter en cintura a estas criaturas. Para aparecer en la Lista Roja, un vampiro debe cometer crímenes de naturaleza legendaria. Pertenecer al Sabbat y dirigir un ataque no es nada; dejar un rastro de mil kilómetros de ghouls desmembrados y vampiros destruidos está más en la escala de la villanía necesaria. La pertenencia a la lista no está limitada a los vampiros del Sabbat; Vástagos infames de todos los clanes y sectas se han abierto camino en la lista.

Narradores: Caza de Anatemas

Un grupo de neonatos que va a cazar a un Anatema equivale aproximadamente a un grupo de párvulos que se mete en el bosque para cazar a un oso pardo. Si tienen mucha, mucha suerte, no encontrarán nada. Si no, van a tener la desgracia de encontrar exactamente lo que andaban buscando. Las consecuencias no son agradables, pero suelen ser breves. Los Anatemas entran en la Lista Roja por un motivo. Son poderosos, salvajes y homicidas. La generación media de un Anatema es la sexta, y todos han dominado un abanico imponente de Disciplinas. Añade sus manías homicidas, sus perversiones y su maldad, y se hace manifiesto el horror al que se enfrentan los perseguidores.

En otras palabras, un puñado de neonatos de 12° generación tiene la misma posibilidad de sobrevivir que una bola de nieve en el infierno. Aunque es posible incluir a jugadores más jóvenes en una trama de “caza de Anatema”, incluso llegando hasta el punto de permitir a un personaje dar el golpe de gracia, lleva el asunto con sensatez. Es mucho más probable que los personajes jugadores se impliquen en los acontecimientos periféricos de la caza de un Anatema (por ejemplo, que un alastor sospeche que un personaje ayuda a un vampiro de la Lista Roja) que formen parte de la propia expedición de caza. Al final, recuerda: los Anatemas son peligrosos, tanto para tus personajes como para tu trama, y deberían tratarse con cuidado.

Alastores

Si los arcontes y los justicar son las agencias policiales de la Camarilla, los alastores son el servicio secreto. Moviéndose invisibles y desapercibidos por toda la Camarilla, sirven a una gran variedad de propósitos bajo el mando del Círculo Interior. Sin embargo, se dedican fundamentalmente a cazas implacablemente a los Anatemas. Aunque la existencia anónima de los alastores puede ser difícil, también tiene sus compensaciones, especialmente en forma de una inmunidad más o menos universal ante las acusaciones de los príncipes locales. Esta inmunidad no se observa siempre, y hay habido un cierto número de juicios de príncipes que descubrieron y ejecutaron alastores por delitos cometidos mientras realizaban su tarea. Sin embargo, cada vez se tiende a conceder una mayor libertad de acción a estos investigadores errantes, ya que la importancia de localizar a los enemigos de la secta cada vez es mayor. Los alastores normalmente son arcontes de talento excepcional, que son reclutados en secreto por el Círculo Interior para su promoción en el servicio secreto. Como la mayoría de los arcontes están vinculados con sangre a sus justicar, los mecanismos para dicho ascenso serían campo abonado para todo tipo de especulaciones, si alguien, además del Círculo Interior y otros pocos, supiera de la existencia de los alastores. Incluso entre los alastores de élite hay diferentes grados. Los mejores entre los mejores (aquellos que han acabado con un Anatema de una de las primeras cinco posiciones de la Lista Roja) reciben el nombre de Alastores Rojos, y aparentemente cuentan con más poder y autoridad que sus compañeros.

El Trofeo

Todo alastor que destruye a un Anatema (y cualquier vampiro que se carga a un miembro de la Lista Roja es reclutado para ser un alastor, quiera o no) recibe el Trofeo (que los cínicos a veces llaman la Marca de la Bestia), un tatuaje de tinta y sangre en la palma de su mano derecha. Los alastores con el Trofeo siempre llevan guantes para ocultar este hecho, ya que a diferencia de los tatuajes normales, el Trofeo nunca abandona la carne de un vampiro.

Los arcontes de alto rango y otros Vástagos suficientemente instruidos son capaces de reconocer la marca hecha por el Trofeo (incluso a través de los guantes); aparentemente esta tara se introdujo en el Trofeo para que alguien pudiera vigilar a los vigilantes de la Camarilla. Si un alastor resulta fácilmente identificable para un arconte, será sencillo encontrar y destruir a un alastor que deserte.

Sin embargo, el Trofeo conlleva ciertos beneficios, y entre los más importantes se encuentra la obligación a prestar ayuda automática que tienen los príncipes y otros Vástagos que saben lo que significa la marca. También hay otras compensaciones, entre las que están:

• La inmunidad a las cazas de sangre.
• La ruptura de cualquier vínculo de sangre existente.
• El permiso para crear progenie.
• Un favor de vida.
• Compensaciones financieras o territoriales.
• Diablerie autorizada en ciertas circunstancias.
• Instrucción en Disciplinas.
• Amnistía por delitos pasados.
• Muerte autorizada de enemigos dentro y fuera de la Camarilla (dentro de un límite).
• Amistad del clan.
• Tránsito seguro, hospitalidad, derechos de alimentación y refugio.
• Criados y permiso para crear ghouls.

No todas estas compensaciones se dan necesariamente a todo alastor, ni se anuncian todas las recompensas. Sin embargo, recibir el Trofeo puede ser una propuesta muy lucrativa. Ten en cuenta que la caza de la Lista Roja no es una tarea restringida a los alastores. Teóricamente, es la obligación de todos los vampiros de la Camarilla cazar a estos monstruos, ya que se considera que se ha declarado contra todos una caza de sangre permanente y universal. Sencillamente a los alastores se les proporcionan los recursos y el apoyo para hacerlo con dedicación exclusiva.

Igualdad de Oportunidades

No tienes que ser un vampiro para aparecer en la Lista Roja, pero ayuda. En muy raras ocasiones, miembros de otras especies se han abierto camino en la lista. Los sospechosos más habituales son los ghouls y los Lupinos, pero con los años un puñado de mortales particularmente peligrosos y otras criaturas más extrañas han hecho apariciones. Sin embargo, debe destacarse que la Lista Roja es de vampiros, para vampiros y está fundamentalmente compuesta de vampiros. Añadir demasiados bichos es una invitación al caos para todos los implicados.

La Matanza

Un cazador que acabe con un miembro de la Lista Roja obtiene el Trofeo, y también se le conceden todas las posesiones de su presa. Como los vampiros de la Lista Roja son bastante viejos y muy poderosos, las posesiones de los fallecidos pueden ser bastante valiosas. Lo que no se permite hacer a un cazador que tiene éxito, no obstante, es cometer diablerie sobre el Anatema. El Círculo Interior se cuida de propagar rumores acerca de contaminaciones y enfermedades en la sangre de estas criaturas, alejando a los vampiros más jóvenes de beberla o siquiera tocarla. (Incluso se rumorea que las extrañas historias acerca de los “Devoradores de Almas” surgieron de un intento equivocado de este tipo cuando parecía que un Anatema Tzimisce iba a morder el polvo). Lo cierto es que los rumores probablemente no sean más que eso, y el Círculo Interior esté tomando medidas para mantener la vitae poderosa alejada de las manos de sus parientes jóvenes.

Entrar en la Lista

No es fácil entran en la Lista Roja. Hay todo tipo de monstruos entre los Vástagos, y para lograr la fama necesaria para merecer el título “Anatema” hace falta tiempo, esfuerzo y un montón de acciones auténticamente depravadas. Sólo lo peor de lo peor llega a la lista, los vampiros cuyos nombres susurrados hielan la sangre incluso a los antiguos.

Para poner a un nombre en la Lista, los justicar de dos clanes deben acceder a abogar por ello, uno presentando el nombre del posible Anatema y el otro haciendo las veces de testigo. Después, los crímenes del vampiro se leen a los justicar reunidos y a otros testigos, y a menos que alguien presente una objeción (algo improbable), se firma el documento del Anatema y se añade un nuevo nombre a la lista. En cuanto se pone el nombre de un vampiro en la Lista Roja, su única salida de ella es la muerte.
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