Los sacerdotes son responsables del bienestar espiritual de las manadas. La mayoría es Tzimisce, pero cualquier clan puede alcanzar el puesto con la instrucción apropiada.
Es el segundo al mando tras el ductus, y oficia todos los ritae observados por el grupo, creando a menudo algunos específicos.
De este modo se genera un fuerte vínculo de lealtad y se consigue un sentimiento de unidad: los miembros de la manada se convierten en personas únicas y valiosas con una tradición para demostrar su valía.
Todas las manadas disponen al menos de un sacerdote, aunque algunas extrañas o especialmente grandes pueden tener dos. En caso de que el ductus sea eliminado, el sacerdote se convierte en líder pro tem, hasta que uno nuevo pueda ser nombrado por el obispo o arzobispo (o, en las manadas nómadas o autónomas, por el propio grupo).
Los sacerdotes tienen una tremenda responsabilidad. Deben impedir que sus camaradas sucumban al infernalismo o que dejen a sus Bestias crecer de forma incontrolada. Lo normal es que hayan abandonado su Humanidad (adoptando una Senda de la Iluminación), y que animen a sus compañeros a que sigan el mismo camino. Evidentemente, el sacerdote es tanto un consejero como un brujo.
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