Domitoris Matusalenes

Para sustentar su inmortalidad, muchos Matusalenes se apartan de la sociedad vampírica y mantienen la nariz fuera de la Yihad, de forma parecida al Inconnu. Pero a veces hay que comer, así que los Matusalenes suelen conservar unos cuantos viejos ghouls que les proporcionen un suministro sabroso de mortales y vástagos.

Tras numerosos siglos de vida, son pocos los Matusalenes con el deseo o la necesidad de disciplinar a sus ghouls. A estas alturas, habiendo realizado los mismos rituales desde el reinado de Carlomagno, los ghouls saben exactamente lo que quiere su amo y cuándo lo quiere. De hecho, los Matusalenes suelen acabar desarrollando algún lazo emocional con sus ghouls, dándoles la bienvenida a su no vida para sentir alguna calidez. Un ghoul Matusalén se entristece mucho cuando su domitor le pide que le mate; no obstante, suele ocurrir, pues algunos Matusalenes no pueden soportar la inmortalidad una vez han llegado a cierta edad.

Unos pocos Matusalenes suicidas Abrazan a sus ghouls y luego hacen que les maten de forma piadosa. Tras la Muerte Definitiva del domitor, el nuevo vampiro asume el papel.

Ghouls de Matusalén

Más viejos y poderosos que muchos vampiros, estos ghouls centenarios han sobrevivido al torbellino de la historia. No es raro que, habiendo servido a varios domitoris a lo largo de su existencia, sepan más de la sociedad vampírica que muchos vástagos. Los ghouls "que saben" lo ven con tanta fascinación como muestran los vampiros hacia los Antediluvianos de sus clanes... y temen igualmente a estas enigmáticas criaturas, que supuestamente acechan a vampiros y ghouls más jóvenes.

Los Vástagos temen también a estos astutos y curtidos ghouls. Sus vastos conocimientos y su capacidad de moverse a la luz del día y hacerse pasar por humanos corrientes les convierten en enemigos de pesadilla.

A pesar de su frecuentemente gélida fachada, los ghouls de Matusalén están entre los más erráticos, emocionalmente hablando. Su aspecto suele ser más extraño que el de los vampiros de edad más tiernas. Su consciencia de la filosofía y de la condición de ghoul nace de antiguos libros y de los labios de sus domitoris. Es habitual que abusen de ghouls "inferiores" sin sentir el menor asomo de remordimiento o piedad... después de todo, es como se les ha tratado siempre a ellos.

Con todo, los ghouls de esta edad son afortunados, hablando relativamente. Cuando han llegado a tal edad, sus amos han tenido incontables ocasiones de matarlos y no lo han hecho, así que muchos ghouls de Matusalén son tratados con indulgencia y se les permite hacer lo que quieran mientras realicen su trabajo. A fin de cuentas, la servidumbre está ya tan arraigada que la idea de libertad es bastante extraña para ellos.