Comunas

Aunque puede encontrarse gran variedad de dominios que se hacen llamar Comunas, los Anarquistas a veces emplean el término para referirse a aquéllos que han abolido la Tradición del Dominio tal y como suele entenderse. Los ciudadanos comparten los derechos de alimentación o, a veces, se conceden libremente a cualquier vampiro, incluyendo a los que estén de paso. En algunos Estados Libres (que a veces también son Comunas), todo el dominio puede considerarse Elíseo y está prohibida la violencia contra Vástagos o incluso mortales.

Las Comunas procuran no conferir el poder a un único gobernante. En su lugar, se esfuerzan por gobernar mediante un consenso informal o, cuando eso falla, eligen comités y concejos para supervisar diversos asuntos. Por desgracia, cuando estos comités acumulan demasiado poder, se con vierten en medios para ejecutar golpes de estado.

Las Comunas pueden funcionar, especialmente en poblaciones vampíricas relativamente pequeñas, con suficientes recipientes y sin más recursos por los que pelear que los propios mortales. Pero los ciudadanos deben estar dispuestos a someter a sus Bestias de forma unánime a los pacientes procesos de la resolución de conflictos moderna. Varias Comunas prósperas se fundaron expresamente como colectivos en los que todo el mundo sigue el mismo ideal religioso (he visitado monasterios Anarquistas, de hecho) o algún elevado concepto filosófico. Esa devoción es el pegamento necesario: si se debilita, todo lo demás se debilita con ella y las Comunas tan estúpidas como para tratar de aferrarse a los miembros que han perdido la fe y que están deseosos de irse no tardan en verse desgarradas por la división.