05 - El Magreb

1 de Agosto de 1194: Atracamos en Sebta, una acogedora bahía a la sombra del Monte Hacho. Este puerto natural ha sido relevante durante siglos al albergar a los Cartaginenses, a los Griegos, a los Romanos, a los Bizantinos y ahora a la Dinastía Almohade. Transporta oro, marfil y esclavos desde lo más profundo de África hasta el Mediterráneo. Pese a lo vital que pueda ser este puerto, mis negocios se centran más al sur, en las ciudades de Fez y Marrakech.

Esta área llamada el Magreb o "tierra del sol poniente" fue el temprano corazón del Imperio Almohade y antes de éste de la dinastía Almorávide. La mayor parte de los beréberes vive pacíficamente en esta región que se extiende desde el Valle del Río Nilo hasta el océano y por el sur al interior del vasto Desierto del Sahara. Cultivan y labran las faldas costeras donde las lluvias son abundantes y pastorean ovejas y cabras del extremo más árido y lejano de las montañas. A medida que abandonamos nuestra nave atracada en Sebta y comenzamos a viajar a través de campos de cereales y olivos, resultan difíciles de encajar las viviendas ordenadas de esta gente sedentaria con los salvajes relatos sobre la conquista bárbara de la España Musulmana.

Aquí la quietud del ocaso es desconcertante. Los beréberes son gente tribal y no todos los miembros de las tribus comparten los intereses almohades en cuestiones religiosas o políticas. El grupo de agitadores más eficiente son los Banu Marin, quienes fueron aliados del Imperio Omeya hace un siglo. Incluso ahora estos Marinid tribales se han hecho con el control de ciertas regiones aisladas, de las cuales se preocupan tan poco los almohades que no desvían atención alguna de la amenaza cristiana en el al-Andalus. Los gobernantes fatimidas de Egipto desterraron al oeste durante años a ciertas tribus árabes desplazadas, entre ellas unidades de caballería de lo más sanguinarias, que preocupan aún más a las habitantes de esta área. Los fatimidas sucumbieron ante Salah al-Din, pero aquellos invasores árabes sin honor aún siguen asaltando y saqueando los pueblos del Magreb.