Cuando está claro que lo desconocido no puede ser tolerado, pero el bien más importante es incierto, es el momento de los jueces. Un juez deposita su fe en valores e ideales elevados. Sin embargo, al contrario que los otros seguidores del Celo, el Juez sabe que las respuestas no son necesariamente obvias. No siempre puedes alcanzar el corazón del problema de un simple golpe y a veces proteger a alguien sólo sirve para que tengas que seguir haciéndolo durante toda la guerra.

Incluso si eso supone perdonar a los monstruos a costa de la pérdida de vidas inocentes (quizá para descubrir a su líder), ese es el precio que debe pagarse por alcanzar el bien mayor.
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