Los albiengenses no estaban solos en su persecución; cualquier persona sospechosa o acusada de herejía era también una presa, incluyendo a los waldenses 
y  a  los  fraticelli,  por  no  mencionar  a  los  verdaderos 
herejes: judíos y musulmanes. Finalmente, las brujas, 
y los satanistas fueron añadidos a la lista, al igual que 
los pervertidos sexuales y cualquiera con un comportamiento distinto a la norma. He oído decir que cierto 
grupo de magos (creo que se llaman el coro divino o 
algo por el estilo) fue acusado de manipular esta faceta 
particular de la caza.
Según mis fuentes, el coro divino estaba en guerra 
con otros grupos de magos, y es probable que alguno 
de aquellos magos rivales quedase atrapado en las redes de la Inquisición.
Sin embargo, de acuerdo con mi 
informadora, ella misma miembro del coro, no todos 
los integrantes del coro eran cristianos ortodoxos, y no 
sería raro que algunos de ellos fuesen también capturados. Por tanto, resulta ingenioso pensar que el coro 
divino estaba enteramente tras la Inquisición.
No  obstante,  no  es  inconcebible  que  los  celotes 
del  coro  aprovechasen  la  situación.  Mi  propia  fuente ha oído rumores acerca de una cábala secreta en 
el coro (una Sociedad secreta dentro de otra, si lo 
prefieres) preocupada por la pureza de pensamientos 
y creencias, y esta cábala puede muy bien haber sido 
un factor decisivo en los actos de la Inquisición. Al 
principio el santo oficio estuvo bastante limitado geográficamente, los países norte se vieron libres, Francia 
sólo fue perturbada por el asunto de los templarios, y 
España no fue tocada hasta el siglo XV.
Por supuesto la 
Inquisición española consiguió una cierta fama propia, 
convirtiéndose en ‘un estado dentro de un estado’, en 
el que los Inquisidores tenían autoridad suprema, pudiendo incluso llevar armas.
Tomás de Torquemada, un dominico, se convirtió 
en el Gran Inquisidor de España, permitiendo que la 
Inquisición española tuviese una mayor autoridad centralizada. Se dice que algunos vampiros cayeron realmente en sus manos, y que descubrió su verdadera naturaleza al ver los resultados de los intentos de tortura 
sobre  ellos...  lo  que  le  llevó  a  aumentar  la  crueldad 
de sus métodos. Si esto eso no cierto, tampoco puedo 
asegurarlo. El material acerca de Torquemada esta sellado, salvo para unos pocos Inquisidores de confianza del Inquisidor general. Pero la historia registra que 
unas 2000 personas fueron quemadas en la estaca bajo 
su liderazgo... casi cualquiera que no estuviese dentro 
d ellos más estrictos límites de la ortodoxia cristiana 
fue llamado ante los tribunales, incluyendo a santos 
como Ignacio de Loyola o Teresa de Ávila.
¿Cómo Pudo Ocurrir? 
Es fácil para los hombres y mujeres modernos  mirar  hacia  atrás  y  ver  horrorizados  a  la 
Inquisición. Pero también deberíamos tener en 
cuenta el paradigma bajo el que creció. Aunque los excesos de la Inquisición se apartaron 
de la norma legal y canónica, seguían el espíritu de la época, y eran representativos de diversos pensamientos prevalentes.
La Iglesia medieval no era una simple institución; era una Sociedad. Era la Cristiandad. 
La Cristiandad era el orden social, y cualquiera 
que amenazase a la una amenazaba también al 
otro. La Iglesia Católica tenía a su cargo la preservación de la Sociedad y la defensa de la verdad. Las verdades espirituales reveladas por Jesús eran la clave para la Salvación, y si corrían 
el peligro de quedar corruptas, entonces todos 
los cristianos estaban en peligro. La santidad de 
las enseñanzas de la Iglesia era lo primordial, y 
ningún otro asunto material, ni siquiera la pérdida de vidas humanas, era comparable.
La ironía, por supuesto, estaba en que los cristianos 
veían a los herejes como los romanos que les 
habían perseguido les habían visto a ellos: ambos  grupos  eran  considerados  amenazas  para 
el orden social y el natural. Sus actos no sólo 
amenazaban a la Sociedad, sino que también 
enfurecían a los mismos cielos.
Es  más,  las  condenas  de  la  Inquisición 
no  eran  diferentes  del  resto  del  código  legal 
contemporáneo.  Los  criminales  eran  regularmente ahorcados, quemados vivos, ahogados, 
descuartizados, sumergidos en agua hirviendo, 
torturados y martirizados de muchas otras maneras. La Inquisición no fue un rasgo único en 
esta época, sino el producto de un mundo violento y vengativo. 
Este  absoluto  desprecio  por  la  vida,  esta 
crueldad y esta violencia excesiva son cosa del 
pasado. Ciertamente, dice la Sociedad, hemos 
aprendido de nuestros errores y no debemos ya 
recurrir a métodos como la tortura, las amenazas y la intimidación.
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