Uno de los primeros puntos que Narrador y jugadores deben tomar en consideración, es el tipo de
crónica que desean. ¿Qué tipo de Inquisidores quieren crear e interpretar los jugadores? ¿Qué proyecta
el Narrador? Aunque será éste quien tenga la última
palabra, debería escuchar a los jugadores.
Basadas en un Cenaculum
En este tipo de crónicas, los jugadores son todos
miembros de un Cenaculum y los responsables de limpiar la región (normalmente una ciudad, y quizá los
pueblos de los alrededores) de plagas sobrenaturales.
Este tipo de crónica permite a los personajes desarrollar un “hogar”, y proporciona un escenario estable de
una historia a otra.
Los Narradores pueden dedicarse a elaborar un
surtido de personajes habituales y lugares importantes. No obstante, deberían evitar el “síndrome de la
amenaza sobrenatural de la semana”, típico de los episodios televisivos. Se espera que haya encuentros con
lo sobrenatural, pero pueden aparecer tanto para sencillamente poner nerviosos a los personajes como para
amenazarles de verdad.
Los personajes asignados a un Cenaculum no tienen por qué estar limitados a una sola ciudad; el Narrador puede hacer que su Cenaculum sea llamado a
otro lugar a causa de sus conocimientos únicos o su
experiencia en cierta materia, o para investigar, o con
cualquier otro anzuelo. No des por sentado que una
crónica centrada en una ciudad (como lo será cualquier crónica basada en un cenáculo) es necesariamente restrictiva.
Itinerantes
En lugar de estar asignados a un Cenaculum particular, los Inquisidores podrían ser itinerantes, dedicados a recorrer el país de una provincia a otra, unas
veces llamados para ayudar en un caso, otras sólo visitando una provincia para echar una mano. Este tipo
de crónica permite a Narrador y jugadores contar historias muy diversas: en una, cazar Garou en el norte
de Canadá, e investigar una zona urbana embrujada
en la siguiente.
Las crónicas itinerantes pueden ser un desafío mayor para algunos Narradores; recuerda que tendrás que
crear nuevos escenarios cada vez, y que en cada uno
de ellos debería haber algo único, o pronto todas las
ciudades o regiones parecerían iguales. Por supuesto,
si esto llega a ocurrir, siempre es posible que los personajes itinerantes sean asignados a un Cenaculum
establecido.
Gladius Dei
Otra opción que pueden considerar los Narradores es hacer que todos los jugadores creen personajes
miembros del Gladius Dei. Recuerda que el Gladius
Dei es visto a veces como la más alta representación de
la Sociedad: por lo tanto, las historias de este tipo tenderían a ser más intensas, y probablemente más orientadas al combate. Es posible que el Narrador quiera
dar a los jugadores algunos puntos gratuitos adicionales, para representar la experiencia superior que suele
ser necesaria para entrar en el Gladius Dei.
Censores
Los Censores suelen ser vistos con desagrado y
desconfianza (aunque nunca en voz alta) por los demás miembros de la Sociedad. En muchos aspectos, los
Inquisidores temen a los Censores de la misma forma
en que un campesino medieval podría haber temido
a un Inquisidor: representan una absoluta y con frecuencia inescrutable autoridad que parece llevar consigo el sufrimiento y la violencia.
Sin embargo, puede ser interesante una crónica
en la que todos los personajes sean representantes del
Oficio Censor, normalmente un grupo mixto de Condotieri y Censores de diversos grados de experiencia.
Los personajes pueden tener su propia base de operaciones, pero serán llamados por distintos provinciales
para investigar algún caso extraño. Los Censores son
en muchos aspectos una combinación de psicólogo y
detective privado, y las crónicas de este tipo estarán
muy centradas en la interpretación y en resolver misterios. Los jugadores acaban convirtiéndose en los con
tantes recipientes (y portadores) de miedo y sospecha que caracterizan al Oficio Censor.
Los jugadores que demuestren regularmente su
desprecio por los Censores pueden encontrarse con
que sus personajes son “enrolados” súbitamente por
el Provincial, que les pide que investiguen un suceso
inusual, y acaban descubriendo indicios de corrupción
maligna: un Inquisidor trabajando en secreto para un
Vástago, o actuando como agente de los Nefandos,
por ejemplo. Esto puede enseñar a los jugadores alguna
medida de respeto por la labor del Censor.
Rebeldes
En este tipo de crónicas, los personajes son radicales en uno u otro aspecto. Quizá estén en desacuerdo
con la estructura jerárquica de la Sociedad, o desprecien alguna otra regla o convención. También pueden
ser devotos miembros de la Inquisición que han empezado a aceptar la Herejía Florentina, y creen que (Dios nos libre) no todas las criaturas sobrenaturales
son intrínsecamente malignas. Sea como sea, se han
apartado de la Sociedad de Leopoldo, y no pueden
recurrir a ella en caso de necesidad; todavía peor: es
posible que pasen a ser considerados enemigos de la
Inquisición, marcados como traidores y sufriendo su
persecución.
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