Los Toreador viven para sus caprichos. ¿Les apetece corretear por los jardines o perder una fortuna en una partida
de naipes? Es la era de la caballería y ellos han alcanzado su
propio esplendor. Tanto la veneración de la belleza en la Edad
Oscura como la fascinación con
el misticismo los atraen como
polillas a una llama. A veces,
los Toreador son las polillas
y otras la llama.
Observan cómo
los mortales desarrollan sus vidas y
a veces intervienen
en ellas. El drama
añade sabor a sus no-vidas y sus maquinaciones
están diseñadas hasta el último detalle. Ellos son los
directores y los mortales
los actores.
Los Toreador son los
hedonistas primigenios, pero
con un retorcido toque. Nunca podrán sentir aquello que ansían.
Buscan la carne cálida y mortal
que les permita dejar a un lado
la frialdad de la no-muerte.
Beben buen vino aunque les sepa a
cenizas en pos del recuerdo de unas
uvas maduras en el paladar. Llenan
sus hogares de música y arte, aunque
se afanan por crearlo ellos mismos.
Para algunos Toreador, la religión es su
pasión. Lo llevan hasta extremos que la Iglesia rechaza,
infligiéndose estigmas y flagelándose para expurgar sus pecados.
Pero pecan una y otra vez mientras viven en el vacío que es
la desaprobación de Dios. Después de todo, si el gran don de
Cristo es el perdón, ¿por qué desperdiciar ese don en una vida
de templanza? Estos vampiros sufren enormemente la pérdida
de la gracia divina.
Según ellos, su Clan es responsable de todo el arte de la
historia, desde las pinturas rupestres a los primeros mosaicos
bizantinos. Como con muchas otras cosas que implican a
los Cainitas hay cierta verdad en ello, pues ellos
han inspirado y apadrinado
a muchos grandes artistas a
lo largo de la historia.
Si un Toreador tenía
dotes artísticas en vida, se
pasará su no-vida buscando la perfección que
aporta la humanidad.
Sin embargo, debido
a que carecen de algo
inefable que los mortales poseen,
nunca son capaces de lo que
lograron con una esperanza
de vida limitada. Resulta
traumatizante, pero nunca
dejan de intentarlo.
Sobrenombre: Estetas,
Artesanos, Vanitas.
Apariencia: Los Toreador no sólo buscan la belleza,
también se propagan a través
de ella. Su belleza suele reflejar
su patria y época de origen, por lo
que su aspecto varía desde la belleza
exótica a lo que esté de moda a
nivel local. Un grupo de Toreador
es una visión impresionante.
Refugio: Un Toreador quiere
verse rodeado de arte y cosas hermosas,
pero es tan capaz de buscar artistas en sus buhardillas
como un padrino que pueda costearle sus costosos gustos.
Son verdaderos coleccionistas y centran su obsesión en
encontrar raras y preciosas piezas que añadir a su colección.
Hacen lo mismo con sus criados, tratando a la gente a su
alrededor como si de piezas de arte se tratara.
Trasfondos: Los Toreador son volubles en su elección
de Chiquillos, impulsados por su pasión y convicción. No
es infrecuente que uno Abrace a su artista, amante o musa
favorito para que perdure eternamente tal como es. Lamentablemente, su naturaleza cambiante crea un buen número de
desechos entre sus Chiquillos, lo que genera resentimiento
y algunos creativos planes de venganza.
Creación de personajes: Las artes y las gracias sociales
son de suma importancia para los Toreador, por lo que se centran en los Atributos y Habilidades Sociales. Los Trasfondos
preferidos incluyen Rebaño, Criados y Recursos. Se afanan por
desvincularse de los placeres mundanos, por lo que el Camino
de la Humanidad es el más común, aunque algunos escogen el
de los Reyes. Tienen la conexión más firme con los mortales y
esto les permite retener mejor su Humanidad, pero esto
no mantendrá alejada para siempre a la Bestia.
Disciplinas de Clan: Auspex, Celeridad,
Presencia.
Debilidad: Los Toreador tienen la menor
capacidad de atención de todos los Cainitas.
En cuanto los alcanza la belleza es como si la
flecha de Cupido les
hubiera atravesado.
Si se topan con ella
(Narrador y jugador
deberían acordar
los detonantes adecuados), deben tirar
Autocontrol o Instinto (dificultad 6).
Si fallan, la ensoñación
de sus sentidos perdura
hasta el fin de la escena
o hasta que desaparezca
de su vista el objeto de ésta.
La sacudida de placer que
reciben de los objetos hermosos es altamente adictiva
y un Toreador poco disciplinado
puede acabar dando tumbos de
un momento de gozo a otro para
beneficio de sus enemigos.
Sin embargo, los Toreador
pueden interactuar con los
objetos de su obsesión. Para
los más inhumanos esto puede
suponer cosas terribles para
las obsesiones vivientes, pues
buscan adentrarse en todos los
aspectos de la naturaleza del
arte, entendiéndolos a un nivel visceral y fundamental.
Organización: De vez en cuando los Toreador se reúnen
en grupos más o menos cohesionados para refinar sus gustos
individuales e inspirarse unos a otros. Estos encuentros no
son aptos para los de corazón o mente débiles. Son comunes
las discusiones acaloradas sobre arte, música y teatro, como
también lo son las actuaciones y las exposiciones de arte
espontáneas. Las obras expuestas pueden provenir de los
Toreador asistentes o de sus protegidos.
Los rincones a media luz son perfectos para los flirteos
intelectuales que tanto gustan a los Toreador. Los más acalorados son famosos por batirse en duelo para corregir una
afrenta o como diversión.
Cita : "Mi fe enseña que estos deseos están mal. Hice voto de abstenerme y aun así adoro a la belleza de la villa
durante toda una semana, escribiendo odas a sus ojos. La ato con un millar de mentiras y entonces acabo con
su vida en un calvero con olor a pino, mis manos sujetas a sus trenzas de oro.
Me tortura aquello en lo que me he convertido. ¿Dónde puede encontrarse la redención?"
Estereotipos:
• Capadocios: Bobos de caras largas. Dicen que tienen mucho
por enseñarnos (al igual que muchos de nuestros hermanos),
¿pero quién quiere quedarse sentado oyéndoles zumbar?
• Gangrel: Las bestias son aburridas, demasiado brutas
para nosotros. Persíguelos hasta sus bosques y cuevas.
• Lasombra: Sentimos una gran afinidad con este
Clan y su exotismo nos intriga. ¿Se están cayendo quizás
de su elevada posición? Cautivadores, pero peligrosos
si se los enoja.
• Malkavian: Los Hijos de Malkav
generan una especial fascinación,
quizás porque bailan como nosotros
en la línea que separa la realidad del
delirio. Y entonces es cuando enloquecen de golpe, aunque sean
compañeros entretenidos.
• Nosferatu: ¿Sería posible imaginar a alguien
menos apropiado para
nuestras fiestas y reuniones? Con pocas
excepciones quedarán
fuera de la lista de invitados a menos que
quieras que caiga carne
putrefacta en el vino.
• Tremere: Aburridos
con toda su Magia de
Sangre y sus experimentos.
Siempre aparece alguno que
se mete en una conversación
que no le concierne e ignora
todas las indirectas para que
se marche. Los usamos siempre que son útiles.
• Ventrue: Casi nuestros
iguales. Casi. Están en ascenso y observaremos con
interés sus esfuerzos.
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