Caitiff (Tercera Edición)

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Seducidos y abandonados por sus sires, los Caitiff están por todas partes en los márgenes de la sociedad de la Camarilla. Sin clan y no deseados, los Caitiff son los resultados de los asuntos de una noche, enamoramientos, Abrazos en frenesí y errores absolutos. La mayoría conserva recuerdos vagos, en el mejor de los casos, de su sire y del Abrazo; algunos no se acuerdan de nada. Andando a tumbos en la neblina de una nueva existencia, finalmente todos descubrieron las claves para la supervivencia –habitualmente en la forma de otro Caitiff que cuida de ellos– o murieron intentándolo. La única marca distintiva de un Caitiff es la falta de marcas distintivas.

Algunos Vástagos teóricos postulan que con el tiempo tiene lugar una especie de “impresión de carácter” entre el sire y su chiquillo, permitiendo al vampiro más joven adquirir las características físicas de su sire como le pide la sangre. Los Caitiff, no obstante, no desarrollan totalmente esas semejanzas —los Caitiff descendientes de Nosferatu, por ejemplo, pueden ser feos pero rara vez tienen la apariencia monstruosa de sus ancestros vampíricos. De la misma manera, otros Caitiff abrazados por los Malkavian pueden ser un poco raros pero no necesariamente presas de trastornos totalmente desarrollados, los Abrazados por los Ventrue pueden tener preferencias en su alimentación, pero no excluyen a ninguna presa, etc. Un observador informado puede adivinar por lo general con una exactitud razonable cuál pudiera ser el linaje de un Caitiff, pero no suele merecer la pena intentarlo siquiera.

Los Caitiff ocupan los puestos en la sociedad de la Camarilla que nadie quiere. Aunque la Camarilla puede acoger a veces a los sin clan gracias a su difuminado sentido de paternalismo, los clanes cuidan primero de los suyos y dejan las sobras a los Caitiff. Algunos Caitiff desprecian la participación activa en la política de la ciudad como ciudadanos de segunda clase, mientras que otros aprovechan cualquier oportunidad para abrirse paso entre la clase dirigente. Mientras tanto, la mayoría de los sin clan evitan su participación en estos asuntos por razones de supervivencia, prefiriendo disfrutar de los supuestos beneficios de la pertenencia a la Camarilla sin verse arrastrado hacia las cuestiones políticas.

Apodo: Basura.

Apariencia: Los Caitiff a menudo parecen versiones mal vestidas de sus primos aceptados, imitando el estilo Toreador o Brujah con su presupuesto limitado. Pocos demuestran características auténticamente destacadas que indiquen su clan de procedencia (los desdeñosos Ventrue han dicho que los Caitiff tienen una apariencia “genérica”), y los Caitiff han tomado esta ofensa como una irónica insignia de honor. Si se mira de cerca cualquier banda de aspirantes a vampiros mortales suele encontrarse a uno o dos Caitiff, vestidos con su mejor disfraz y pasándoselo lo mejor posible.

Refugios: Los Caitiff se refugian cuando y donde pueden. Sus favoritos son los apartamentos en sótanos y los pisos abandonados, ya que nadie quiere estos lugares y no es probable que se expulse a los Caitiff en cuanto se han establecido.

Trasfondo: Los Caitiff son ante todo un invento del último siglo, especialmente de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Los Vástagos alarmistas señalan que la explosión en la cantidad de sin clan es un presagio de la Gehena, pero los vampiros más sensatos ven en problema como sintomático de una ruptura en las normas sociales tradicionales. Los Caitiff a menudo se juntan, formando cuadrillas por desesperación y para defenderse. Los grupos de sin clan suelen tener una esperanza de vida corta; se hacen añicos, se fragmentan y se reforman con gran regularidad. Los Caitiff proceden de todos las extracciones. La mayoría recibe el Abrazo como un accidente del destino, y no por una situación planeada, con lo que no se puede decir que exista el candidato “típico’ para Caitiff. Todo lo que comparten los Caitiff es el don de haber estado en el lugar equivocado en el momento incorrecto.

Creación de personajes: Los Caitiff tienen que sobrevivir en las calles con poca ayuda o sin ella, y con unas condiciones negativas que la mayoría de los neonatos no pueden afrontar por sí solos. Aunque los Caitiff tienen una amplia distribución de capacidades mentales, sociales y físicas, los que sobreviven más tiempo cuentan con los Atributos Mentales o Físicos como su Atributo Primario. Callejeo, Subterfugio y Supervivencia con habilidades comunes entre los Caitiff, pero la experiencia y la educación de un Caitiff pueden hacer que tenga cualquiera.

Disciplinas: Cualquiera (por defecto, Fortaleza, Potencia y Presencia)

Debilidades: Los Caitiff pueden adquirir cualquier Disciplina durante la creación de personajes, pero después tienen que pagar seis veces su valor para cualquiera de los poderes comprados con puntos de experiencia. A un nivel más básico, los Caitiff sufren un estigma social por no formar parte de un clan aceptado. Como consecuencia de esto, los Vástagos mejor situados se sienten con el derecho de desairar o denigrar a los Caitiff. Hasta que un Caitiff se asienta en un círculo social o una ciudad, tiene un +2 a la dificultad en todas las tiradas Sociales con los vampiros que no son Caitiff.

Organización: De vez en cuando, alguien trata de organizar a los Caitiff en una estructura similar a un clan. El intento fracasa inevitablemente, en parte por la fragmentación innata de la sociedad Caitiff y en parte porque a los clanes establecidos les interesa mantenerles desorganizados. En el ámbito cotidiano, la organización Caitiff funciona, en el mejor de los casos, a nivel local, y con frecuencia a ningún nivel.

Cita: No pedí que me hicieran esto. No pedí ser un vampiro. Pero alguno de vuestros eminentes hijos de perra me mordió, y ahora soy uno de vosotros; que me condenen si creéis que voy a ser un peón durante el resto de la eternidad.

Estereotipos:

• Camarilla: Bueno, los Sabbat nos quieren muertos, y puedo soportar las gilipolleces de los Camarilleros. Prefiero que se rían de mía que me disparen, ¿no? Pero las cosas están cambiando. No importa si quieren mantener el poder lejos de nosotros. En estos días, hay suficiente como para que nos quedemos con parte.
• Sabbat: Ya, claro, te ofrecen el mundo –después de tiran al suelo, te sacuden en la nuca con una pala y entierran tu culo. Y eso si se molestan en pararse y charlar en vez de tumbarte de primeras dadas. No me gustan, no confío en ellos y les dispararía en cuanto les viera.

La Vista desde Fuera 

• La Camarilla Bueno, es mejor que sirvan como amortiguadores y primera línea de defensa que se cambien de bando y se unan al Sabbat. Permitiendo el ingreso de los sin clan, protegemos la Mascarada, nos defendemos y mantenemos tranquilas las calles. Esos beneficios compensan el precio de tener que ver de vez en cuando a un Caitiff en el Elíseo.

— Danielle Foster, primogénito Brujah, San Luis.

• El Sabbat Hey, colega, el Sabbat es estupendo. No tienes que aguantar las tonterías que escuchas en la Camarilla – aquí estamos organizados. Nos llaman Chulos, no Caitiff, y ¡podemos expresarnos! Es mucho mejor que soportar la mala leche de los Toreador y esperar sus sobras. Ven a una reunión, colega –Te lo juro, si no te gusta puedes largarte sin sufrir daño alguno.

— Kai Simmons, reciente iniciado del Sabbat

• Los Independientes Los sin clan son una distracción. El truco consiste en asegurar que distraigan a nuestros contrincantes, en vez de a nosotros. Un justicar que está ocupado persiguiendo a un clan especialmente perjudicial de Caitiff no se entretiene hurgando en nuestros asuntos. Es así de sencillo.

— Rafael Giovanni
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