Capadocios (Edad Oscura - Vampiro)

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Para los miembros del clan Capadocio, la línea de sangre es a menudo tanto una filosofía como un linaje. Una mayoría abrumadora de los Capadocios están fascinados por los conceptos de muerte y no muerte: para ser específicos, con lo que queda después de que el alma eterna haya dejado el cuerpo. Algunos fueron estudiosos en sus vidas mortales, mientras que otros eran hombres de fe o filósofos. Tales naturalezas inquisitivas permanecen vivas incluso después del Abrazo, y aunque los cuerpos de los Capadocios semejan aquellos de los muertos, sus mentes están muy vivas con los secretos metafísicos de la noche. Sus estudios y obsesiones se manifiestan en su forma más poderosa en su retorcida Disciplina de Mortis. No obstante, dentro de este arquetipo los así llamados Ladrones de Tumbas varían mucho. Por cada uno que fue un sacerdote cronistas de las Cruzadas, hay un compañero de clan que fue un caballero luchando en esas mismas guerras santas. Aunque los Capadocios no son políticamente poderosos, se han ganado un lugar entre los Altos Clanes con su conocimiento, sabiduría y contactos. Los más activos en política actúan como consejeros de los príncipes, visires de reyes mortales e incluso tutores de familias reales, mientras que los estudiosos es más típico que se escondan en monasterios o saqueen cementerios para obtener
los “sujetos” de sus indagaciones más allá del velo de la mortalidad.

Se sospecha que el origen del clan está en el corazón de Anatolia o Armenia; varias leyendas del clan mencionan las arenas del desierto, ciudades subterráneas y llanuras onduladas. El progenitor del clan, conocido sólo como Capadocius (“de Capadocia”), da a sus chiquillos gran margen de acción, meramente pidiéndoles que mantengan la búsqueda de respuestas al estado no muerto. Los eruditos creen que muchos Capadocios pasan sus noches en los fríos brazos del letargo o han emigrado al Oriente sarraceno, pues la historia Cainita implica que fueron una vez mucho más comunes de lo que son hoy. Aunque están desorganizados y dispersos, muchos reverencian el saber y se congregan en ciertas ocasiones en templos, bibliotecas y universidades. Allí, consultan los unos con otros sobre lo que han aprendido, intercambiando secretos y blasfemias, verdades santificadas y rumores. Se dice que el centro espiritual del clan está en el gran templo de Erciyes en Anatolia, donde la Dama Constancia actúa como sacerdotisa y oráculo, y donde fueron reunidos fragmentos de El Libro de Nod a finales del siglo XII.

A pesar del hecho de que ningún extraño (y muy pocos neonatos Capadocios) ha visto Erciyes, existen rumores de templos aún más secretos y terribles, incluyendo necrópolis enterradas de edades pasadas. Con su amplitud de miras y miembros viajeros, el clan Capadocio tiene Cainitas por toda Europa e incluso al sur y este. Los monasterios coptos en África son refugios de Ladrones de Tumbas, como también lo son las cortes de los pachá más allá de Levante e incluso los salones de los Giovanni, una familia de mercaderes venecianos de los que se rumorea que son diestros en las artes de la nigromancia. Este es un clan cosmopolita, con tantos de sus miembros de origen humilde como los que provienen de la nobleza o el clero. Para los Capadocios, una mente aguda es más importante que la cuna, y cualquier Cainita con una naturaleza inquisitiva se gana la estima de su sire y de sus pares. Otros clanes a menudo consideran a los Capadocios reservados y morbosos, lo que es verdad hasta cierto punto.

En efecto, su práctica de Mortis y otros estudios relacionados requiere pacientes investigaciones y un abundante suministro de carne muerta. Los miembros del clan son conocidos por enclaustrarse durante décadas, emergiendo de sus laboratorios y refugios sólo para procurarse sustento y sujetos para sus experimentos; a menudo las dos cosas van unidas. No obstante, bajo este aspecto tenebroso reside una espiritualidad profunda en muchos Capadocios. Aunque sus prácticas tienden a hacerles fríos, extraños y retirados del mundo mortal, ahondan en misterios que los Cainitas menores y el ganado no podrían ni imaginar.

Remoquete: Ladrones de tumbas.

Apariencia: Al estar afligidos por su debilidad de clan, todos los Capadocios muestran una palidez morbosa y cuerpos demacrados. Muchos tratan de ocultar su apariencia cadavérica, aunque en algunos casos no es tan pronunciada. Tienden a vestirse con los ropajes de su posición, desde los hábitos de simples monjes y estudiosos a las finas túnicas de un chambelán, o incluso los andrajos podridos de un enterrador.

Refugio y presas: Los Capadocios suelen tener sus refugios lejos del mundo mortal, e incluso de otros Cainitas, donde puedan estudiar en reclusión o realizar experimentos morbosos sin intranquilizar a otros residentes. Dichos refugios incluyen cámaras en desuso de castillos, monasterios apartados, bodegas abandonadas y alcantarillas o cisternas de la era romana. De todos los Altos Clanes, los Capadocios son probablemente los menos exclusivos cuando se trata de elegir presas. De hecho muchos Capadocios ven el Beso como poco más que una función, y niegan la carga emocional que proporciona tanto a depredador como presa. Pocos Capadocios sienten reservas para alimentarse de animales, o incluso de cadáveres, pero la sangre humana fresca sigue siendo más deliciosa. Cuando se alimentan de mortales, los Ladrones de Tumbas son a menudo tan discretos como lo son en la sociedad Cainita, alimentándose furtivamente de los desechos e intocables de la humanidad.

El Abrazo: Debido a sus mentalidades algo morbosas, los Capadocios suelen Abrazar a aquellos que están interesados en la muerte o que trabajan de alguna forma en ella, o en aquellos cuyos talentos académicos puedan ser dedicados a las investigaciones intelectuales y espirituales propias de los Ladrones de Tumbas. Soldados, sacerdotes, ermitaños, peregrinos, enterradores y supuestas brujas, todos han sido Abrazados en el clan Capadocio. Además, el clan parece menos inclinado hacia los prejuicios europeos que muestran otros clanes, Abrazando gente de lugares tan lejanos como persas, moros y otros extranjeros.

Creación de personaje: Entre los Capadocios los Atributos Mentales y Conocimientos tienden a ser los primarios. Conceptos, Naturalezas y Comportamientos tienden hacia la introspección y la contemplación, mientras que las Virtudes se inclinan a uno u otro extremo, o estando muy desarrolladas o ignoradas cruelmente después del Abrazo. Los Trasfondos, como otros aspectos de las personalidades de los Capadocios, suelen concentrarse en hacer al Cainita auto suficiente o al menos bien considerado por otros, Hay Capadocios en casi cualquier camino importante, pero la mayoría tiende hacia los Caminos del Cielo o de los Pecados. Los miembros del clan más espirituales y morbosos siguen su propio Camino de los Huesos.

Disciplinas de Clan: Auspex, Fortaleza, Mortis.

Debilidades: Los Capadocios muestran el semblante de la muerte, que hace que su piel aparezca fría y cadavérica. No importa cuánta vitae ingiera el Capadocio, nunca muestra el “rubor de la vida” que otros Cainitas pueden escoger mostrar. Esta macabra condición es exacerbada por la edad, y algunos de los Capadocios más venerables semejan literalmente cadáveres marchitos. La dificultad de las tiradas Sociales para los Capadocios (cualquier tirada que implique un atributo Social) aumenta en uno.

Organización: Aunque los Capadocios parezcan solitarios, su naturaleza inquisitiva les, lleva a buscar entablar correspondencia con otros, al menos. En algunos casos, forman fraternidades o sociedades de estudiosos de mentalidad similar, mientras que otros forman cuadrillas cuyos viajes pueden llevar a la recuperación de una reliquia perdida. Otras son simplemente cábalas de intelectuales amigos que comparten sus observaciones. El clan como un todo no tiene jerarquía formal (aunque la mayoría muestran respeto a los sacerdotes de Erciyes), así que corresponde a cada Ladrón de Tumbas individual ocuparse de sus necesidades sociales.

Cita: ¿Es nuestra no muerte una maldición o una exaltación? No existe una respuesta fácil. Esta es la pregunta que nos ha atormentado desde que Dios maldijo a Caín. 

Estereotipos: 

• Los Altos Clanes: Nuestro puesto está entre ellos, pero no recuerdo que tuviéramos alguna vez elección.
• Los Bajos Clanes: Incluso aunque fuera capaz de sentir compasión, probablemente no la gastaría con ninguno de estos mestizos.
• Brujah: Demasiados de ellos han olvidado la primera mitad de su papel como filósofos-reyes.
• Tzimisce: Son crueles y se engañan a sí mismos: los misterios que buscan son meramente los de la carne trascendente.
• Ventrue: Arrogantes y fatuos, pero a pesar de todo caudillos fuertes fortalecidos aún más por nuestro consejo. No obstante, sus cualidades positivas a menudo se ven negadas por su egoísmo.
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