Lasombra (Tercera Edición)

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El clan Lasombra ha caído en desgracia... y sus miembros disfrutan de ello. A la vez elegantes y depredadores, los Lasombra guían (si es necesario, con el látigo) al Sabbat como una fuerza implacable. Volviendo la espalda a los humanos que fueron antaño, los Lasombra se entregan por completo a la oscura majestad del Abrazo. Asesinato, frenesí, depredación... ¿por qué temer a estas cosas, pregunta muchos Lasombra, si uno es un vampiro? Pero en contraste con los Tzimisce, por lo general los Lasombra no buscan rechazar todas las cosas mortales, sino modelarlas para su placer. Los Lasombra han estado relacionados con la Iglesia desde sus orígenes, y algunos Vástagos susurran que el clan fue esencial en la difusión de la fe cristiana. No obstante, en las noches modernas los Lasombra se han apartado de esa divina institución. Hay excepciones, por supuesto, pero en general el clan no reserva sino desprecio para la idea de la salvación. De hecho, los Lasombra llevaron muchos de los ritos y rituales de la Iglesia a la secta del Sabbat, convirtiéndolos en burlas de la doctrina cristiana. Además, formalizaron muchos de los auctoritas e ignoblis ritae de la secta, para que los vampiros del Sabbat no olvidasen nunca lo que son. Los Lasombra son conocidos por su Disciplina de Obtenebración, mediante la cual llaman a una tangible oscuridad “viviente”, manipulándola a su capricho.

La doctrina del clan sostiene que tal “oscuridad” es de hecho la materia del alma vampírica, a la vez fortalecida y corrompida por el Abrazo. Mediante la maldición del Abrazo, creen algunos Lasombra, dios les ha expulsado, y deber es construir un nuevo orden sobre la Tierra a través del Sabbat. Los Lasombra más científicos se burlan de esta superstición, pero incluso ellos tienden a creer que, como vampiros, representan a una nueva y más avanzada consciencia, ajena a la mezquina ética humana. Que los blandos Ventrue ardan en los fuegos solares del martirio; los Lasombra están satisfechos con lo que son. Naturalmente, esta imagen de villano no es universal en el clan, pero muchos Lasombra del Sabbat recién Abrazados se deleitan en la destrucción indiscriminada y la vulgar depravación que permite tal filosofía. En fuerte contraste, algunos Lasombra de mayor edad conservan sus lazos con la Iglesia, aunque incluso ellos parecen considerarse “instrumentos del Diablo”. Ambos grupos coinciden en una cosa: los Lasombra, como consumados manipuladores que son, se niegan firmemente a someterse a los anticuados caprichos de los Antediluvianos. Luchan con orgullo en la Yihad, pero al contrario que muchos Vástagos, creen que pueden ganar. El Lasombra típico tiene un don para la manipulación, así como grandes aptitudes de mando. Suelen ser los líderes de las manadas Sabbat y sus naturalezas maquiavélicas les hacen ideales para orquestrar los movimientos de la secta. Por desgracia, la soberbia suele acompañar a esta siniestra nobleza, y muy pocos Lasombra reconocen a otros vampiros como iguales, no digamos ya superiores.

Apodo: Guardianes (como en “el guardián de mi hermano”).

Secta: Los Lasombra son el clan gobernante del Sabbat, hasta donde pueda hablarse de “gobernar” esta caótica secta. Unos pocos antiguos pertenecen a la Camarilla o el Inconnu, pero tales criaturas suelen llevar existencias solitarias y peligrosas.

Apariencia: Muchos de los Lasombra más antiguos tienen ascendencia española o italiana, y algunos muestran rasgos moros o beréberes. No obstante, los ancillae y neonatos recorren todo el espectro de etnias y culturas. Casi todos los Lasombra son razonablemente atractivo, con facciones aristocráticas y distinguidas: los Lasombra de aspecto proletario son raros, y apenas se puede ver alguna mano callosa o una nariz partida típicas de la clase obrera entre los Guardianes.

Refugio: Muchos jóvenes Lasombra desdeñan los refugios privados, durmiendo con la manada y manteniendo cubiles comunales “por el bien de la secta”. Pero los viejos hábitos tardan en morir entre los Guardianes, y algunos antiguos tienen mansiones ancestrales u otros refugios ostentosos.

Trasfondo: Los Lasombra pueden tener cualquier origen, pero por lo general son profesionales, con buena educación e inclinaciones políticas. Tienden a ser agresivos, tanto física como socialmente; el clan tiene poco interés por los debiluchos y no vacila en hacer purgas de los vampiros indignos de estar entre sus filas. Los Lasombra son muy hábiles para la interacción social y manejar los hilos de los demás... las maneras toscas están muy mal vistas, pues los Guardianes son monstruos refinados.

Creación del personaje: Un Lasombra puede tener cualquier conducta (¡la que mejor oculta su verdadera Naturaleza!). Los Atributos Sociales son los predilectos, con los Mentales siguiéndolos muy de cerca. Muchos Guardianes cultivan Trasfondos como Influencia, Posición (Sabbat) o Recursos, valorándolos más que las Disciplinas o Habilidades adicionales. El clan fundó la Senda de la Noche, que tiene numerosos seguidores entre los Guardianes (aunque muchos optan por seguir otras sendas, y algunos conservan su Humanidad).

Disciplinas del clan: Dominación, Obtenebración, Potencia.

Debilidades: Los vampiros Lasombra carecen de reflejo. Su imagen no aparece en los espejos, metales pulimentados, la superficie del agua, fotografías y cámaras de seguridad... etc. Esta curiosa anomalía se extiende incluso a la ropa y los objetos que llevan. Muchos Vástagos creen que los Lasombra han sido malditos por su vanidad. Además, dada su afinidad con las tinieblas, los Lasombra sufren un nivel adicional de daño por la Luz del sol.

Organización: La estructura del clan Lasombra es a la vez formal y abierta. Se muestra respeto a los antiguos guerreros que ayudaron a fundar el Sabbat, pero los miembros más jóvenes operan de forma casi autónoma. Unas reuniones trimestrales llamadas conventículos sirven para mantener a los Lasombra informados de la posición de cada uno de ellos. En estos encuentros se suele celebrar algún ritual de ingestión de sangre. Aunque nunca se dice a un Lasombra “No hagas esto” (al menos en público), casi todos los Guardianes muestran un profundo respeto por la tradición. Se rumorea que una cuadrilla Lasombra secreta conocida como Les Amies Noir ejecuta las “sentencias de muerte” dictadas contra los Guardianes que provocan la ignonimia o la deshonra del clan o de sus miembros.

Linajes: Los antitribu Lasombra están entre los más firmes partidarios de la Camarilla, aunque esta secta desconfía de ellos. Algunos de los más ancianos miembros del clan desprecian a los Lasombra del Sabbat. Naturalmente, éstos temen a los poderosos Vástagos que se oponen a ellos, u no hay nada que una tan rápidamente a rivales Lasombra como el rumor de un antitribu entre ellos.

Cita: ¿Sombras? ¡Ja! ¡Yo manejo la misma oscuridad, no meras sombras! Dime... ¿podría hacer esto una sombra? 

Estereotipos:

• Assamitas: Útiles herramientas, aunque últimamente un poco... independientes.
• Brujah: Su fiera pasión, una vez cosechada, es un magnífico medio para usarlos con tus propios fines.
• Gangrel: Fáciles de excitar; terribles y monstruosos enemigos. Agítales y suéltalos contra tu adversario.
• Giovanni: El árbol sin ramas oculta su podredumbre interior.
• Malkavian: La locura puede dar visión a veces, pero por lo general obstaculiza a quienes podrían beneficiarse de ello.
• Nosferatu: Útiles moscas en la pared cuando los necesitas, pero los Nosferatu tienden a atraer demasiadas moscas ellos mismos.
• Ravnos: En lugar de enfrentarse a ellos directamente, es mejor dirigirles hacia algún otro sitio y dejar que otro se ocupe allí del problema.
• Seguidores de Set: Hmmm... ¿Cuál es la mejor forma de mantenerlos en Egipto?
• Toreador: Sus no-vidas son las más torturadas, y suele haber mentes perversas tras sus bonitas fachadas.
• Tremere: Toscos, pero eficaces a su manera. Ciertamente, su existencia mantiene constructivamente ocupada la atención de los Demonios.
• Tzimisce: Valerosos aliados y venenosos rivales, con frecuencia simultáneamente.
• Ventrue: Su potencial se ve disipado por su debilidad. Derrochan su don al acechar entre los mortales.
• Caitiff: No puedo concebir que ninguno de ellos sobreviva a la desilusión de descubrir lo que es.
• Camarilla: Aceptable, si hablas de una institución del ganado. Pero si eres un diablo nocturno chupador de sangre, ¿para qué ocultarte de tu presa?
• Sabbat: Si sólo escuchasen un poquito más, casi valdría la pena todo el esfuerzo que invertimos.
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