Hijazi

Los ventrue nunca han sido muy numerosos en Oriente Próximo y la expansión del Islam en los últimos siglos ha expulsado a los pocos que aún tenían allí sus refugios. El clan aumentó su presencia en la zona hace siglos cuando el ejército romano conquistó y subyugó con paso firme a la región. A medida que Roma ampliaba sus fronteras, los Ventrue hacían lo propio. El proceso nunca fue fácil. En el norte de África se encontraban los Brujah, que resistieron pero finalmente fueron aplastados, al coste de toda una civilización. En Egipto los Walid Set debilitaron, sedujeron y destruyeron a los Ventrue mal parados ante los talentos de las Serpientes que habían tenido siglos para perfeccionar sus habilidades. En el este se enfrentaron al poder de los Banu Haqim y pronto aprendieron a respetar a los fieros guerreros del bay't de Oriente Medio. En verdad, durante los pocos siglos en los que lograron mantener una cabeza de puente en la región nunca comprendieron del todo las distinciones entre los bay't y los clanes con los que estaban relacionados, asumiendo con la típica arrogancia europea que eran en gran parte iguales.

Esto demostró ser su ruina. Cuando el Imperio Romano entró en declive, el poder de los Ventrue en la región le acompañó. Constantinopla pasó a estar gobernada por una trinidad formada por un Toreador, un Ventrue y un Tzimisce, un nivel de reparto del poder que nunca habría tolerado los Ventrue si hubiesen sido más fuertes. Entonces una nueva religión, aparentemente insignificante, se difundió entre los pueblos de la Península Arábiga en cuestión de décadas. Los árabes se unieron en torno a esta nueva fe y lanzaron una serie de campañas increíblemente exitosas que hicieron que cayese ante ellos la mayor parte de Persia y una buena porción del Imperio Bizantino. Con ellos llegaron miembros de los bay't orientales que conservaban grandes rencillas con los Ventrue desde los siglos de la ocupación romana. A medida que caían las ciudades, los Ashirra y miembros de otros bay't cazaban a los restantes vampiros europeos. A alguno s eles dijo que regresaran a sus tierras natales y a los que habían sido Abrazados en Oriente Medio se les dio a elegir someterse a los invasores o ver el sol. Mucho prefirieron huir antes de que llegasen los invasores, arguyendo que sus no vidas eran más importantes que enfrentarse a una religión que sin duda acabaría por desaparece como tantas otras. Irónicamente el único sitio donde el linaje Ventrue ha adoptado el Islam de forma genuina es en Arabia, el corazón de la nueva religión.

Los El Hijazi trazan sus orígenes a los Ventrue pre romanos que se escindieron antaño de la línea principal europea. Esta separación no ha hecho más que acrecentarse con los siglos. Los Ventrue Hijazi ostentan el dominio en varias zonas de Arabia y son miembros respetados de los Ashirra locales, aunque no son nada numerosos y les vigilan atentamente lso Banu Haqim y los Hajj. En otras áreas también existen pequeñas comunidades de Ventrue de origen bizantino o romano. El sultán Antonius de El Cairo procede de este linaje y ha adoptado el Islam para apaciguar a los Ashirra de su dominio. Su devoción parece efímera, pero Suleiman ibn Abdullah y el resto de los antiguos de la secta Ashirra le consideran una eficaz barrera contra los Walid Set. Antonius piensa lo mismo de ellos. Finalmente en Tierra Santa hay presentes Ventrue europeos, que llegaron durante las Cruzadas. Después de que los latinos hayan sido empujados a la costa, su grupo se encuentra en una posición precaria, pero siguen allí y claman por otra Cruzada.