Combinando Auspex V5
Todavía puedo sentirlo, ¿eh? En mi
cabeza. Lo llamo “eso” aunque sé que
es ella. Se metió en mi maldita cabeza
y no para de reír. ¡Se metió y no se va
a callar! Lo siento. Puedo calmarme.
Primero pensé que Dios respondía mis
oraciones. Dijo que quería llegar a
conocerme y que yo había estado tan
solo. Empezó a decirme cosas sobre mí
que había olvidado. Lo sabía todo de
mí. Me pareció agradable, creo, que
alguien se interesara.
Pero luego comenzó a usar mi cerebro contra mí. Empezó a decirme qué
iba a hacer antes de hacerlo. Empezó a
decirme que, si no bailaba a su ritmo,
nunca me liberaría. No quería estar
solo, pero no me gustaba hacia dónde
se dirigía esto. Es por eso que me llevé
el taladro a la cabeza.
El caso es... Mira, no estoy loco.
Conozco la locura y sé que parezco loco,
pero no lo estoy. Estaba lidiando con
algo, alguien, que proyectaba su mente
en la mía y me desmenuzaba cuando
estaba más vulnerable. Aún no sé por
qué lo hizo, salvo por algunas emociones
baratas y la combinación de la caja
fuerte de mi empresa, pero ahora me
queda el recuerdo de esa intrusión y
estoy convencido de que la única forma
de pararla es matando a la mujer responsable. Por eso me reclutó el gobierno.
Todo lo que me queda para seguir
adelante es la palabra “Asylum”, pero
no pararé hasta que su risa lo haga.





















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