El Culto de la Iluminación lucha en una batalla solitaria. Instituido por vampiros que, incluso hace un milenio vieron y temieron la dirección que estaba tomando la sociedad de la Estirpe, este culto persigue la tarea casi fútil de traer la iluminación espiritual a la raza de los cainitas. Solo trascendiendo la Bestia de una vez por todas, argumentan los componentes de este culto, lo vampiros podrán ser capaces de abandonar su eterna y últimamente desastrosa guerra. Desafortunadamente, muchos de los líderes más influyentes del culto están actualmente en letargo. Los restantes se esfuerzan en su búsqueda de la Golconda, pero al verse abandonados han perdido el camino. Ahora dos "profetas" se han levantado dentro del culto, cada uno enemigo acérrimo del otro, defensores ambos del retiro monástico como una solución a la Gehena. Uno de ellos insiste en que todo el culto debería entrar en letargo y comenzar una heroica búsqueda en el sueño bajo su dirección.
Su rival atrae seguidores con artimañas uno por uno hasta el Himalaya, donde afirma haber encontrado un Segundo Edén con árboles frutales que pueden alimentar a los Vástagos y una cueva de maravillas donde las sombras muestran visiones del fin de los tiempos. Unos pocos practicantes del culto permanecen escépticos, sabiendo que el miedo al destino fácilmente da lugar a la farsa y la demagogia. Retirarse del mundo en esta hora de necesidad, dicen, es la última cosa que los Vástagos deberían hacer. Sin embargo, la mayoría de los miembros presentes han acudido a uno u otro bando. Mientras tanto, los estudiosos del grupo pasan sus noches intentando encontrar los Pergaminos de la Sabiduría (trece rollos en los cuales los fundadores del culto recogieron todas sus enseñanzas hace muchos siglos). Los documentos han desaparecido desde entonces: cuatro fueron robados durante la Batalla de Samarcanda, uno se perdió en algún lugar en la Ruta de la Seda en el siglo XI y los ocho restantes fueron sacados de contrabando de Constantinopla justo antes de la invasión turca. Ninguno de los adeptos en activo en la actualidad ha visto nunca los rollos. Sin embargo, la tradición afirma que, entre otras cosas, resumen los acontecimientos de la Gehena con detalles de inusual claridad.
El culto financia incontables excavaciones arqueológicas para buscar esta tradición perdida. También ha buscado la ayuda del clan Assamita en varias ocasiones, pero los guerreros del desierto afirman ignorar el paradero de los pergaminos. En su mayor parte, el Culto de la Iluminación desea oír las palabras de los nuevos profetas de sangre débil. Después de todo, una revelación es una revelación, sin importar la fuente. Se ha establecido contacto con varios videntes, que incluso han sido invitados a reuniones secretas del culto; hasta ahora, todos han declinado la oferta. Los jóvenes parecen tener miedo, una reacción que desconcierta a muchos dentro de la orden. ¿No son después de todo almas amables en busca de la salvación? Pero algunos adeptos murmuran que la reticencia de los videntes sólo confirma lo que han sospechado durante mucho tiempo: un traidor debe estar escondido entre los líderes, algún malvado que está intentando, probablemente con éxito, subvertir su sagrado propósito y hacer caer a todo el culto a la perdición.
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