Nuevos Desarrollos

En todo el tumulto de la Camarilla, los justicar tienen una oportunidad histórica para expandir su alcance. Muchos vampiros, molestos con la inercia de sus antiguos y temerosos respecto a la supervivencia de su raza, se han agrupado en camarillas para apelar al reconocimiento oficial del azote por parte de la secta. Tal movimiento probablemente situaría el cargo directamente bajo la autoridad de los justicar, llevaría a cabo tres tareas:

Primero, los invasores podrían ser perseguidos a través de las fronteras de la ciudad, arreglando de este modo la disputa sobre la jurisdicción. En el presente, un azote cuya presa le esquiva debe ceder totalmente en cacería o pedir al príncipe vecino que convoque una Caza de Sangre, una demora inaceptable, ya que muchos príncipes no concederán siquiera una petición insignificante hasta que haya considerado cuidadosamente sus méritos y hasta que hayan mantenido al suplicante esperando un intervalo apropiadamente humillante.

Segundo, las reglas normales del compromiso serían establecidas para el cargo, previniendo de este modo cualquier malentendido fatal del tipo que ya ha escandalizado a la Camarilla (un incidente reciente, en el cual el azote de Ámsterdam persiguió a un joven vidente hasta los brazos de un desconcertado embajador Ventrue de Dusseldorf, matando después a los dos sin siquiera a pararse a preguntar el nombre del Ventrue, es citado como el ejemplo más notorio. Las historias de terror se acumulan mensualmente).

Tercero, los príncipes tendrían que responder ante más cosas. Después de todo, no suele ser difícil limpiarlo todo ante la visita de un arconte y después las cosas vuelven a funcionar como siempre. Pero si los ojos y los oídos del justicar estuviesen siempre presentes en la persona del azote, los príncipes podrían ser animados a realizar un esfuerzo más constante en nombre de sus huéspedes.

Este movimiento reformista está actualmente en pañales, pero podría fácilmente expandirse fuera de control. Después de todo, a pesar de estar atascados en la política feudal, los Vástagos de la Camarilla han notado el ascenso de la democracia en las naciones mortales. Conocen el poder de los números y ahora tienen una causa de gran alcance y lo suficientemente urgente como para unirlos. Los inteligentes justicar pueden utilizar la propaganda y la retórica para agitarles incluso más; con suerte, un gran escándalo podría "forzar" a actuar al mismo Círculo Interno. Se dan todos los ingredientes para una caza de brujas de proporciones épicas: una mayoría asustada; una peligrosa y despreciable multitud de cabezas de turco en potencia; un liderazgo sin escrúpulos deseoso de tensar las riendas del control. Sólo haría falta un codazo aquí o allí para poner todo en marcha.