Vidente

Preludio: Siempre deseaste creer en el PES. De hecho, durante gran parte de tu adolescencia has sido aficionada a lo sobrenatural, compartiéndolo con tus amigos y los amigos de tus amigos, haciendo sesiones de ouija y lecturas de Tarot. Siempre te querían a ti para que les hicieses estas lecturas porque parecías poseer un talento prodigioso. Nunca has tenido el coraje de confesarles tus dudas. Seguramente las cartas se muestran por patrones determinados, pero sus desnudos significados eran lo bastante vagos para coincidir con un buen número de interpretaciones. Tampoco sentías ninguna misteriosa fuerza encerrada en el vacío. Lo más que podías decir era que tenías un buen "sentido de gentes". Intentaste con esfuerzo tener fe en lo sobrenatural, como tus siniestros amigos; aún así, una parte escéptica en ti seguía requiriendo pruebas. Mientras tanto fuiste creciendo y al final los asuntos más mundanos agotaron las energías que ponías en lo místico. Tu empatía para con los demás te sirvió bien en un trabajo tan aplastantemente mundano como de auxiliar de vuelos. Una noche estabas trabajando en un poco concurrido vuelo diario. Había solo tres pasajeros, dos de ellos hombres de negocios de mirada cansada que se quedaron dormidos cinco minutos después del despegue. El otro era muy atractivo: un hombre joven mostachudo con un poco de acento. Charlaste con él porque no tenías nada mejor que hacer. Dijo ser un investigador de lo paranormal. Quedaste fascinada por sus anécdotas. Parecía encontrar tu interés divertido... y estimulante. Te dijo que tenía que ir a un encuentro esa misma noche y que si pensabas en acostarte tarde estaría encantado de invitarte unas copas después. Aceptaste. Cinco o seis horas más tarde, estabas en la habitación de su hotel, algo más que medio bebida, intentando hacer un tes de cartas Zender. No tienes ni idea cómo lo hiciste (no muy bien creías) y, en cualquier caso, los dos acabaron en la cama antes de haberlo terminado.

El acto fue extraordinariamente tierno. Entonces comenzaron a ocurrir cosas extrañas. Recuerdos de tu vida regresaron en forma de luminosas instantáneas y sentiste la presencia de él en tu interior, compartiendo todas estas memorias. Esto te distrajo de tu placer carnal, pero la experiencia de conectar tan íntimamente con otra persona bien mereció la pena. Justo antes de que perdieras la consciencia, susurró las palabras por las que habías suspirado durante toda tu vida: "Tienes el don". Vagas pesadillas te persiguieron mientras dormías durante el día y durante la noche siguiente. Despertaste para comprobar que habías sido metida en una bolsa de basura de un jumbo y arrojada al basurero de un callejón. Estabas desnuda y tan helada como si estuvieses bajo una lluvia torrencial. Conseguir algo de ropa fue una aventura infernal de por sí; Afortunadamente alguien llamó a la poli y éstos, al ver tu piel pálida y fría, decidieron que no había nada malintencionando en lo que estaba ocurriendo. Fuiste conducida a la comisaría de la policía y te dieron una manta y unas viejas ropas que ponerte. Diste tus datos, pero una curiosa sensación en la boca del estomago te hizo rechazar el tratamiento hospitalario. A pesar de las advertencias sobre los males de la hipotermia, saliste fuera en busca de una cabina telefónica y cancelaste todas tus tarjetas de crédito. La vida, o para ser más precisos, la no-vida, está tornándose cada vez más extraña.

Concepto: Eres una comunicadora nata. Tienes un don extraordinario para leer en los entresijos de las personas, ahora ayudado por el poco fiable, pero poderoso, poder de tus visiones. Y lo que es más importante, puedes decir quién tiene mayor influencia en cualquier situación. Cuando sabes que tienes una información valiosa, la vendes al mejor postor. Has sido abordada por un buen número de gentes extrañas desde tu Abrazo. Hasta ahora has rechazado educadamente todas las ofertas para servir como sacerdotisa de culto o como mesías mercenaria. Tú marcas tu ritmo, yendo y viniendo a tu antojo. A veces, para preservar estas libertades es necesario hacer algún pequeño chantaje o una falsa seducción, pero nunca te has sentido mal por ello. Después de todo, son horribles vampiros que pretender usar tu don para beneficio de sus sucios complots. Es incluso divertido hacerles tambalearse. La mayoría de los Vástagos te desprecian como un fenómeno antinatural. ¿Y qué? Tienes a numerosos príncipes compitiendo para contratarte como consejera personal. Aunque tienes la esperanza de que aparezca tu sire, las posibilidades de que algo así ocurra son menos que escasas. Obviamente, te eligió para morir, o no habría dispuesto las cosas para ti de esta manera.

Consejos de interpretación: Actúa de manera algo confiada. No eres capaz de discernir en qué tipo de problemas potenciales te estás metiendo. Por otro lado, tampoco quieres a una pandilla de vampiros poderoso cabreados contigo, así que intentas congraciarte con quienquiera que ostente una elevada posición. Nunca admitirías que estás manipulando a nadie; todo lo que haces está definido en término de tus "mensajes del más allá". No es que mientas sobre lo que percibes en tus visiones (sería un abuso de tu preciado don); simplemente, algunas veces informas de manera selectiva, oye, tienes que defenderte a ti misma. Cuando estás a solas, escribes complejos diarios sobre tus sueños proféticos. Estás segura de qué realmente tienes la respuesta... en alguna parte.

Equipo: Espejo de evidencias, cristales, inciensos, mazo de Taron envuelto en franela, cigarrillos.

Cita: "¡Cuidado, poderoso príncipe! Tu perdición camina sobre el horizonte. Tres cabezas tiene y cinco piernas y dos lenguas. Vendrá a tu ciudad y ofrecerá su amistad a tus enemigos, que saben... que saben la mera de... maldición. Recepción perdida. Puedo intentarlo más tarde, si es del agrado de mi príncipe..."