Matrimonio de Sangre

Por Carmelita Neillson 

La leyenda dice que mi Clan estableció el concepto del Matrimonio de Sangre. Sin duda, las Cortes del Amor Toreador de Aquitania, Occitania y Aragón concertaron y celebraron uniones entre vampiros desde 1090. Es interesante, sobre todo a la luz de los eventos actuales, que también parece que los Banu Haqim concertaron tales matrimonios en Andalucía y Sicilia en torno a ese tiempo. La colección Neillson en Borgoña contiene un tapiz que representa una de tales fastuosas ocasiones bordado en escarlata y oro. Tras todos estos siglos, aún está lleno de color. 

Tras cierta pausa, los Matrimonios de Sangre han vuelto a popularizarse de nuevo, en lo que parece un “retorno a la tradición” en las noches recientes. Mantienen la misma forma que en el siglo xi: ambos participantes declaran su unión ante el Príncipe o una autoridad superior (en algunos regna solicitan permiso formalmente) y toman al menos un trago de Vitae el uno del otro para consagrar el matrimonio. Algunas teorías sugieren que los Matrimonios de Sangre quedaron en desuso debido al puritanismo victoriano disfrazado de autoglorificación. Ahora, es un error pensar que los victorianos eran como se describían a sí mismos en la literatura, pero disfrutaban intentándolo. En la era que con más amor abrazaba las ideas más masoquistas del fin de siglo, los Vástagos no les andaban a la zaga al presentarse a sí mismos como solitarias bestias de la noche, destinadas a nunca amar ni ser amadas. Naturalmente, los Matrimonios de Sangre no son simples pactos de amor. En la Edad Media sellaban pactos y, sin duda, a día de hoy son igual de efectivos a la hora de ratificar uniones. 

Los historiadores caen en el cinismo con facilidad; la adicción mutua también explica muchas cosas. Pero el amor sigue siendo una emoción, así como una forma de arte por derecho propio, y deberíamos dominarlo en ambos sentidos. La ira, la lujuria y el miedo limitan la paleta; pinta con colores distintos de cuando en cuando. Volviendo a las noches actuales, la Boda Bermellón marca la llegada de tiempos interesantes. La cultura de la Camarilla está cambiando, quizás afectando a la misma definición de lo que somos y de la razón por la que seguimos adelante. Es sin duda un asunto político, pero quizás también sea algo más. Cuando se involucran las emociones, hay mucho que ganar, pero aún más que perder. Esperemos que este matrimonio no termine como el casamiento de d’Aragona y Piccolomini de 1490. Todos los matrimonios pelean. Las miradas se desvían, las bocas las siguen. Vinculados por Sangre repetidas veces y enloquecidos por los celos, Giovanna y Alfonso acabaron diezmando la población de varias ciudades italianas. 

La Boda de Sangre combina belleza con tradición y me sorprende no haber tenido una nunca antes. Después de todo, es la clase de cosas que adoro. A nuestros Vástagos más jóvenes les gusta pensar que es una ocasión romántica, libre de la sórdida mancha de nuestra especie, pero permítele a una novia ser honesta: no todas las Bodas de Sangre están a la altura de ese delirio febril. He asistido a varias (y organizado otras cuantas) que no tenían mayor meta que entretener al Elíseo. Busca dos Neonatos que hagan una pareja perfecta y organízalo todo por ellos. Realmente, es un regalo que les hacemos, el de nuestra experiencia y perspectiva; durante las primeras décadas, muy pocos Neonatos alcanzan a entender lo que será bueno para ellos a largo plazo. 

Pero sí, aunque suele estar involucrado el pragmatismo o la política, algunos de estos eventos no son más que un cruel entretenimiento. Aún recuerdo aquella ridícula ceremonia en Nassau en el 72, forzando a Angelique y Mario a unirse con falsa pompa mientras disfrazábamos nuestras lágrimas de risa como lágrimas de alegría. Quizás mi propia boda es la forma que tiene el destino de cobrarme estas bromillas. Es por la unión de dos grandes Sectas, por el destino de nuestros Clanes, etc. Mis sentimientos no importan, no más que los de Angelique en su día. Al menos nuestra pompa, nuestra tradición, será sincera, y yo misma me encargaré de que sea bellísima. 

Registro oficial de la Boda Bermellón 

Por Serenna la Blanca, oficiante

Habrá muchos relatos de la Boda Bermellón. El mío el primero. Estuve allí, la llevé a cabo y yo no miento. Vi a Victoria Ash en su brillante vestido blanco. Parecía más viva que nunca. Vi a Tegyrius en sus ropas azul medianoche, sus viejos ojos resplandeciendo. Lo que vi fue un matrimonio basado en la diplomacia pero sellado con amor. Lo que vi, y creo que ninguno de los dones de Caín se usó para imponerlo, fue un encuentro de mentes y almas en una noche verdaderamente gloriosa. La Boda Bermellón representa más que un vínculo entre la Ashirra y la Camarilla. 

Representa uno entre los Banu Haqim y los Toreador. Representa una conexión entre Tegyrius y Victoria Ash. Y, quizás más importante, mostró que todos los Vástagos son aún capaces de encontrar el amor, sin importar lo hastiados, endurecidos y ancianos que puedan ser. Por primera vez en un siglo, sentí esperanza. (Registro aprobado por McDonald, Justicar Nosferatu)

Los Vástagos de Teherán y una amplia dotación de forasteros de alto estatus presenciaron cómo Tegyrius del Clan de la Caza y Victoria Ash del Clan de la Rosa entrecruzaban sus manos mientras se miraban a los ojos. No eran una pareja que nadie esperase ver unida en Matrimonio de Sangre. De hecho, apenas se conocían antes de que tres años atrás comenzase una serie de encuentros e intercambios de cortejo cuidadosamente orquestados, siguiendo los protocolos desempolvados de los días de Carlomagno y Harún al-Rashid. Herederos de sus propias dinastías, ahora se alzaban juntos, con los pies desnudos en un calmo río de sangre. —Por la presente, la Ashirra y la Camarilla se unen en las personas de este Matrimonio de Sangre, una unión sagrada bendecida por Haqim y Arikel, Irad, Enosch, Zillah y el Primero. »

Que el bermellón os marque por siempre a ambos; a ti, Tegyrius, y a ti, Victoria, el color verdadero para una unión verdadera. »La sangre sobre la que os alzáis es la sangre de los enemigos que matáis juntos y la de los inocentes de los que ambos debéis alimentaros. Alimentaos ahora, juntos. Serenna de los al-Amin concluyó el ensalmo y se hizo a un lado, permitiendo que los dos vampiros se hundieran en la piscina de sangre, se abrazaran y bebieran la Vitae del otro antes de atiborrarse de la espesa corriente que los rodeaba. Las celebraciones que siguieron a la ceremonia duraron varias noches, cada mañana comenzaban cuando los sirvientes empezaban a limpiar los muros y reemplazaban los costosos arreglos florales que decoraban cada superficie no ocupada por cuerpos o dedicada al baile. Y, como un regalo más a la codiciosa novia, a uno de ellos se le permitía vivir. A pesar de fregarlo y frotar, el edificio quedó manchado de bermellón hasta que las autoridades de la ciudad lo demolieron una semana más tarde.