Existen diferentes opiniones sobre lo que ocurrirá durante esta Edad o después de ella. Los más optimistas creen que los mundos espirituales y del Reino Medio se reunirán y que los dragones y espíritus seguirán con sus obligaciones Celestiales. Otros piensan que se producirá la reunificación, pero que ésta época marcará el fin del Reino Medio, ya que todo regresará a su estado original de unidad.
También los hay que, tras viajar con frecuencia a los Reinos del Yin y el Yang, creen que el más poderoso de los Reyes Yama se alzará y gobernará como Emperador Demonio en lugar de la Augusta Personalidad, siendo los Kuei-jin expulsados del Gran Ciclo y arrojados al Olvido. El estado de la Rueda de las Edades preocupa a muchos Kuei-jin, ya que la Sexta Edad es inminente. Muchos de los que se han resignado a sufrir una brutal y amarga Edad del Pesar creen que, a pesar del inevitable sufrimiento, la nueva época terminará y que el Gran Ciclo del Ser volverá a dirigirse hacia un nuevo comienzo. Sin embargo, también abundan las profecías que aseguran que la acumulación de la deuda kármica de tantos siglos lastrará la Rueda de las Edades hasta el punto de detener su movimiento, anunciando el horrendo fin del mundo.
Todos los Kuei-jin están de acuerdo en que la Edad del Pesar marcará algún tipo de fin, igual que los Vástagos se refieren a ella como Gehena. Sin embargo, para los Catayanos el concepto del Gran Ciclo hace que la Sexta Edad sea inevitable. Al contrario que los aterradores Hijos de Caín, que hacen todo lo posible por intentar detener su llegada, los Kuei-jin aceptan su destino con una mayor resignación. Tome la forma que tome y sea cual sea su duración, la Edad del Pesar llegará con toda su dureza y su crueldad.
Esta es la Senda del Gran Ciclo, la Senda de la propia vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario