Korasca

Korasca, la fuerza impulsora de la Familia Tsurara, ha convertido el odio, el dolor y el miedo que experimentó durante el Holocausto en una escalera con la que elevarse a alturas abovedadas de virtud. A pesar de que el espectro de su violencia es amplio, suele dirigir a sus Asesinos contra los "traidores de la Sangre". Dentro de esta definición entra cualquiera que esté en desacuerdo con Korasca, aunque la mayoría de sus objetivos son shimulo (y humanos) Ravnos y cualquier otro Gitano que practique el sexo con un gaje, contaminando su Sangre. Aunque fuera de la familia, muchos lamentan la ironía de la realidad que Korasca se ha fabricado para sí mismo, él es incapaz de ver los terribles paralelismos que hay entre él mismo y los Nazis que asesinaron a su gente y le robaron su juventud.

En los años recientes, las tácticas de Korasca se han vuelto más severas y ha empezado a reclutar a Gitanos jóvenes de otras familias. Una vez completados los rituales de iniciación Tsurara, que deben pasar todos los aspirantes a Asesinos, Korasca les recompensa con toda clase de oportunidades de derramar su sangre y provocar dolor, susurrándoles siempre que sólo ellos son capaces de comprender. 

"Son los elegidos del Tiempo" les murmura. "Ellos los encadenarán con su patética envidia".

Korasca está empezando a acusar en su cuerpo fuerte y su mente obsesa las consecuencias de su vida de odio. Lleva años experimentando con drogas para llevar a su cuerpo y mente a alturas nuevas, pero estos abusos tienen un precio. De esta forma, Korasca se ha ido aficionando en los últimos años a beber la sangre de los vampiros a los que mata. Él justifica esta costumbre afirmando que su Sangre Rom es más fuerte que la de cualquier parásito y que debe seguir vivo para la Convergencia, de forma que pueda ocupar su merecido lugar de honor en el mundo Romaní que ha de venir. A pesar de estos sentimientos, Korasca no a hablado a nadie de su nueva adicción, ya que ha condenado a muerte a miembros de su familia por menos que esto. Sin embargo, antes o después, esta fuerza y vitalidad recién encontradas empezarán a resultar extrañas incluso a sus fanáticos seguidores.