Virtudes Chi y del Alma
Los Kuei-jin tienen cuatro Virtudes agrupadas en dos parejas opuestas. Son Virtudes Chi (Yin y Yang) y las Virtudes del Alma (Hun y P'o). Las primeras actúan como una medida de la personalidad y cuantifican las habilidades del vampiro para absorber y emplear el Chi. Las Virtudes del Alma miden los lados racional y bestial del personaje.
Todas estas Virtudes varían entre 1 y 10, pero al ser opuestos los puntos en una de ellas reducen el máximo posible de su contraria. Un Kuei-jin inicial puede tener un máximo de 10 puntos en cada pareja de Virtudes; por tanto, si la puntuación Yin de un vampiro es 6, su máximo Yang puede ser 4. En un personaje inicial una Virtud Chi superior a 5 se considera extraordinaria y una de 7 o más cualifica al vampiro para un desequilibrio permanente de Chi. Las puntuaciones superiores de Dharma conceden a los personajes una mayor comprensión de su existencia. Por tanto, los vampiros que más hayan avanzado en su senda del Dharma podrán superar estas limitaciones. Un personaje con Dharma 6, podrá tener hasta 12 puntos en una pareja de Virtudes (Hun 4/P'o 8 por ejemplo, o Yin 6/Yang 6).
Virtudes Chi: Yin y Yang
Al principio, dicen los sabios del Reino Medio, el universo se dividió en dos mitades. Una de ellas era el brillante y activo Yang; la otra era el Yun, oscuro y negativo. Los Kuei-jin son criaturas suspendidas entre la vida y la muerte y por tanto, tienen tanto Yin como Yang.
La hoja de personaje muestra dos modos distintos de señalar las Virtudes Chi. El primero, las puntuaciones permanentes (los círculos), mide las inclinaciones personales del vampiro hacia las energías positivas o negativas, así como el grado de control que tiene sobre las energías que ingiere. Esta puntuación se emplea cuando se pide una tirada de Yin o de Yang. La segunda escala, los cuadrados, mide cuánto Yin y Yang temporal (conocido como Chi) ha ingerido el vampiro. El Yin y el Yang temporal pueden exceder el valor permanente correspondiente y a menudo lo hacen, esta condición se conoce como desequilibrio Chi y puede derivarse en efectos secundarios negativos.
El Yin y el Yang permanentes sirven para medir a grandes rasgos la personalidad del personaje. Un vampiro con un Yang elevado será enérgico y propenso a los extremos emocionales (ya sean de felicidad, furia, o incluso miedo y tristeza); por el contrario, otro con un alto Yin normalmente será gélido, calmado, cínico y algo pesimista, posiblemente incluso morboso. En la mayoría de los casos, una puntuación alta en una Virtud significa una baja en su opuesta: es difícil ser calmado y emotivo al mismo tiempo. Sin embargo, los vampiros de gran iluminación (Dharma 6+) han aprendido a asimilar y domeñar la dicotomía interior; por tanto, en un bodhisattva podrían coincidir altos valores tanto de Yin como de Yang.
• Virtudes Chi y Naturaleza/Conducta: En muchos sentidos, las Virtudes Chi son análogas a la personalidad. Un vampiro con una alta puntuación Yin es más distante, cauto y calmado que su contrapartida Yang, quién es más exuberante y pasional. Las Virtudes Chi deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar la Naturaleza y la Conducta o al menos al interpretar el Arquetipo en cuestión. Por tanto un Catayano con un Arquetipo Brabucón y un Yang elevado podría parecer un loco violento y caprichoso, mientras que uno con un alto Yin podría ser un monstruo brutal y despiadado.
Virtudes del Alma: Hun y P'o
El pensamiento tradicional chino divide el alma en dos partes: el alma inferior y animal (el P'o) y la racional y elevada (el Hun). Casi todos los Kuei-jin adoptan esta visión dual, aunque los de las zonas más periféricas suelen referirse a ellas con diferentes nombres. Todos los Kuei-jin tienen dos Virtudes del Alma, el Hun y el P'o. Como las Virtudes Chi, varían entre 1 y 10, aunque cualquier puntuación superior a 5 se considera extraordinaria en un personaje inicial.
Como ocurre con las Virtudes Chi, estas dos son diametralmente opuestas. Una puntuación alta en una disminuye el máximo posible de la otra. Como ocurría antes, los vampiros con una alta comprensión de su Dharma pueden asimilar sus necesidades opuestas y superar estas limitaciones. Los jóvenes arribistas que retan a un bodhisattva aparentemente pacífico suelen verse sorprendidos por la fuerza del Demonio que se oculta tras una plácida fachada, igual que un perro fiel aguardando la orden de su amo.
A continuación se detallan las cuatro Virtudes en cuestión:
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