Todos los portales fluviales disponen de un "protector", que es el responsable de su cuidado. Algunos ignoran esta obligación y toleran que cualquiera que lo desee emplee estas puertas; otros pueden imponer una tarifa, o permitir su uso solo en determinadas ocasiones. Algunos se niegan a dejar pasar a nadie, a no ser que sean derrotados antes en combate o en cualquier otro tipo de reto.
Sistema: en el día de Año Nuevo, el Kuei-jin responsable del mantenimiento de un portal fluvial debe renovar su poder. Tan pronto sea posible debe ir hasta la entrada, elevar un cántico al dragón afiliado con su portal y sacrificar una pequeña pieza de jade o una perla (machacándolos). Después gasta un punto de Chi para estabilizar la entrada durante otro año más. Cada dirección que tenga la lengua termina en un portal similar, que también deberá ser renovado por su guardián para permitir el viaje entre los dos. Si se ignora este mantenimiento, el portal se cerrará y no podrá ser reabierto hasta que se invoque este Ritual y se gasten tres puntos de Chi en la noche de la siguiente luna llena. Aquel que realice la ceremonia se convertirá en guardián, aunque el responsable actual siempre tiene el derecho de ser el primero. Aquellos que se adueñen de un portal fluvial establecido renovándolo sin el consentimiento o el mandato de un ancestro pueden ser expulsados o castigados de algún modo por su transgresión.
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