Hiroshima y Nagasaki

A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945 el ejército de los Estados Unidos arrojó una única bomba de cuatro toneladas llamada "Little Boy" sobre el Salón de Promoción Industrial en el centro de Hiroshima. La primera bomba atómica explotó a una altura de poco más de seiscientos metros y acabó instantáneamente con la vida de más de 200.000 personas; una sola bomba exterminó a la mitad de la población de una ciudad. Tres días más tarde, un segundo artefacto ("Fat Man") cayó sobre Nagasaki, eliminando a un tercio de la población.

Todos los Kuei-jin presentes en la isla de Japón durante aquellas 72 horas hace medio siglo sintieron una terrible agonía, ya que su P'o trató de arrancarse literalmente de su cuerpo. Los pilotos americanos habían detonado ambas bombas sobre importantes Líneas de Dragón, destruyendo a todos los espíritus allí congregados. El equilibrio celestial de Japón quedó eternamente alterado por aquel genocidio.

Hiroshima

La ciudad fue reconstruida tras la devastación de 1945, pero el legado de la bomba aún se adueña del corazón de los mortales y los Kuei-jin. Sorprendentemente, el Salón de Promoción Industrial no fue vaporizado; su estructura abrasada permanece como testimonio de la resistencia de la humanidad a sus propios impulsos destructivos. Esta estructura, ahora llamada Domo de la Bomba Atómica, se encuentra en el denominado Parque en Recuerdo de la Paz, en la confluencia de los ríos Otawaga y Motoyasugawa. Todo el lugar es terrorífico; los visitantes que ven las sombras impresas sobre los peldaños de la escalinata saben que eso es todo lo que quedó de los humanos que se desintegraron en el momento de la explosión. Los Kuei-jin odian acercarse al lugar; para su Visión Fantasmal, las sombras parecen figuras demoníacas. Además, las olas de nauseabunda "bilis" espiritual presentes ofenden a sus sentidos especiales. A veces, durante las horas más oscuras de la noche, se dice que los propios Reyes Yama se reúnen al otro lado de la Muralla.

Nagasaki

Una triste columna negra señala el punto cero de la explosión del 9 de agosto de 1945. Se encuentra en el Parque de la Paz, frente al Salón Cultural Internacional. Los edificios aún muestran las señales de la tragedia. Muy pocos Kuei-jin visitan la ciudad y son muchos menos los que se alimentan de sus habitantes.

Venenos

Hiroshima y Nagasaki, que quedarán en el recuerdo como las ciudades gemelas de la muerte, fueron saturadas con un oscuro veneno espiritual tras la destrucción del final de la guerra. Son territorio prohibido para los Kuei-jin: ningún Catayano de la isla, salvo los akuma, se atreve a entrar en estas ciudades. Las líneas Chi presentes fueron contaminadas más allá de toda redención o simplemente se volatilizaron: los efluvios psíquicos que vomitan de vez en cuando los epicentros de las explosiones son el equivalente para los Kuei-jin de lo más potentes agentes cancerígenos.