Parte 01: Las Cortes Verdes

La Cortes del Dragón Celeste ya no existe, por lo que los Kuei-jin de la Corea moderna se denominan las Cortes Verdes, un nombre que honra a las grandes cantidades de jade que se ocultan en lugares sagrados de toda la península. Los hengeyokai y otros shen protegen estos depósitos naturales, que les proporcionan energía mágica gracias a las propiedades del mineral. Las Cortes Verdes también tienen sus propias reservas, con las que labran delicados talismanes y artefactos envidiados en todo el Reino Medio.

Siempre han sido astutos negociantes y tienen mucha práctica en el delicado arte de la negociación y el compromiso entre los Kuei-jin de China y Japón. A lo largo de los siglos, las Cortes Verdes también han sido básicas para proporcionar un paso fácil a los Catayanos en ruta hacia el caos de Japón, y viceversa. De un modo u otro, siempre han conseguido mantenerse al margen de las luchas y no han sufrido las represalias de los perdedores de turno. Esta predilección por la neutralidad calculada ha permitido a las Cortes Verdes dirigir sus energías contra sus principales problemas: la relación con los hengeyokai y otros shen de la península. 

Las reservas de jade de los Kuei-jin están muy bajas por lo que los Catayanos buscan un modo de obtener el elemento sagrado de los túmulos de los cambiaformas, empeorando las relaciones entre las dos razas. Suponiendo que se lograra saquear los túmulos, los Kuei-jin no están seguros de que el jade que extrajeran de ellos fuera compatible con sus magias.