Parte 03: La Llegada de los Occidentales

Gran parte de la historia mortal de esta región gira alrededor de unas pocas Dinastías muy duraderas enfrentadas en conflictos casi eternos por conseguir la hegemonía de la zona. Entre todas estas guerras interiores y exteriores los Kuei-jin de las Cortes Doradas se desplazaban con los ejércitos para saquear y alimentarse de la carnicería. La llegada del budismos thravada (basado en las enseñanzas de viejos hombres santos) y su combinación con el culto a los ancestros y el animismo permitieron a los Kuei-jin consolidar fácilmente su poder entre los campesinos.

Los primeros humanos occidentales (comerciantes holandeses y portugueses) llegaron durante la Era de la Exploración, pero solo lograron asegurar puntos de comercio en Indonesia. Hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX los franceses y los británicos no colonizaron las diversas naciones. Las Cortes Doradas aprovecharon encantadas la oportunidad para alimentarse; los diablos extranjeros proporcionaban tanto Chi como sus súbditos.

Los franceses invadieron Vietnam en 1858 como respuesta a la persecución de los misioneros católicos en la zona. Se hicieron rápidamente con todo el país y hacia el fin del siglo XIX se habían anexionado Laos y Camboya, formando la Indochina francesa. Francia, que nunca había destacado por su sutileza una vez alcanzado el poder, comenzó a sangrar a la península mediante su gobierno colonial. Devastó a las gentes y sus tierras con un sistema arbitrario y mal planificado, diseñado con el único propósito de expoliar todos los recursos brutos de la zona. Los británicos estaban colonizando Burma, Malasia y Tailandia, y eran mejores administradores coloniales que los franceses (en el sentido en que es mejor perder un solo brazo en un accidente que los dos, claro). Los Vástagos occidentales siguieron los pasos ingleses; se rumoreaba que Robert Pedder, el viejo Príncipe de Hong Kong, envió a algunos de sus lugartenientes de mayor confianza a estas colonias.