Los Kuei-jin comparten el Reino Medio con otras muchas entidades sobrenaturales, denominadas en su conjunto shen. El término implica una unidad, una especie de familiaridad, lo que es verdad hasta cierto punto si se compara con la situación en Occidente.
Aunque un cambiaformas desprecie a un Kuei-jin por tratarse de una vergüenza encarnada, o aunque le ataque si sus objetivos se enfrentan, no es muy probable que le considere una abominación. Según los Sutras de la Sangre, todos los shen tenían funciones que cumplir en las primeras Edades, y a ello dedicaban su energía. Mientras los Wan Xian supervisaban el flujo de energía, los hengeyokai servían a los celestiales como guardianes y espías. Mientras los fantasmas cuidaban a sus familiares vivos, las hadas preservaban la esencia sublime de lo desconocido y los hechiceros mantenían en marcha la Rueda de la Fortuna. A medida que la Cuarta Edad progresaba, los diversos shen olvidaron sus obligaciones y fueron expulsados de sus puestos. Ahora, en la Quinta Edad, pocos son los que recuerdan sus responsabilidades kármicas. Importa poco, ya que los propios espíritus pugnan como miserables señores en ausencia de los dioses y los dragones.
Algunos shen compiten con los Kuei-jin por el Chi menguante del Reino Medio: los cambiaformas hengeyokai, las hadas de los bosques y otras criaturas. Los Catayanos también tienen que enfrentarse a los planes de los Despertados, que con su mera voluntad son capaces de reformar la misma naturaleza de las Diez Mil Cosas. Además, los Kuei-jin suelen relacionarse (o guerrear) con todo tipo de espíritus, desde los fantasmas cargados de Yin del Reino de Jade hasta las Pesadillas del Reino de los Espíritus Luchadores.
Algunos shen compiten con los Kuei-jin por el Chi menguante del Reino Medio: los cambiaformas hengeyokai, las hadas de los bosques y otras criaturas. Los Catayanos también tienen que enfrentarse a los planes de los Despertados, que con su mera voluntad son capaces de reformar la misma naturaleza de las Diez Mil Cosas. Además, los Kuei-jin suelen relacionarse (o guerrear) con todo tipo de espíritus, desde los fantasmas cargados de Yin del Reino de Jade hasta las Pesadillas del Reino de los Espíritus Luchadores.
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