"Mejor que se así", pensó Charlie, "porque no hay manera de que me escape de aquí si ella no quiere".
Los Takeouji han aprendido que no pueden confiar en los hengeyokai y los hsien. Muchas de las cortes tienen antiguos pactos con los otros shen, al menos con aquellos que no están intentando destruir a los Kuei-jin en conjunto. Por fortuna, cuando menos para los Príncipes de Bambú, las filas más jóvenes de los otros shen tienen el mismo problema: sus antiguos están obrando según la sabiduría pasada.
Entre los hengeyokai, los Takeouji han establecido algunas alianzas con algunos de los sentai más jóvenes, y de tanto en tanto, uno de los más viejos cambiadores echará una zarpa si están haciendo algo que fastidie a una jina que lo cabreó hará un par de siglos. Sería de ayuda que los Príncipes de Bambú supieran más de la historia sobrenatural local, pero es raro que tengan el tiempo preciso para investigarla, o que encuentren una fuente fidedigna de información. En todo caso, las alianzas con los hengeyokai raramente duran más de una estación. Los hengeyokai no aprecian demasiado el cambio y la tecnología, y muchos de ellos siguen viendo a los Kuei-jin como enemigos. A menudo, lo mejor que los Príncipes de Bambú pueden hacer es enterarse de qué tierras consideran sagradas y tratan de mantenerse bien lejos.
De entre los hengeyokai que se muestran más dispuestos a escuchar a los Príncipes de Bambú, éstos últimos han tenido mejor suerte con los Kitsune y los Tengu. Ambas razas están interesadas en el mundo del hombre y no se hallan más allá de considerar nuevas formas de hacer algo. Ningún Tengu ha explicado nunca por qué deseaba juntarse con los Takeouji, más según un Kitsune de Macao, los zorros son los más jóvenes de los hengeyokai, así que aún son lo bastante ingenuos para confiar en los Monos Corredores. Por razones obvias, los Takeouji encuentran tal declaración cuestionable. El resto de los hengeyokai por lo general se aferran demasiado a sus códigos de honor antiguos y estrechos de miras para probar las nuevas tretas que los Príncipes de Bambú tienen para ofrecer.
Los hsien son una cuestión aparte. Muchos de ellos guardan un antiguo odio a los Kuei-jin como raza, incluso a aquellos que sólo recientemente se han convertido en Catayanos. Si bien los Takeouji comprenden las razones históricas subyacentes a este odio, pocos de ellos pueden comprender por qué los hsien siguen guardándoles rencor. En los años 70, los Príncipes de Bambú trataron sin éxito de establecer relaciones con las cortes hsien, pero fracasaron por completo. Varios Kuei-jin murieron tratando de ganarse el favor de las cortes Shinma y la policía oficial Takeouji (tan oficial como una policía Takeouji puede ser) ha tenido que mantenerse bien lejos de las Hadas del Reino Medio. Pese a esta abierta hostilidad, los hsien no parecen tener intención de destruir activamente a los Takeouji. Mientras los Príncipes de Bambú eviten todo contacto con sus asuntos, las cortes hsien parecen querer dejarles en paz. Por desgracia para los Takeouji, saber dónde comienzan y acaban los asuntos hsien es una habilidad que todavía no han dominado.
Shen Gaijin (Occidentales)
El Reino Medio no tiene el monopolio sobre los hengeyokai o hsien... o demonios. Tristemente, los Príncipes de Bambú encuentran su conducta y códigos de honor aún más extraños que los de los Kin-jin. Han aprendido que muchos hengeyokai occidentales están en guerra con los Kin-jin, pero no saben por qué. Peor incluso, algunos de los hengeyokai gaijin son demasiado estúpidos para distinguir entre Kin-jin y Kuei-jin. A muchos Takeouji les gustaría intentar forjar una alianza con estas criaturas, pero ninguno sabe cómo acercárseles sin peligro.
De entre los hengeyokai que se muestran más dispuestos a escuchar a los Príncipes de Bambú, éstos últimos han tenido mejor suerte con los Kitsune y los Tengu. Ambas razas están interesadas en el mundo del hombre y no se hallan más allá de considerar nuevas formas de hacer algo. Ningún Tengu ha explicado nunca por qué deseaba juntarse con los Takeouji, más según un Kitsune de Macao, los zorros son los más jóvenes de los hengeyokai, así que aún son lo bastante ingenuos para confiar en los Monos Corredores. Por razones obvias, los Takeouji encuentran tal declaración cuestionable. El resto de los hengeyokai por lo general se aferran demasiado a sus códigos de honor antiguos y estrechos de miras para probar las nuevas tretas que los Príncipes de Bambú tienen para ofrecer.
Los hsien son una cuestión aparte. Muchos de ellos guardan un antiguo odio a los Kuei-jin como raza, incluso a aquellos que sólo recientemente se han convertido en Catayanos. Si bien los Takeouji comprenden las razones históricas subyacentes a este odio, pocos de ellos pueden comprender por qué los hsien siguen guardándoles rencor. En los años 70, los Príncipes de Bambú trataron sin éxito de establecer relaciones con las cortes hsien, pero fracasaron por completo. Varios Kuei-jin murieron tratando de ganarse el favor de las cortes Shinma y la policía oficial Takeouji (tan oficial como una policía Takeouji puede ser) ha tenido que mantenerse bien lejos de las Hadas del Reino Medio. Pese a esta abierta hostilidad, los hsien no parecen tener intención de destruir activamente a los Takeouji. Mientras los Príncipes de Bambú eviten todo contacto con sus asuntos, las cortes hsien parecen querer dejarles en paz. Por desgracia para los Takeouji, saber dónde comienzan y acaban los asuntos hsien es una habilidad que todavía no han dominado.
Shen Gaijin (Occidentales)
El Reino Medio no tiene el monopolio sobre los hengeyokai o hsien... o demonios. Tristemente, los Príncipes de Bambú encuentran su conducta y códigos de honor aún más extraños que los de los Kin-jin. Han aprendido que muchos hengeyokai occidentales están en guerra con los Kin-jin, pero no saben por qué. Peor incluso, algunos de los hengeyokai gaijin son demasiado estúpidos para distinguir entre Kin-jin y Kuei-jin. A muchos Takeouji les gustaría intentar forjar una alianza con estas criaturas, pero ninguno sabe cómo acercárseles sin peligro.
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