La Naturaleza de la Bestia

Chun Han-wu se detuvo para pasar la mano a lo largo del tronco de uno de los grandes elefantes de piedra que se alineaban junto al camino y sonrió. Nanjing siempre tuvo un peculiar sentido del humor... había algo de ese zorro aquí. Pero tenía un negocio que terminar, y los recuerdos de sus años respirando no eran parte de aquel negocio. Se volvió y anduvo hasta la pagoda (la extraña pagoda que había sido diseñada por un gweilo) y se inclinó ligeramente ante el líder de los hombres de allí.

Éste le devolvió la reverencia, de forma más profunda. -Tenemos noticias para usted señor Chu, noticias de Japón.

-Habla- Chu se preguntó si ésta sería la información que por fin conduciría a la expulsión del maldito gaki. Muy probablemente no lo era, pero cualquier noticia sobre aquellos abominables islas servía de ayuda.

Hay muchas razones por las que los Kuei-jin mantienen a tan frágiles criaturas como los mortales a su servicio. Los Kin-jin y algunos de los Catayanos más jóvenes dan por sentado por lo común que la primera razón es que existen algunos lugares y momentos en los que un Kuei-jin no puede aventurarse. Esto es incorrecto. La auténtica razón es que resulta propio de los inmortales tener a mortales como siervos. Los guerreros siempre han sido servidos por los campesinos a los que protegían, y la relación entre los Wan Kuei y sus Pantallas Escarlata es muy similar. Los Kuei-jin saben que las masas humanas siempre han abastecido, asistido e incluso combatido por sus líderes. Éste ha sido siempre el camino del Reino Medio, y siempre lo será.

De muchas formas, las Pantallas Escarlata ayudan a perpetuar este orden natural. El conocimiento de que los Relámpagos Danzantes son algo más que otra banda callejera (de que son guerreros escogidos por Nguyet, la Hermosa Bruja del Templo Olvidado) recuerda a todo el mundo quiénes son los verdaderos reyes de la noche. Evitan que la presencia de los Catayanos parezca demasiado distante, sin permitir que la familiaridad genere desdén.

Más allá del asunto de las buenas costumbres, ningún Gui Ren discreparía en cuanto a que las Pantallas Escarlata son convenientes también. Hay ocasiones en que un Kuei-jin desea conservar su Chi. Hay lugares que están guardados de cualquier clase de shen pero no de los mortales. Hay gente que no escuchará a un Catayano, pero sí a un emisario todavía vivo. Y desde luego, hay veces en las que es útil disponer de una docena de matones con pistolas y nunchakus recorriendo las calles por orden tuya.