Los Kura Sau se rebelaron antaño contra el castigo de la Augusta Personalidad de Jade porque creían que era injusto. Dieron la espalda a la Burocracia Celestial para declarar su postura, pero la única declaración que pueden hacer ahora son maldiciones. Cuando los hsien se dirigieron a los Reyes Yama en busca de protección contra los enemigos que los rodeaban, los Kura Sau les dieron las espalda para siempre.
Los reyes Yama han mantenido su parte del trato. Los Shinma y los Daityas se vieron obligados a desarrollar el equilibrio para sobrevivir. Los Kura Sau sobreviven gracias al poder demoníaco puro. Sin embargo, esto no puede valer el precio tan terrible que tuvieron que pagar. Los que antes caminaban por los mundos espirituales como dioses ahora se encogen y obedecen ante los tronos de los Reyes Yama. No queda mucho de los que antaño hizo de ellos individuos únicos: todo lo que se les ha permitido conservar es la ambición, la devoción enfermiza, la habilidad para sentir miedo y la voluntad de provocarlo. Los Wan Kuei del continente chino se refieren a ellos como Gou Zhang, frase cargada de matices despreciativos: perros de guerra, espadachines malditos, meros matones apoyados por amos poderosos.
Los Kura Sau están tan separados del flujo natural del mundo como los Wan Kuei más bajos. Al igual que un chih-mei devora la carne humana, los adoradores de demonios se rellenan de Chi devorando cadáveres. Prefieren cosechar sufrimiento: el Chi obtenido matando un humano es más delicioso que el Chi frío y viscoso de un cadáver. La cantidad de Chi que puede absorber un Kura Sau de un humano agonizante depende totalmente el tiempo que tarde en expirar la desgraciada víctima. Dando una estocada rápida a través del corazón o rompiéndole el cuello sólo se consigue un punto delicioso de Chi, mientras que mediante una tortura lenta y preparada se obtienen los 10 puntos de Chi disponibles del recipiente. Los cuerpos de estas víctimas cuidadosamente atendidas a menudo se usan para otro fin. Los Kura Sau sólo "renacen" dentro de los cuerpos de aquellos a los que asesinan de forma ritual. Cualquier espíritu que llegue a tomar posesión del cuerpo debe un favor al asesino por permitir su retomo al Reino Medio. Los Kura Sau saben esto, por supuesto, y aprovechan este efecto para aumentar estos números hasta donde lo permitan los planes de los Reyes Yama. Algunos humanos han aprendido este terrible secreto y están dispuestos a sacrificar a sus compañeros por una ligera posibilidad de obtener favores demoníacos. Cualquier Wan Kuei que se atreva a invocar a uno de los esbirros de los Reyes Yama de este modo, pasa invariablemente a una lista de reclutas akuma en potencia y candidatos al chantaje. Los Wan Kuei que ya se hayan unido a las filas de los akuma caminan con tiento por entre la política implicada inevitablemente.
Los siglos al servicio de Yomi han cambiado y trastornado la forma de los hsien caídos. Han perdido completamente su naturaleza elemental, ya que los cinco elementos ya no servirán de ayuda para espíritus tan retorcidos, y no pueden equilibrar el Chi de sus cuerpos. Los Kura Sau que se encuentren en un estado constante de desequilibrio Yang se encuentran inevitablemente inundados de belleza y energía vibrante. Los que sufran un desequilibrio Yin parecen cadáveres putrefactos que avanzan arrastrándose. Lo único que tienen en común es la magia demoníaca que los ata a sus cuerpos antaño humanos, así como las terribles cicatrices de los cuerpos asesinados.
Los Kura Sau llenos de Chi Yin poseen un equivalente corrupto de la Disciplina de Prana Yin Wan Kuei, mientras que sus homónimos con desequilibrio Yang utilizan un Prana Yang igualmente distorsionado. En ambos casos, los movimientos estilizados y las katas típicas de los Wan Kuei son opcionales para los Kura Sau. Los hsien malditos no tienen por qué invocar ni dominar los poderes Chi que conforman su misma naturaleza, pero los efectos concentrados de los movimientos apropiados pueden ser beneficiosos, y sin duda tienen estilo. Los Kura Sau también pueden tener acceso a cualquiera de las Artes Demoníacas, normalmente a todas. Su Manto Yin o Yang siempre aparece a los que posean percepción sobrenatural en forma del avatar del Dios-Cuerpo del Demonio del hsien.
Las artes negras de Hac Tao son exclusivas de los Kura Sau; la apoteosis de la forma parece ser el acceso libre a los cielos prometido por el Nei Tan de los Shinma. Sin embargo, el camino de los Kura Sau hacia la libertad celestial está jalonado de cadáveres y atajos escabrosos.
Precisamente, no está claro cuál de los Reyes Yama trastornó a los Kura Sau y a cuál de los Reyes Yama sirven ahora.
Fuera del Mundo Yomi, los únicos seres capaces de conocer los detalles del contrato sangriento que creó a los Kura Sau son los Daityas, y no es buena idea preguntarles sobre el asunto. Un individuo puede afirmar en una ocasión estar al servicio del Rey Yama Emma-o y a la siguiente cantar canciones de adoración de Mikaboshi. Aunque es evidente que no se puede confiar en las afirmaciones de los Kura Sau, parece bastante probable que unos siervos que cuentan con un acceso tan fácil al Reino Medio son apreciados como comerciantes entre los Reyes y las Reinas Yama. Las misiones de los Kura Sau suelen ser breves y violentas, y terminar con la destrucción de la forma de su agente. Eso importa poco a los Kura Sau o a sus amos. Entre ataque y ataque al Reino Medio, los Kura Sau reposan en un infierno diseñado para su placer: Sus amos saben que no pasará mucho tiempo hasta que aparezca otro cuerpo destrozado que atrapar.
El Camino del Hac Tao
El Hac Tao no es un a copia malvada de poder-por-poder del Nei Tan. El precio de su dominio, la Daga de Jade y Sangre que permite a su portador atravesar la Muralla y violentar los mundos espirituales, es el mismo prácticamente a todos los efectos, pero la ruta para obtener ese grado de dominio no puede compararse a nada a este lado de Yomi. Los Narradores pueden considerar el Hac Tao en términos de la Disciplina Cainita de Taumaturgia, que permite a sus practicantes acceder a muchos senderos oscuros de la magia y ritual en vez de a una sola progresión recta de poder. Los jugadores nunca deberían ser capaces de adivinar lo que los Kura Sau puedan hacer con su magia corrupta. Sin embargo, entre los usos más corrientes están el de la imitación de cadáveres, la profanación de Chi y la invocación de demonios. Los Narradores pueden incluir su propia versión de este arte negro retorcido cualquiera de sus favoritos: Dones Fomori, Disciplinas Vampíricas, ritos Baali, o lo que venga al caso.
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