Esto no solo les permite alcanzar nuevo conocimiento y habilidades críticas para su próxima “reencarnación”, también es una fuente de sabiduría y de autoconocimiento, de profundizar en las lecciones de la vida que se acaba de abandonar. Es de los seres de los Reinos Yang de quienes los ancianos Mil Susurros aprenden los irrespondibles y paradójicos acertijos que utilizan como herramientas de meditación.
Sistema: Este ritual es particularmente elaborado, llevándose varios días. El Kuei-jin lleva a cabo preparativos funerarios y luego “muere”, tomando la Muerte Pequeña de un modo ritualístico que le previene de ser un acto de ceguera. Su cuerpo funciona como un ancla para arraigarse al Reino Medio, y si es destruido, el Kuei-jin se pierde para siempre, por ello, la tradición de los Mil Susurros de guardar el cuerpo durante sus viajes espirituales.
A diferencia de una Muerte Pequeña normal, esta no es una pesadilla traumática, sino un periodo parecido a un sueño de aprendizaje y meditación. En este estado, el Kuei-jin absorbe las experiencias de su vida pasada y recibe instrucción espiritual por parte de los habitantes de las cortes espirituales. Los efectos cuales sean quedan a discreción del Narrador, en general, esto ayuda al Kuei-jin a dejar ir su reciente vida y a abrazar su nueva vida. Los efectos en concreto son que el Kuei-jin puede gastar su experiencia acumulada para comprar o incrementar Habilidades, Virtudes, Atributos al coste normal pero sin necesidad de buscar a un tutor. Los Sabios Ciempiés no pueden comprar Diciplinas de este modo.
La duración del viaje del Kuei-jin a los reinos espirituales es lo común para la Muerte Pequeña, una noche por punto de Yin permanente.





















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