Habitantes del Infierno

En el Yomi habitan seres de oscuridad y corrupción. Narrador, utiliza la siguiente información para nutrir aún más tus partidas en los infiernos del Yomi.

Almas Atormentadas

Las almas sin nombre y sin rostro que están atrapadas allí forman al grueso de la población de cualquier infierno que los personajes vayan a visitar. Forman parte del paisaje, de la misma forma que las piras de fuego o los océanos de sebo burbujeante. Vaya donde uno vaya en el Yomi debería haber almas atrapadas, confundiendo los sentidos de los personajes con olores y sonidos de sus torturas. No resulta necesario detallar con precisión por qué está pasando cada una de las almas atrapadas en un infierno dado, pero debe quedar claro que, en cualquier visita al Yomi, la tortura es universal, ineludible. Una buena técnica es la de expresar detalladamente que apariencia tienen y las torturas que están soportando una o dos almas con las que se topen los personajes, para que éstos puedan tener una visión general en descripciones futuras y más amplias.

La interacción con las almas torturadas es una posibilidad, ya que los personajes puede que deseen ayudar, estorbar o interrogar a alguna de ellas que encuentren en sus viajes. Sin embargo, tal interacción se verá limitada a unas pocas molestias como pueden ser la constante tortura y la intervención de los servidores demoníacos, que no tendrán interés en que aquellos a su cargo se tomen un respiro para charlar. Para acercarse a un alma específica, tendrán que distraer a su torturador o hallar un modo de diluir su sufrimiento aunque pocas de las torturas dejan la cordura suficiente como para atender a una conversación. Aún más, recuerda que las almas no son pobres víctimas que están aquí atrapadas y están siendo torturadas por disfrute. Sólo aquellos P'o con los crímenes más flagrantes llegan a los Mil Infiernos. El primer pensamiento que habrá en la mente del prisionero será una tregua de la tortura que soportan, y los personajes que no tengan eso en cuenta no conseguirán mucho. Tampoco están por encima de la mentira, la súplica y el chantaje, para obtener tal tregua y, cuando se les proporciona, puede que no se muestren inicialmente cooperativos por miedo a incurrir en la ira de los carceleros. En otras palabras, encontrar una buena conversación en el Yomi es más duro de lo que parece.

Servidores Demoníacos

Detrás de cada buena tortura hay un torturador con talento y, en el Yomi, ese puesto está ocupado por los llamados servidores demoníacos. Paisajes azotados por los vientos y llenos de cristales afilados no son suficientes para cumplir la voluntad de los Reyes Yama. Las almas atormentadas necesitan un toque personal, y es ahí donde entran en escena los servidores demoníacos. Aún más, los torturadores de esta clase son los segundos residentes más numerosos del Yomi, si los personajes se dan de narices con algún ser, será probablemente uno de éstos.

Son una instalación general en el infierno, dándole al paisaje una sensación de amenaza personal. Siempre están al acecho de almas huidas o nuevas víctimas posibles, y un torturador que se encuentre en el lugar adecuado y en el momento adecuado puede representar el instrumento perfecto para apresurar a un wu que se inclina al quedarse colgado. Finalmente, serán los principales antagonistas que con más frecuencia encontrarán en los Mil Infiernos propiamente dichos. Los Akuma son demasiado escasos y los Reyes Yama no suelen rebajarse a tratar con molestias menores como los Kuei-jin, a menos que los personajes hagan demasiado ruido. Como resultado, tenemos que los servidores son importantes personajes del escenario y merecen cierta atención: no son matones o monstruos genéricos. Los servidores menores deberían compartir unas características comunes en cada dominio, incluso si son únicamente cosméticos. Los capataces, aquellos que vigilan a los anteriores y deciden las torturas de los condenados, son más propensos a tener distintos nombres y personalidades y deberían poseer un poder que fuera proporcional a su categoría.

Los rasgos de un determinado dominio deberían ayudarte a definir a sus habitantes. Cada reino tiene sus condiciones arquetípicas; incorpóralas en tus servidores. La Ciudad Infame representa la corrupción de la tecnología monolítica, por lo que sus esbirros deben tener el aspecto de creaciones robóticas, humanoides técnicamente aumentados o, incluso, masas sintientes de maquinaria y chatarra. Es más probable que los servidores del Infierno del Aceite Hirviendo tengan brazos largos y garras, que es lo que mejor les sirve para remojar a las almas en charcos de sebo burbujeante. Recuerda, sin embargo, que todos están allí con la misión de atormentar a las almas, y que toda distracción que les provoquen los personajes les alejará de eso. Los capataces son los únicos supervisores que tienen tiempo para una conversación de cualquier extensión y no suelen mirar amablemente a los intrusos. Si un servidor demoníaco se toma tiempo en conversar con los personajes lo hará por sus propias razones; quizá quiera llevar al Kuei-jin a una trampa, o quiera ayuda respecto a "tratar" con un capataz especialmente duro. No hay ninguno que dé información gratis o que se pueda permitir alejarse de sus deberes por mucho tiempo.

Akuma

Los Akuma de los Mil Infiernos están más allá del que se suele encontrar en el Reino Medio. Aunque los criminales y los parias de los Kuei-jin pueden ser etiquetados como Akuma, sólo aquellos que se encuentran en el Yomi son verdaderos demonios en cuerpos de Kuei-jin. Han jurado lealtad a los Reyes Yama, rinden pleitesía a las fuerzas demoníacas y luchan para conseguir los objetivos del Yomi Wan en el Reino Medio. Si los personajes son tan afortunados como para cruzarse con un verdadero Akuma en los Mil Infiernos, pueden prepararse para un mal rato. Sólo los más poderosos servidores de la maldad y la corrupción realizan el viaje desde el mundo físico hasta los dominios de los señores demonio. Es improbable que unos Kuei-jin de visita se encuentren con alguien que sea más débil que ellos. Lo que sería más probable, cualquier Akuma que encuentren se contará entre los cuerpos de elite del señor del dominio en cuestión, y será uno de sus sirvientes con más prestigio y poder.

Un Kuei-jin puede ser capaz de superar a un servidor infernal de bajo rango o incluso a un capataz, pero un Akuma es algo completamente distinto. Generalmente se trata de Catayanos antiguos cuyos siglos de valiosos servicios se muestran en una gran cantidad de concesiones infernales. Los Mil Infiernos son su hogar y deberían conocer cada escondrijo y grieta del paisaje; podrían ser capaces de moldear cada uno de los rasgos de éste contra cualquier atacante. Suelen ser los mejores antagonistas maestros para un conflicto de subterfugio, dirigiendo los sucesos contra los personajes, más que centrando en un potencial combate directo.

Dentro del propio Yomi, los Akuma tienen una función delicada: son los más poderosos e inteligentes seres con los que podrá interactuar el grupo con un plan razonable, lo que no que significa que cada Akuma ataque a todo Kuei-jin que tenga a la vista. En vez de eso, puede tratar de reclutarlo, seducirlo o corromperlo. Hay mucho más en el repertorio de estos caídos que el combate encarnizado. Por la misma razón, estos seres deberían ser escasos, ya que una sobredosis de ellos podría desestabilizar la crónica y una dosis excesiva de rebaños de ellos la sacaría de sus raíles. Las criaturas de gran poder se evitan instintivamente unas a otras, debido a un sentido de conservación, y no se revelan como lo que son en el primer encuentro con unos interlocutores sospechosos.

Quién y Cuánto

Los Akuma no son la clase de personaje que debería caer en manos de tus jugadores. Ya que son increíblemente poderosos y malévolos, funcionan mejor como elementos de advertencia y antagonistas. Un personaje jugador Akuma puede ser el paso al desastre. Una de las principales razones para que sean empobrecidos personajes jugadores es simple. Su resistencia extraordinaria. Deberían crearse con los mismos puntos que un Kuei-jin con un siglo de edad, al menos, y eso es algo previo a añadir concesiones demoniacas, y otros beneficios proporcionados por los Reyes Yama con intereses especiales. Los más fuertes son comparables a los bodhisattva, en términos de poder y potencia, y no se van a mostrar tímidos a la hora de hacer constatar tal hecho.

Creación de Akuma

Cada Akuma es un personaje, y no sólo un cúmulo de estadísticas y actitud. Para crear un Akuma creíble, que introducir con los personajes, necesitas hacerlo desde abajo: piensa quién es (ya que, en esencia, es tu personaje, y quieres que tenga un trasfondo, motivaciones y vida, en la medida de lo, posible, para poder jugar con el con la mayor efectividad). Recuerda, también, que nadie empieza su no vida como servidor del infierno, y piensa en quién era antes de aceptar entrar al servicio de los Reyes Yama: sus esperanzas, sueños y deberes pueden haber sobrevivido aunque horrorosamente retorcidos.

• Razón para convertirse en Akuma: El siguiente paso es imaginarse qué presiones le llevaron al portal del Rey Yama. ¿Fue amenazado por otras fuerzas, y necesitaba un poder rápido para sobrevivir? ¿Había abandonado los Dharmas y la iluminación, tras repetidos intentos y fracasos? Por otra parte, ¿simplemente cayó de la gracia, siendo un orgulloso Kuei-jin que sucumbía a las tentaciones gemelas de P'o y el odio? El método de conversión es algo muy importante en el desarrollo de un Akuma, y ayuda a determinar en qué se ha convertido finalmente.

• Alternando el concepto: Fuera lo que fuese antes de que llegase a convertirse en Akuma, tu personaje no podrá pasar intacto el proceso de transformación. Deberías decidir cómo ha alterado el cambio al sujeto (física, mental, filosóficamente, o de maneras que son infernalmente inimaginables). Esta alteración puede aterrorizar a los personajes (especialmente si el Akuma es alguien a quien solían conocer y respetar), pero también demuestra que uno no entra al servicio de un Rey Yama por casualidad. Uno no se convierte en Akuma y permanece inmutable.

• Objetivos: Una vez sabes por qué se ha convertido, puedes detallar cuáles son sus nuevas metas. ¿Quiere ver cómo su Rey Yama rige sobre todos los demás? ¿Quizá desea ganar en secreto el poder suficiente para convertirse, él mismo, en un soberano infernal? En ocasiones, los objetivos pueden resultar tan simples como la inmortalidad continua y la búsqueda de venganza contra los enemigos pasados. Sin embargo, las metas no deberían basarse en los personajes que finalmente se cruzarán en su camino, a menos que haya una buena razón para ello.

• Un pie en el Infierno y otro en la Tierra: Los Akuma existen como puente entre el Reino Medio y el Yomi Wan. ¿Cómo se comporta ante esta existencia dual? ¿Qué influencias y estatus posee en el mundo mortal, y cuáles son sus cometidos y responsabilidades en el Yomi? ¿Cuándo salga de los Mil Infiernos, se arriesgarán los personajes a encontrarse de nuevo con él en el Reino Medio? Enraizar a tu Akuma en ambos mundos hace fácil involucrarlo en tramas, tanto dentro como fuera del Yomi.

• Una maldad encarnada: Ten cuidado con la tentación de hacer a tu Akuma demasiado heroico o noble. No importan lo elevadas que sean sus intenciones originales, de una manera u otra, se ha rendido a las fuerzas de la corrupción y, ahora las sirve de buena gana. Es malvado, no ambiguo moralmente. Trabaja para los fines de la corrupción y de la destrucción. Los personajes que traten mucho con los Akuma deberán marcharse sintiéndose manchados por la experiencia. Aunque las circunstancias que puedan haber conducido a tal conversión puedan haber sido trágicas, el personaje ha dejado de ser una figura simpática. Simplemente, se ha corrompido demasiado de él.

• Interactuando con los personajes: Recuerda que, al interactuar con los personajes, el Akuma no perseguirá otra cosa que avanzar hacia su objetivo. Los sirvientes de los Reyes Yama no se salen de su camino por nadie, a no ser que haya algo para ellos en esto. Aunque podrá interactuar de forma amistosa con los personajes, se trata de un sirviente sin reglas, inmisericorde, y de frío corazón lleno de maldad. Los Kuei-jin infernalistas capaces de convertir en picadillo a un wu como de tratar con ellos civilizadamente. Si los personajes le ofrecen algo a cambio, tampoco tendrá problema en ayudarlos, o incluso aliarse temporalmente con ellos. Ten en cuenta que son duros negociadores y que, cualquier señal de alianza, es un matrimonio de conveniencia y no un indicio de reforma.

Reyes Yama

Por encima de todas las criaturas que moran en los infiernos se encuentran los Reyes Yama en persona. Se trata de fuerzas de la naturaleza, equivalentes al rompiente de un Tsunami, o la cima de un volcán en erupción de forma devastadora. Sus asuntos son grandes y majestuosos, disparando sobre la misma cabeza de la creación. No tienen tiempo para las motas de polvo que se llaman así mismo los Kuei-jin. Los personajes están tan alejados de su atención como un par de hormigas lo estaría de la tuya o la mía. El poder que ostentan es vasto e inhumano. Aunque tienen personalidades, seguramente no son personas. Se pueden rebajar a hablar con un Akuma, o a lo que la situación precise, pero en su personificación siempre hay algo de hueco. Una entidad cuya meta definitiva es la de convertirse en Emperador Demonio tiene mayores preocupaciones que la conversación, después de todo.

Cada Rey Yama también tiene la función de administrar su infierno, y serán sus rasgos y personalidad los que definan el ambiente y al aspecto del dominio. Lo que castigue o manifieste alguien allí será un nuevo aspecto de la personalidad del regente.

Si los personajes son alguna vez tan desafortunados como para encontrarse con uno directamente, la experiencia debería inundarlos y aterrorizarlos. Uno no regatea o bromea con ellos; simplemente, intenta sobrevivir a la conversación. Los Reyes Yama suponen temas de por sí y aún más. El mero hecho de encontrarse uno puede ser lo suficientemente traumático como para alterar la temática de la trama por otra diferente. Aunque un Rey Yama pueda desear algo de los personajes (el servicio es una posibilidad ya que todos siempre quieren más Akuma), los señores del Yomi están acostumbrados a la obediencia y la sumisión. Incluso los Akuma más favorecidos no pueden contar con la ayuda de su señor en tiempos de crisis. Los Reyes Yama son, simplemente, alienígenas en su inmensidad, y tu crónica debería luchar por mantenerlos de esa forma.
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