Una Vida de Tormento: Tramas del Yomi

Los utensilios que se explican antes ahora se combinan para crear una historia cuyo escenario sean los Mil Infiernos. A continuación hay unos ejemplos de líneas argumentales y los mejores usos que les puedes dar. No te sientas atado por las indicaciones y restricciones, o por lo que se representa aquí: explora el Yomi construyendo tus propios sistemas y argumentos, decide qué utensilios vas a usar para desarrollarlos. El conflicto, el tema y ambiente, esos tres aspectos míticos, pueden combinarse de maneras incontables utilizando diferentes recursos en cada una para crear una historia y acercamiento única.

Venganza

En teoría, un Kuei-jin recuerda, como mucho, fragmentos de su estancia en el Mundo Yomi. La memoria palpable y constante de los recuerdos que sufrió entre las filas de los condenados sería tan dolorosa como para impedirle funcionar. Por supuesto, la teoría no siempre es correcta y hay ocasiones en que las reminiscencias del Yomi vuelven a escapar, embrujándolos. No hace falta indicar que, junto a las memorias dolorosas del tormento, viene acompañado el recuerdo del torturador. Su rostro, o un nombre, salen a la superficie de la memoria: quizá el Kuei-jin decida que ha llegado el momento de una venganza. Un torturador especialmente sádico (o, más apropiado, un capataz) podría ser el nexo entre varios Catayanos con deseos de venganza, proporcionando el ímpetu para que el total del Wu emprenda el descenso.

Otra posibilidad es que la venganza se centre, no en un torturador, sino en uno de los atormentados. Un Kuei-jin puede enviar a un enemigo gritando al infierno con relativa facilidad pero, ¿y si los crímenes del rival eran tan horribles que requieren una "atención personal" más profunda? Si no fuera suficiente para el alma sufrir una eternidad de tortura a manos impersonales de un servidor demoníaco, el Kuei-jin desea las cosas más personales, por lo que emprende un viaje al Yomi para finalizar lo que empezó con la mera muerte del pecador.

Afortunadamente (al menos para el bien de la trama), planear una venganza no es lo mismo que conseguirla. Sólo encontrar el objetivo de las iras del Wu ya puede llevar varias sesiones. Quizá la víctima en potencia tenga aliados o protectores, o haya sido transferido a otra parte del Yomi: la búsqueda puede alargarse y alargarse. Entonces, está la cuestión de qué va a ocurrir cuando los cazadores den con su presa. Pueden encontrarse con una sorpresa desagradable si, por ejemplo, el bajo demonio ha ascendido a capataz en el escalafón y ahora cuenta con hordas de atormentadores menores bajo su mando...

Rescate

Sólo por que un alma aterrice en el Yomi no significa que tenga que estar allí. Quizá los personajes tienen la misión de rescatar a alguien en particular por las razones que parezcan apropiadas (lazos familiares, deudas pendientes, tratos particulares o quizá el rapto de un pecador en particular), por lo que deben descender al Yomi para llevar acabo la tarea. Existe la posibilidad de que el Wu tenga que vagar a lo largo y ancho del Yomi si no saben el infierno preciso donde se encuentra el objetivo. Tal situación puede dar lugar a una extensa narrativa de tipo picaresco mientras lo Kuei-jin van de dominio en dominio buscando su meta, encontrándose a los habitantes del Yomi por el camino que les ayudarán o pondrán trabas. Si el grupo conoce el lugar preciso las cosas serán un poco más fáciles pero aún hay otros aspectos con los que tratar: servidores demoníacos que sobornar o derrotar, akuma que evitar y un enfadado Rey Yama (al que presuntamente no le gustará que le roben la propiedad en sus narices) que aplacar o del que huir; aparte de la mecánica de salir del Yomi con el alma apresada.

• Liberando el Alma Atrapada: Cada alma del Yomi se debería haber ganado su camino a la perdición. Sin embargo, una vez cada muchísimo tiempo ocurre un accidente. Un alma se desliza por las roturas y da con un lugar donde no pinta nada. Entonces, esas víctimas desafortunadas no suelen recibir mucha simpatía por parte de sus carceleros y existen como desequilibrios kármicos en la trama de un infierno específico. Llaman la atención para aquellos que las busquen pero, generalmente, no hay nadie que lo haga. Un intento de rescate de una de esas almas atrapadas es una variación del tema del Rescate. En vez de sacar al objetivo del Yomi para otros propósitos, los personajes simplemente deberán dejar libre al alma erróneamente atrapada, para que encuentre su propio destino.

Robo

Las almas no son las únicas cosas que uno puede llevarse del Yomi: hay tesoros incontables que se pudren en almacenes de los Reyes Yama e incluso el paisaje infernal puede albergar riquezas. Hay sin duda investigadores mágicos que pagarían grandes precios por los utensilios del infierno para la experimentación, y cualquier cosa desde los pecios de la Tempestad o las Piedras Yang pueden alcanzar un precio alto fuera del inframundo demoníaco. Las expediciones para recuperar objetos del Yomi, aunque pueden resultar peligrosas rayando en la locura, también pueden ser extremadamente rentables y los beneficios por un viaje sencillo pueden resultar extraordinarios.

Por otro lado, los personajes también pueden verse obligados a saquear el Yomi debido a un trata imprudente o a una deuda pendiente, o pueden encontrarse allí por un objeto que ellos mismos buscan; otra posibilidad es que ya se encuentren viajando por el Reino Demonio y sean capturados: el precio por su libertad sería robar algo del infierno vecino. Quizá un Rey Yama ha descubierto un artefacto de poder que le permite causar el caos en el Reino Medio; el Wu tendría que elegir entre permitir la matanza para continuar invictos o intentar hacerse con el tótem de poder.

Iluminación

En ocasiones, el Camino hacia el Cielo pasa por las Grandes Profundidades del Infierno. Uno de los personajes (o su maestro) puede decidir que la forma más fácil de acelerar el camino hacia su iluminación es una purificación en Yomi Wan. El habitar entre los condenados puede desencadenar grandes visiones clarificadoras; al menos, esa es la teoría. Sin dar importancia a los méritos o defectos de la posición, hay algunos Kuei-jin que vuelven al Yomi voluntariamente como parte de su desarrollo personal. Si los personajes son de esta clase, pueden descubrir que sus ideales altruistas interfieren con la realidad del Reino Demonio de forma incómoda.

Los miembros del Wu desearán observar y meditar, lo que no implica que los servidores demoníacos, los capataces paranoicos, y akuma recelosos, vayan a permitírselo. La búsqueda de la iluminación también lo será por la supervivencia, al intentar los personajes resistir los peores asaltos del Yomi mientras aún ganan cierta medida de ascenso en el camino. El conocimiento del Yomi puede resultar tan valioso como cualquier texto o artefacto que se traiga de él.

Un wu que averigüe diferentes rutas de vuelta, y las formas en que estas conectan con el resto del universo, estará en poder de una valiosísima información por la que otros pagarían ostensiblemente. Sin embargo, encontrar esa información es trabajoso y arriesgado. Los pasadizos del Yomi están bien escondidos y despliegan toda clase de peligros para el viajero descuidado. Los habitantes del infierno que ya conocen los secretos que los personajes están intentando averiguar puede que no quieran que ese conocimiento se disemine y son capaces de llegar a cualquier extremo para preservar el silencio que profesan. Exploradores rivales y habitantes territoriales del Yomi también representan dificultades y el mismo camino no siempre lleva al mismo destino dos veces seguidas.

• Un Aviso: Aunque puede ser tentador conducir a un Wu por un caleidoscópico viaje por el Yomi, desvelando maravillas y horrores a cada paso, recuerda que cuanto más peculiares son los Mil Infiernos más difícil se les hará la estancia y más sencillo será que les descubran fuerzas opuestas. Todo el conocimiento del mundo sobre el Reino Demonio no les será de beneficio si son lanzados al Infierno del Aceite Hirviendo antes de poder recorrerlo.

Condenación

La senda del akuma no es agradable, pero conduce a un gran poder rápidamente. Quizá los personajes han decidido ofrecer sus servicios a uno de los Reyes Yama, por alguna razón u otra y están dispuestos llegar hasta el trono de su nuevo señor para presentarse por sí mismos. El viaje puede resultar difícil y el soberano infernal probará las habilidades de aquellos que va a convertir en sus sirvientes (después de todo, si son débiles o poco merecedores mejor que caigan antes de que tengan la oportunidad de fallarle) y les amenazarán otros peligros. Los sirvientes del demonio, temerosos de verse desplazados, harán todo lo posible para impedir la llegada del grupo, o los peones de otro señor infernal desearán privar al rival de esos útiles lacayos.

Un paso peligroso para los personajes es el de intentar instigar una gama de tratos por sus servicios: viajar de infierno en infierno, y de corte en corte, y darse a conocer justo con sus cualificaciones a varios Reyes Yama, esperando conseguir un poder mayor y mejores ofertas de los rivales en disputa. Aunque tal atrevimiento pueda resultar entretenido para algunos de los grandes señores y decidan soportar el descaro de los personajes para siempre ante la posibilidad de un trato preventivo, los perdedores no se tomarán bien su derrota.

Diplomacia

En realidad, algunos de los más antiguos y sabios Kuei-jin tratan de hecho con los Reyes Yama con frecuencia regular intercambiando tributos, conocimientos y una inimaginable variedad de otros artículos a través de los diferentes niveles de la realidad. Las delegaciones que llevan mercancías, ofrendas, proposiciones de tratado y otros utensilios en el Yomi resultan infrecuentes y muy prestigiosas. Estar unido a una delegación de esta clase es un honor para el wu, además de una gran responsabilidad.

Por supuesto tales misiones diplomáticas también implican intrigas, tratos y otras formas de comportamiento menos educadas. No hay duda de que los personajes se verán inundados con ofertas, chantajes y proposiciones variadas, algunas más traicioneras que otras. ¿Qué ocurriría si uno de ellos (o todos) aceptara? ¿Qué pasaría si no lo hicieran? También existe la posibilidad de que alguien más de la delegación se haya vuelto traidor o que ya estuviera subvertido antes del comienzo de la misión. ¿Y que hay de la posibilidad de los doppleganger? Las situaciones potenciales son incontables y la paranoia potencial es inmensurable.

Deber

Los Kuei-jin especialmente valerosos, avariciosos o estúpidos, pueden viajar al Yomi por su propia elección. Pero no todos los visitantes de los Mil Infiernos son voluntarios, ya que algunos se ven obligados a descender otra vez al averno por una u otra razón. El mandato de un profesor o un mandarín, las necesidades del Dharma, u otras obligaciones, pueden enviar a un Catayano, o incluso al wu completo, a las profundidades infernales. Tales viajes suelen ser, por lo general, asuntos rápidos y localizados (entrar, hacer el trabajo y salir) al menos en su concepción previa, ya que el descubrimiento del alma de un sirviente, o la oportunidad de despojar un infierno de sus tesoros, pueden resultar tentadoras diversiones, incluso si se interponen en la misión prefijada del grupo.

Castigo

El propósito del Yomi es el de castigar a los grandes pecadores, infligirles torturas que se equiparen con sus crímenes. Ya que todo Catayano se ganó su lugar aquí una vez, no es difícil imaginar que vuelva a caer en viejos hábitos y se gane otro viaje. Sin embargo, esta vez no tiene que esperar a morir sino que puede ser el desagrado de un poder superior en el Reino Medio lo que lo fuerce a volver al Yomi para ser castigado. Vista sentencia de un año y un día en el Yomi puede servir como punto de partida para una visita extensiva a los infiernos, al intentar el personaje y sus compañeros sobrevivir a la sentencia. ¿Intentarán escapar, aún a riesgo de conseguir un castigo mayor? ¿Qué alianzas pueden hacer en el Yomi contra aquellos que les desterraron? ¿Qué harán cuando salgan?

• Una llamada a la Precaución: No abuses de las almas atormentadas, aunque sea tentador hacerlo. Sería fácil centrarte en una trama específica que tienes a mano y dar una pincelada de sufrimiento diciendo: "Sí, hay unos alaridos de fondo" pero eso abarataría la noción misma de los infiernos y el dolor humano que contienen. La vuelta al Yomi debería suponer una experiencia muy traumática, para un Catayano, especialmente si se encuentra en el mismo en el que su alma P'o fue atormentada de la misma forma de la que ahora es testigo
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