Anarquistas y Príncipes Asediados: Maduro para la Cosecha

Sea al comienzo un Príncipe de la Camarilla fuerte o débil, tu objetivo final es llevarlo hasta este estadio: un Príncipe asediado cuyo dominio está a punto de caer, preferiblemente ante los Anarquistas o, si no, ante un nuevo régimen más abierto a sus planes. A pesar de su naturaleza autoritaria, la Camarilla en último extremo es un entorno corrupto y despiadado y «el poder desgasta a quien no lo posee». El Príncipe asediado tiene pocos amigos, menos aliados y una horda de enemigos que creen que pueden tener éxito donde él ha fracasado. Eliminar a un Príncipe asediado e instalar al deseado recambio es un asunto delicado. Nunca olvides que estás nadando con tiburones probablemente más viejos y casi con seguridad más arteros que tú. Tampoco que todos y cada uno de los chupópteros que se ofrecen como posibles aliados te están usando para sus propios fines.

¿Es más viejo de lo que pensabas? ¿O de Sangre más fuerte? ¿Es en realidad ese Antiguo de la Camarilla que parece ansioso por contactar con tu manada un infiltrado del Sabbat que finge ser leal a la Torre de Marfil? Te estás acercando al final del juego. No la jodas confiando en quien no debes. Por supuesto, eso no significa que no forjes alianzas, pero prepara un plan de contingencia por si el aliado te traiciona. Ya sabes, lo que haces cada noche en cualquier otro contexto. Y aquí hay una idea para expandir tus horizontes: no descartes automáticamente la posibilidad de aliarte con el propio Príncipe. Cuando éste se dé cuenta de que todos los demás aliados lo han traicionado, de que todas las demás rutas están cortadas, de que a nadie le importa una mierda todo lo que ha hecho por la Camarilla durante las últimas décadas o incluso siglos, entonces puedes arriesgarte a plantearle la pregunta que nos motiva a todos: ¿Por qué obedeces? No siempre funciona. De hecho, casi nunca funciona. Pero a veces…

Si los Anarquistas del lugar quieren respaldarlo como Barón y proporcionarle el músculo que necesita para sobrevivir, a veces es posible convencer a un Príncipe cuyo régimen se ha vuelto inestable de mandar todo a la mierda y redirigir su lealtad a nuestra causa. La Baronía del Príncipe de Alsacia, allá en la gélida Canadá, empezó así. Por supuesto, el dominio del Príncipe de Alsacia es un agujero de mala muerte en el que apenas puede sobrevivir media docena de chupópteros, pero algo es algo. Lo importante es que, si puedes convencer a un Príncipe asediado de que el modelo de la Camarilla le ha fallado, le puedes vender nuestra solución: una sociedad en la que se mantienen su poder personal y su estatus y en la que sus enemigos son aplastados… pero sólo mientras esté dispuesto a tratar a los Anarquistas como a iguales.

"Me parece recordar que vuestra postura es que hace décadas que la Camarilla debió haber aplicado un castigo ejemplarizante en el dominio del Príncipe de Alsacia pese a su irrelevancia estratégica. Si ahora se usa como ejemplo de un Príncipe de la Camarilla que ha conducido su dominio a aceptar la forma de vivir de los Anarquistas, quizá sea el momento de que el concejo retome el asunto."

En su defecto, si no puedes garantizar que el nuevo Príncipe sea el que tú quieres, puedes asegurarte de que no sea el que no quieres. Cuando se acerque el final, centra tu atención en cualquier sustituto potencial que odie el Movimiento por principios. Si no puedes influir en la decisión de quién es el siguiente Príncipe, haz saber que apoyarás a cualquiera que tenga los mismos enemigos que tú. Luego, sigue así hasta el final. Las transiciones en el liderazgo de los Vástagos siempre son conflictivas. Escoge a tus objetivos con antelación y ataca cada vez que encuentres una oportunidad. Un exempleado insatisfecho ha quemado ese edificio hasta los cimientos. Aquel criado Ghoul se ha cortado la cabeza accidentalmente mientras se afeitaba. Aunque no puedas conseguir una victoria total, si puedes dañar a los peores elementos anti Anarquistas antes de que la nueva autocracia tome el control, estarás en una situación mucho mejor para la siguiente ronda de juego. Es una partida larga y llevamos en ella desde el siglo xiv .